Francia

Guia de viaje de

París

Sacre Coeur

Los monumentos, que hicieron de París un sueño, son monumentos que se levantan desde hace miles de años y aún hoy mantienen orgullos su posición en la ciudad. Uno de ellos es el Sagrado Corazón de París o Sacre Coeur, preciosa e imponente Basílica en el bohemio barrio de Montrmartre. 

Montmartre” traducido resulta “monte de los mártires”, y  no lleva el nombre sin lógica pues este fue el lugar de martirio de Saint Denis, el primer obispo de París, y sus seguidores, pero fue siempre un lugar dedicado al culto, druida en sus inicios católico después. 

Un poco de historia

Antes de la abadía que hoy visitamos, había en este mismo lugar una abadía benedictina que sufrió de manera especialmente cruenta el paso de la Revolución Francesa, pues no solamente fue destruida sino que sus religiosos fueron guillotinados. Sólo Saint Pierre de Montmartre llegó hasta nuestro días.

Sacré-Coeur de París se construye entre los años 1875 y 1914. Pero su origen se firmará un poco antes, en el año 1870. Este templo que vemos pasará por los años como un homenaje a todos aquellos franceses caídos en la guerra Franco Prusiana siendo una forma así de purgar los pecados cometidos por La Comuna de París. La Comuna fue un movimiento insurreccional que gobernó París del 18 de marzo a 28 de mayo de 1871, llevando a las calles proyectos que más de un autor calificaron de anarquistas.

La ecuación del fracaso se resolvió en esta ocasión, culpando de la mala marcha de las cosas a un castigo de Dios y la solución, por lo tanto, no podía ser otra que levantar un templo que agradara a Dios y lo congraciara de nuevo con la nación francesa.  Alexandre Legentil y Rohault de Fleurs promovieron que los franceses realizaran votos por los cuales se comprometieron a construir una Iglesia si Francia se libraba de la amenaza prusiana tras las últimas derrotas sufridas.

En concreto, Alexandre Legentil redactó el esbozo de un “Voto Nacional al Sagrado Corazón de Jesús para obtener la liberación del Soberano Pontífice y la salvación de Francia”. Este documento fue impreso y repartido al pueblo que no tardó en llenarlo de firmas. Casi diez millones de donantes para la construcción de esta basílica, tal era el fervor del momento. Entre estos donantes estaba el Papa Pío IX que hizo una ofrenda personal de 20000 francos y también una muchacha que envió su brazalete para que se fundiera y se usara, se llamaba Teresa Martín, pero todos la conocerían como Santa Teresa de Jesús.

En 1872 el cardenal Guilbert aprueba la construcción de una Iglesia y un año más tarde, en 1873, la Asamblea Nacional ordenó su construcción. La primera piedra se coloca en el año 1875 y desde ese momento cuarenta años tardaría en terminarse. Fue consagrada como Basílica al final de la Primera Guerra Mundial, realmente su construcción se terminó en el año 1914, pero la invasión alemana impidió su consagración hasta el año 1919, lo que fue visto por muchos franceses como una venganza por la derrota franco prusiana.

El exterior de Sacré-Coeur de París

Para la construcción de la Basílica se lanzó un concurso de proyectos, y de los 77 que se presentaron el que resultó seleccionado fue el de Paul Abadie. A la muerte de este en 1884 será Lucien Magne el encargado de finalizar las obras. Estamos ante una construcción de estilo gótico bizantino, lo que transforma esos 109 metros de altura en una visión tan especial.

La escalinata nos franquea la entrada a la fachada principal y pasaremos por el pórtico de tres arcos que la precede. Sobre el pórtico, a modo de guardianes, dos de los personajes históricos más importantes de Francia: el rey San Luis y Juana de Arco, ambas estatuas ecuestres son obra de Hipólito Lefebrre. En el nicho central de la fachada está la estatua de piedra del Sagrado Corazón que tiene 5 metros de altura y que es obra de Pierre Séguin. Esta estatua de Jesús lleva una inscripción que reza: “Cor Jesús Sacratissimum”. En este portal principal hay grandes puertas de bronce con variados diseños de follaje. Los bajorrelieves bajo el pórtico son de temática religiosa: la vida de Jesús y, especialmente, la última cena.

Llama la atención la blancura del edificio, sobre todo teniendo en cuenta el nivel de polución en el que nos manejamos. No se debe este blanco a una esmerada y constante tarea de limpieza, sino a la propia piedra, una piedra travertina, una roca sedentaria que rezuma calcita constantemente. Reacciona especialmente bajo la lluvia, por lo que si os fijáis en aquellas zonas que están protegidas del agua, veréis que están algo más oscurecidas. La construcción de este edificio suscitó bastantes controversias y necesito para poder levantarse unos cimientos colosales. Tuvieron que abrirse 83 pozos de 38 metros para asegurar la solidez del edificio.

La Savoyarde, la más grande de toda Francia

En la parte posterior de la Sacre Coeur surge un campanario de base cuadrada y una altura de 85 metros, además de formar parte de la espectacularidad de este conjunto, guarda la famosa campana “Savoyarde”. No tiene fama la campana solo por ser la voz de la Basílica, sino que es la mayor campana de toda Francia y una de las mayores del mundo: tres metros de diámetro y dieciocho mil ochocientos treinta y cinco kilos.

Sentir la campana tocando al Ángelus sobre las calles de París es una experiencia inigualable. Pretende recordar que hay un mundo más allá del mundo que pisamos. Lo consigue en unas ocasiones y, evidentemente, no lo consigue en otras. Pero el sonido sale, vuela y llega a cada uno de los habitantes de París.

¿Sabéis por qué el nombre de la campana? “Savoyarde” traducido al español es Saboyana. Saboyanos, aunque parezca una obviedad, son los naturales de Saboya y saboyana también es la diócesis de Chambre, capital de lo que fue la Baja Saboya, que fue quien donó la campana.

Disfruta del barrio de Montmartre y del Sacré-Coeur de París

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La Sacre Coeur por dentro

Siempre vale la pena entrar a visitar el interior de los monumentos por más que nos deslumbren estos desde fuera. Unos es cierto que nos impresionarán más y otros nos impresionarán menos.

El interior quizá nos parezca oscuro y sombrío, pero las sombras son sombras en contraste con la luz y en la Sacre Coeur tenemos también espacios para la luz. Es en esta abadía donde se encuentran los mosaicos que dan brillo en la estancia. Estos mosaicos son obra de Luc-Oliver Merson, son del año 1922 y no son unos mosaicos más de los que ya habremos visto, este es el mosaico más grande del mundo.

Es un mosaico de Cristo que domina la bóveda del presbiterio. Estos 475 metros cuadrados que representan a “Cristo Resucitado”, al menos así se conoce esta obra, y menos mal!, porque el nombre real es “Cristo en Majestad y el Sagrado Corazón adorado por la Virgen María, Juana de Arco y el Arcángel San Miguel”.

Los grandes vitrales tuvieron que ser restaurados en el año 1946 porque fueron destruidos durante la guerra. Su altar mayor es de bronce, está hecho a semejanza de la abadía de Cluny en Borgoña y desde 1885 ha permanecido el Santísimo Sacramento en este altar.

Igualmente y lejos de lo inmenso de su estructura diversas estatuas nos acompañarán en el recorrido a la Basílica: la estatua de Cristo en plata que muestra su corazón abierto, también la estatua en mármol de Sainte Marguerite-Marie Alacoque.

La Cripta

Uno de los puntos más curiosos de la visita a la Basílica es su cripta. Cripta que se encuentra debajo de la nave principal. Una de las cosas que más llama la atención de este lugar no es tanto el sitio, sino el ambiente. Un ambiente de tranquilidad pese a la afluencia de visitantes que la Sacre Coeur recibe todos los años. 

En estas criptas hay tres capillasun deambulatorio y varias capillas laterales y aquí reposan los restos de los obispos que contribuyeron a la construcción del Sagrado Corazón.

La Cúpula

Trescientos escalones son los que tendremos que subir para acceder a la gran cúpula de la Sacre Coeur de París. El itinerario hasta lo más alto nos ofrece un recorrido de lo más interesante, una escalera de caracol bastante empinada nos indicará el inicio del camino. En nuestra primera ascensión llegaremos al techo de la Basílica, donde además de aprovechar para tomarnos un descanso, podremos disfrutar del bestiario que allí se encuentra.

Para gárgolas en París, hay que poner los ojos en Notre Dame, pero aquí también viven estos monstruos congelados. La función en este caso era la función conocida de canalizar el agua y la función de proteger el templo y espantar a los pecadores. Continuamos, tras este descanso, por un tramo al aire libre. Las escaleras aquí seguirán siendo estrechas aunque debidamente protegidas y aseguradas por rejas y barandillas. 

En esta ascensión hay tramos horizontales en los que podemos descansar y podemos empezar a observar la panorámica. Ya estamos en el último tramo, una escalera más (igual de empinada que las demás) y alcanzamos la galería circular de la base de la cúpula. Esta galería tiene unos bancos que además de permitirnos recuperar el aliento perdido, nos brinda la panorámica de la ciudad de París.

A través de sus arcos podremos empezar a soñar y desde este lugar y a esta altura podremos, por un ratito, ser dueños de París. París desde más alto de la Basílica del Sagrado Corazón, despliega todos los colores y todos los perfiles que hicieron de esta ciudad un lugar para ser vivido, no para ser contado. Es cierto que desde aquí no se ve la Torre Eiffel, si el campanario de Notre Dame y San Vicente de Paúl, si el centro Pompidou y la cúpula del Panteón y sobre todo, y no despreciaréis el regalo que es para la vista, desde aquí se ven como desde ningún sitio los tejados del barrio de Montmartre.

Son 50 kilómetros a la redonda en el segundo punto más elevado de la ciudad, el primero es la vista desde la Torre Eiffel.

Curiosidades de la Sacre Coeur

La adoración perpetua

Levantar esta Basílica en su momento fue una cuestión de fe y también fue gracias a la fe. La sociedad, el mundo y la religión han ido variando a lo largo de la historia, eso está claro, pero sin embargo hay sentimientos que nacen y se arraigan de manera tan profunda en los lugares que no solo se hacen dueños del lugar, sino que no basta el solo paso del tiempo para desalojarlos y dirigirlos al olvido.

En el año 1885 aquí se instaló la oración de manera perpetua, durante el día y durante la noche y así sigue siendo. Más de 130 años nos separan de aquel año 1885, pero la letanía que empezó con la fe de aquellos años no terminó aún, grupos de feligreses rezan todos los días en esta adoración perpetua, deteniéndose solo para la celebración de la misa y de los oficios y cuando cae la noche y la basílica cierra sus puertas, los devotos (que se habrán inscrito previamente) tiene aquí un lugar de reposo y se van turnando de hora en hora para continuar con la oración.

Preguntas sobre el Sacre Coeur

¿Dónde comer cerca del Sacre Coeur?

Por la parte trasera del Sacre Coeur y del Funicular será la mejor opción para comer si queremos hacerlo por los alrededores de la Basílica. Hay bastante oferta gastronómica, desde fast food, a platos más elaborados de recetas típicas francesas. 

¿Cómo subir al Sacre Coeur?

Hay varias opciones para subir a lo más alto del Montmartre. Podrás subir al Sacre Coeur en Funicular, Bus, Metro o en el Montmartrobus.

¿Qué basílica se encuentra en la cima de Montmartre?

En la cima de Montmartre se encuentra la Basílica del Sagrado Corazón o Sacre Coeur. 

Ubicación del Sacre Coeur de París

Detalles

    Horario

    Basílica

    • 6:00 a 22:30 h - Todos los días

    Cúpula

    • 10:00 a 19:00 h - Todos los días

     Cripta

    • Actualmente cerrada

    Precio

    Basílica

    • Gratis

    Cúpula 

    • General: 6 €
    • Niños de 4 a 16 años: 4 €

    Cripta

    • Actualmente cerrada

    Domo y cripta (entrada conjunta)

    • Cripta actualmente cerrada

     

    Accesibilidad

    Además de entrada gratis y precios reducidos para personas con minusvalía en el número 35 de Rue du Chevalier de la Barre, detrás de la Basílica hay instalada una rampa de acceso y también un ascensor.

    • El horario en estos casos será de 9:30 a 17:30 h.

Cómo llegar al Sagrado Corazón de París

    Metro

    • Parada "Anvers"

    Montmartrobus

    • Place Pigalle hasta la cima del Butte

    Funicular

    • Place Suzannel-Valadon a Place Willete

    *Necesitaremos un billete T+ (billete de metro)