Conciergerie
La Conciergerie, la antigua prisión, testigo de tanto, verdugo de tantos. Está antigua edificación de origen medieval nos espera en nuestra visita a París.
Pocos sitios necesitan tan poco para contar su historia como este antiguo palacio medieval. No nos será complicado sentir que apunas unos pocos, lograron salir de aquí con rumbo de nuevo a la vida. Pero sin embargo es un sitio digno de ser visitado, y por eso es una parada en alguno de los Free Tours, en español, que organizamos por París.
Historia de La Conciergerie
La Conciergerie es uno de los edificios de París capaz de sobrecogernos con solo mirarlos. Su construcción data de antiguo, ni más ni menos que del siglo X. Desde ese momento y hasta el siglo XIII no se le conocerá como la Concergerie, sino como el “Palacio de la Cité”, será durante este tiempo la residencia de la monarquía que en el lapso de tres siglos se fue sucediendo. La residencia oficial dejará de serlo cuando Charles V la traslade al Louvre, era el año 1370 y empezaba para este lugar una nueva vida que sin duda, significaría su presencia de manera destacable e imborrable de París.
Cuando la familia real se marcha, todo lo real se marcha con ella y así, la planta superior de este colosal edificio se trasforma en un tribunal de justicia y la planta baja queda, de la misma manera, transformada en prisión. Dijimos que todo lo real había abandonado estas estancias, pero eso no es del todo cierto, dada la magnificencia del entorno y la suntuosidad del palacio, los grandes acontecimientos que organizaba el rey se seguían celebrando aquí. Y es en este momento, con la justicia instalada y con el rey ya fuera cuando el “Palais de la Cité” deja paso a la Conciergerie, pues el cuidado de todo esto fue cayendo paulatinamente en manos del conserje (figura altamente destacada de cuantos rodeaban al monarca y a la familia real) y conserje en el idioma vecino se traduce como concierge por lo tanto Conciergerie sería una suerte de conserjería. Y a partir de aquí se comienza a construir otra historia, la historia que podemos descubrir al recorrer la Conciergerie, la historia de la prisión de París.
La Prisión
Es precisamente y ya siendo la Conciergerie, como el palacio queda firmemente asentado en la historia de Francia y en la mente de los franceses y es así como es una visita muy interesante para los amantes de la historia y para quienes sin serlo se sientan fascinados por los lugares en los que pervive la historia. Su momento estelar, sin duda, fue la Revolución Francesa aquí esperaban los condenados la guillotina en la Plaza de la Concordia y es entonces como se la empieza a reconocer como una auténtica antesala de la muerte pues pocos, muy pocos realmente, consiguieron burlar este final. Fue también en este período cuando la cárcel recibió a algunos de sus invitados más “ilustres”. Entre 1789 y 1799 aquí se ubicó el temido y terrible Tribunal Revolucionario. En la cárcel, al principio, se distinguían los presos, bueno, el dinero que tenían y con el que, aún aquí dentro, podían comprar mejores aposentos y aún mejor comida. La Revolución Francesa también pondría fin a esto y todos, ricos y pobres, dormían en el suelo y en las peores condiciones imaginables.
En los 718 en los que función el tribunal, fueron aproximadamente unos 2700 los reos ajusticiados. Uno de los puntos que hoy hace más atractiva la visita es precisamente el paso que dejó aquí alguno de estos desafortunados, solo por citar algunos:
- André Chenier, el poeta, condenado por “crímenes contra el estado”
- Antoina Lavoise, arrestado por pertenecer a la Ferme Generale,
- Charlotte Corday, la asesina confesa de Marat,
- Maximilien Robespierre, declarado al margen de la ley y sobre quien ni siquiera pesó un juicio que precediera la condena, se le condenó a la guillotina, junto a los 21 girondinos, el mismo día de su arresto.
- Danton, acusado de venderse a la monarquía y de ser enemigo de la República…
Pero, y sin querer con ello, desmerecer la historia de estos personajes, quien ocupa una parte muy importante del terror de la prisión, aún hoy, es María Antonieta.
Cuando se acaba la revolución, durante todo el siglo XIX la Conciergerie se siguió dedicando a asuntos judiciales, en 1934 dejó de cumplir con sus funciones carcelarias. Hoy en día es patrimonio de la Unesco y actualmente funciona como parte del Palacio de Justicia (Palais de Justice) y como tal continúa utilizándose para ventilar temas judiciales
Maria Antonieta en La Conciergerie
El 20 de julio la Monarquía francesa toca a su fin. La familia real llevaba casi un año viviendo en las Tullerías y a lo largo del mismo, la cabeza de María Antonieta, uno de los personajes más detestados por la turba revolucionaria, no había hecho otra cosa que pensar y buscar maneras y aliados a lo largo de Europa que los despertasen de la pesadilla.
Y sólo estaba entonces en las Tullerías, poco anticipaba aún la demacrada monarca, el final que se le avecinaba y la forma que este fin traía. Con la dignidad de cuna aparentemente intacta soportó el apresamiento, pero difícil iba a ser lo que estaba por venir. Aquella reina frívola, inconsciente, derrochadora tuvo que ver como decapitaban a su marido y como era separada de sus hijos, tal como si el auténtico objeto de venganza de los revolucionarios fuera ella y nada más que ella. Los juicios que vinieron tras estos acontecimientos mandaron a la reina a la prisión que hoy visitamos. La María Antonieta de la Conciergerie no conservaba ningún rastro de la reina que había sido. La vida en la celda consumía sus días hasta que en octubre al fin, escribía desde aquí las que habrían de ser sus últimas letras. Las letras que lanzó a un mundo que se le había declarado claramente hostil fueron aún las de una reina por más que ya solo ella se considerase tal. Tristezas, resignaciones, ruegos, directrices, últimos alientos y al fin el despuntar de la última mañana que habría de alumbrar la vida de María Antonieta, era el 16 de octubre de 1793.
Arquitectura de La Conciergerie
La conciergerie es un monumental y soberbio ejemplo de la arquitectura medieval levantado en París por los Capetos que, de esta manera, hacían valer su poder ante los feudales. Sin embargo esta arquitectura medieval, este aspecto defensivo ante invasores, tiene todos los rastros de las sucesivas modificaciones que operarían en el tiempo sobre el. Felipe el Hermoso es quien lo convierte en una de las residencias más importantes de la Europa del momento. La Salle de Gens d’Arms, por ejemplo, es fruto de la remodelación de este monarca.
Juan el Bueno fue otro de los reyes que llevaron a cabo profundas reformas en el Palacio. Pero si algo destaca y llama la atención en esta arquitectura son sus cuatro torres:
Tour de l’Horloge
Aquí, en la torre del reloj, fue donde se colocó el primer reloj público de Francia. Se construyó en el año 1350 y fue reemplazado por el reloj que construyó German Pilon en el año 1585. Aún permanece en funcionamiento.
Torre de Cesar
La referencia al inmortal general recuerda la presencia romana
Torre de la Plata
Es gemela de la anterior y su nombre también se relaciona con su sentido ya que aquí era donde se guardaba el tesoro de la corona.
Torre de Bonbec
es la más antigua y la más dramática pues aquí se obtenía la confesión de los presos…si, si la tortura era la marca de la casa.
Interior de la Conciergerie
Nuestra visita al interior de la prisión es posible que esté, al menos en un primer momento, guiado por su papel sangriento y lúgubre y por los personajes que vivieron aquí el tormento de sus últimos días. Todo esto lo podemos preciar visitando, sobre todo las celdas de los desafortunados, la llamada Galería de los Prisioneros. Esta galería, además, se abre por medio de ventanas a la llamada Plaza de las mujeres, que era la plaza por la que podían pasear los presos. Es inevitable centrar la atención y los esfuerzos a la celda de María Antonieta, realmente esta tuvo dos, una de dimensiones y formas humildes en la antigua sala de reunión de los carceleros y otra, aún más humilde, en la que solo un biombo la separaba de sus vigilantes. Por obra y voluntad de Luis XVIII la celda de María Antonieta, fue transformada en la capilla que es ahora y que podremos visitar.
Pero aún queda mucho por ver en el interior de la Conciergerie y, ya que estamos de visita, no perdamos la ocasión de escudriñar sus diferentes historias. La sede del Tribunal Revolucionario fue el Gran Salón, cuya antecámara era el Pabellón de Guardia, y que hoy es la Sala de los pasos perdidos del Palacio de Justicia.
El inmenso pabellón de los soldados daba apoyo a las más de 2.000 personas que, en el origen del “Palais de la Cité” estaban al servicio del rey. El antiguo Pabellón de Guardia fue la parte que, durante la Revolución y por la avalancha de detenidos se remodeló y se convirtió en numerosas celdas.
La capilla con la que nos vamos a encontrar, “La Capilla de los Girondinos”, pese a su nombre ya estaba aquí en la Edad Media y como este lugar no podía ser ajeno a la leyendas que toda historia plegada en sus maletas, se dice que fue en esta capilla en la que los 21 girondinos condenados a muerte esperaron, durante la noche del 29 al 30 de octubre, el momento de la ejecución.
Os animamos a descubrir los alrededores de la ciudad de la luz con nuestras excursiones de un día desde París, que están pensadas para que disfrutéis al máximo de vuestra estancia.
Ubicación de la Conciergerie
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La Conciergerie
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2 Bd du Palais
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Detalles
- 9:30 a 18:00 h - Todos los días.
- General: 9 €
- Reducida: 7 €
- Menores de 18 años
- Personas con discapacidad y su acompañante
Horario
*Los pases se cierran media hora antes del fin de la jornada
Precio
Gratis:
Cómo llegar a la Conciergerie
- Paradas: Estación Cité, Châtelet y Saint - Michel
- Paradas: Cité - Palais de Justice y Pont Saint-Michel - Quai des Orfèvres