Palacio de la Bolsa de París

El Palacio de la Bolsa en realidad se llama Palacio Brongniart, pero se le conoce como Palacio de la Bolsa porque era la sede de la Bolsa de París.

Tras sus primeras ubicaciones Napoleón Bonaparte, viendo la creciente economía de París decide dedicar un único lugar a la Bolsa de París, y al arquitecto Alexandre Théodore Brongniart para construir un edificio que esté a la altura de este crecimiento de la economía y donde pudiera reunir todas las actividades de la bolsa de valores. Como podremos imaginar fue siempre un lugar al que los parisinos no le quitaron ojo.

Cómo es el edificio de la Bolsa de París

En 1808 Brongniart comienza las obras inspirándose en los templos de la antigua Grecia y la antigua Roma, ya que sabía que esos eran los gustos del emperador Napoleón Bonaparte. Brongniart fallece sin ver su obra terminada, y el encargado de continuar con su construcción será Éloi Labarre quien lo finaliza en 1826.

Con el paso de los años, el edificio sufre reformas y modificaciones y una de ellas es colocar una estatua en cada esquina:

• la estatua del comercio de Augustin Dumont
• la estatua de la agricultura de Charles Seurre
• la estatua de la industria de James Pradier
• la estatua de la justicia de François Duret.

El techo tiene decoraciones para rendir homenaje a diferentes ciudades de Francia y a diferentes bolsas de valores de Europa. Todos estos detalles y mejoras hacen que el Palacio de la Bolsa sea declarado Monumento Histórico de Francia en 1987.

Desde la década de 1990 el Palacio Brongniart ya no es sede de la Bolsa. Hoy en día es uno de los primeros centros de congresos y eventos en París.

Qué se hacía en el Palacio de la Bolsa de París

A partir de la segunda mitad del siglo XIX, los mercados bursátiles en París eran operados por la Compagnie des agents de charge, dirigido por los miembros escogidos de un consejo sindical de agentes de bolsa. En cada área comercial de la Bolsa había un número limitado de distribuidores. Los agentes de cambio, (los corredores de bolsa oficiales), eran alrededor de 60 y tenían que cumplir varias condiciones como ser ciudadanos franceses, ser nominados por un exagente o su patrimonio y ser aprobado por el Ministro de Hacienda y nombrados por decreto del presidente de la República.

Los agentes de cambio no podían comerciar por su propia cuenta, debían ser estrictamente corredores de Bolsa.

Era, por decirlo de una manera, su Wall Street particular.

Una de las curiosidades de este Palacio de la Bolsa es que las mujeres no pudieron acceder a él hasta el año 1967.