Museo de la Música

El Museo de la Música se inauguró en 1997 y el arquitecto encargado de diseñar el edificio fue Franck Hammoutène. El museo forma parte de la Ciudad de la Música, un complejo de varios edificios dedicado a la educación e interpretación musical. Es una institución pública de carácter comercial e industrial que se encuentra bajo la tutela del Ministerio de Cultura francés.

Desde que abrió sus puertas hace ya más de dos décadas, sus 2.800 metros cuadrados ofrecen un viaje por la historia de la música de todos los continentes. Y os somos nosotros los que nos embarcamos en ese viaje. Ya sabéis lo que nos gusta en Buendía un viaje a París…

El Museo de la Música está dividido en cinco plantas y organizado de forma cronológica. Esto está fenomenal porque cuando lo visitéis no os perderéis ninguna época y podréis conocer al dedillo cómo ha evolucionado la música occidental y los instrumentos a lo largo de los siglos, desde el siglo XVII hasta el siglo XX.

Se pueden apreciar todas las culturas musicales existentes y consta de una colección de más de 7.000 instrumentos y obras de arte. En su exposición permanente cuenta con 1.000 piezas de esta colección donde además de instrumentos, hay esculturas, pinturas o muebles. Resulta muy interesante que, en este museo, a través de la audioguía, podáis escuchar cómo sonaban cada uno de los instrumentos expuestos, además de contar con sus explicaciones históricas.

Destacan tesoros musicales como una guitarra propiedad de Georges Brassens o un piano que fue usado una vez por Frédéric Chopin. Sin perder de vista los impresionantes pianos que parecen una obra de arte en sí misma.  El Museo de la Música ofrece también variadas exposiciones temporales que muestran a las principales figuras del mundo del pop, la música popular, la música académica y las culturas musicales importantes del mundo. Se exhibe la música en todas sus facetas, dentro del cine, en las bellas artes, el entretenimiento…y cómo encaja en el mundo político y social.

Es un museo estimulante donde además de ver, podréis escuchar gracias a los conciertos en vivo que ofrecen y a las explicaciones con extractos musicales y vídeos. Si vais con tiempo podréis disfrutar de los talleres que imparten y realizar algunas actividades pedagógicas que van dirigidas tanto a mayores como a pequeños.

En la colección perteneciente al siglo XVII, se puede apreciar una muestra de instrumentos musicales como cornetas, guitarras, flautas, el archipiélago (primo cercano del laúd) o el virginal, una especie de clave o espineta. Del siglo XVIII os asombrarán joyas como los clavecines flamencos, de la familia de los teclados con cuerdas; los distintos y espectaculares arpas; un tipo de trompa llamada cuerno omnitónico y la armónica de vidrio.

La colección del siglo XIX representa a la Europa romántica y destaca el impresionante octobajo de 3,5 metros de altura. Es en esta sección donde podréis admirar el saxofón, el invento más célebre de Adolphe Sax que hasta el siglo XX con la llegada del jazz no se hizo popular. No podéis terminar este siglo sin maravillaros con el famoso violín Stradivarius, creado por el italiano Antonio Stradivari.

Llegados al siglo XX os podéis encontrar con una mesa de mezclas con lector y grabador de cintas multipista que desentona con lo que habréis visto hasta ese momento. Pero es que en el siglo XX con la llegada de la electricidad se inventan nuevos instrumentos como el Theremin, el Martenit o el Hammond. A día de hoy todos están en desuso.

La última sección del museo resulta muy interesante porque en ella descubriréis diferentes instrumentos musicales del mundo. Algunos se parecen a los que existen en occidente, pero otros son de lo más curioso:

• El Bin sitar o Rudra-vina indio, que se dice que fue creado por el dios Shiva y se tiene que tocar arrodillado.
• El koto japonés, decorado con motivos florales hechos con materiales preciosos como el oro, plata, ámbar, coral, jade y nácar que lo convierten en un instrumento maravilloso.
• El arpa ngombi, de la República Centroafricana, tiene su largo cuerpo de madera cubierto con piel de antílope.
• Un timbal de Ghana con forma de mujer.
• El charango sudamericano que se puede parecer a una guitarra española.
• El oud árabe, que es como un laúd, un instrumento de cuerda.