Países Bajos

Guia de viaje de

Ámsterdam

Coffee Shops

Vamos a viajar a Ámsterdam… Vamos a viajar a sus Coffee Shops. Es así. Con esto ya debería bastar para hacernos una pequeña idea de lo inseparables que, aun a día de hoy, son la ciudad de Ámsterdam de estos legendarios y famosos establecimientos.

Conviven entre turistas y habitantes, son reclamo y son locales habituales. Mucho se vertió sobre ellos, mucho es lo que sigue diciéndose y debatiéndose sobre ellos. Pero lo único cierto es que mientras el último de ellos permanezca abierto los coffee shops seguirán aferrados a la libertad que en su momento no solo se gestó en la ciudad, sino que más allá se mantendrán en la libertad que salió al mundo bajo la bandera de la capital de Holanda. 

John Green escribía: “algunos turistas creen que Ámsterdam es la ciudad del pecado, pero en realidad es la ciudad de la libertad, y con la libertad se encuentra el pecado”.

No se nos pasa por la cabeza, enredarse en disquisiciones sobre pecados, hábitos o costumbres, sean estas sanas o insanas. Pasamos, como tuvimos ocasión de contaros, por el mundo procurando recorrer sus caminos en sus dos direcciones y en sus múltiples recovecos. Y esta vez, nuestros pasos no solo nos dejaron en Ámsterdam, sino que nos dirigieron a sus coffee shops. Y en esta ocasión, como en otras tantas que ya hubo y en las que aún esperamos que queden, estamos aquí para intentar contaros el camino y para invitaros a hacer con nosotros el viaje.

En Ámsterdam podemos dejar las cuerdas un poquito más flojas, podemos vivir otras realidades, podemos jugar a ser muy libres, y podemos saltar de espejo en espejo de la realidad que es el mundo, sin temor a que los pecados nos atrapen, probablemente porque en esta ciudad también los pecados son libres. Y cuando hablamos de pecados no os proponemos un viaje al lado oscuro del mundo, ni siquiera una vuelta por alguna de sus esquinas sórdidas, que las hay, pero no son libres. Hoy os proponemos otra realidad de esta ciudad holandesa que hace tiempo dejo de censurar, hoy no hacen falta zapatillas de camino, ni mochilas con previsiones largas, hoy hace falta un rato, un tiempo de desconexión. Hoy os proponemos que os sentéis en un coffee shop de Ámsterdam. Hacedlo sin miedo, sin temor. Si, en Ámsterdam, la libertad también se sienta en los coffee shops.

Un poco de historia

Holanda, a estas alturas, de esto no hay duda, pretende ser el país de las libertades. Y la marihuana, a este respecto, tiene mucho que decir. Y lo dice. Y se la escucha.

La historia reciente de la droga en Ámsterdam tiene su punto de arranque en la década de los 70. En estos momentos las autoridades del país creían que era imposible ganar la guerra contra las drogas y en su lucha centraron los esfuerzos en la victoria sobre dos terribles sombras: la cocaína y la heroína. Esta lucha permitió abrir caminos por los que, las llamadas “drogas blandas”, pudieron colarse, encontrándose a su paso político y posturas más permisivas. Así, entonces, mientras en esta época de paz y amor, las autoridades se centraban en lides más complicadas, dejaban aparcada por la ley “del mal menor” el cannabis. En este descuido, los holandeses comenzaron a reunirse para fumar clandestinamente. El siguiente paso, casi de manera natural, fue legalizar esta venta.

En 1976 se dieron los primeros pasos para la descriminalización del Cannabis -30 gramos dejaron de ser un delito-. La conocida como Ley del Opio legalizó en 1976 la venta del cannabis en los Coffe Shops holandeses para controlar la circulación y así separar esta hierba de las llamadas drogas duras. Hasta los años 80 los Coffee Shops continuaron siendo ilegales y pese a todo siguieron prosperando y aumentando en número, en afluencia y en popularidad. En los 90, y ya con la realidad de los Coffee Shop plenamente vigente en las calles holandesas, se decidió endurecer la otrora política relajante (incluso ignorante) y se clausuraron aquellos locales que resultaron implicados en actividades ilegales, fundamentalmente la venta de drogas duras. Es también en los años 90 cuando aparece la BCD (Bond Van Cannabis Detaillisten), una especie de colectivo de los mejores Coffe Shops. Tras estas regulaciones los Coffee Shops pudieron seguir funcionando con un sticker blanco y verde que indique que tienen licencia para vender cannabis.

Y así, dejando las políticas y las trayectorias y centrándonos estrictamente en los locales, hay que decir que estos deben su origen a un comerciante, Kess Hockert, que en 1961 aprovechó un vacío legal, pues haber había una prohibición expresa de poseer hojas secas de cannabis, pero esta prohibición no afectaba al cultivo de esta planta.

Los Coffee Shops a día de hoy

Es importante saber que en Ámsterdam, en sus calles, podemos encontrar varios locales, diferentes entre sí:

  • Coffee Shop, que venden hachís y marihuana.
  • Grow Shop, donde encontrar todo lo relacionado con el cultivo de la marihuana.
  • Smart Shop, compuestos naturales que se autodenominan “afrodisíacos”, “energéticos”, las llamadas drogas inteligentes.

La realidad de los Coffee Shops, a día de hoy, la triste realidad para muchos, es que los establecimientos están desapareciendo. Están cerrando y no abren, así que poco a poco, y como muchos vienen temiendo hace tiempo, su supervivencia está siendo amenazada.

Esto se debe fundamentalmente a que la política del país de la libertad y de la tolerancia a la droga, está cambiando. Probablemente, este momento tenía que llegar, o no, pero igualmente llegó, así que los nuevos aires no están por la labor de conservar antiguos y dulces aromas.

En primer lugar, destrozando así un mito a patadas, hay que tener en cuenta que el cannabis está legalizado en el país, pero también muy controlado tanto su venta como su consumo. Algo así como “sí a la libertad, pero no al libertinaje”. Hoy no todas las ciudades venden marihuana. Surge así (en el año 2012) la llamada “Wietpas”, una tarjeta, una identificación que permite el acceso a los Coffee Shops sólo de los residentes holandeses. Esta medida esta en vigor en las ciudades de Zelanda, Brabante Septentrional y Limburgo. Las políticas de los gobiernos están, a ojos de muchos, en oposición a la histórica libertad de la que hacen gala los holandeses. El país se resiste a los cambios, Ámsterdam lucha por resistir junto a los Coffee Shops, no olvidemos que el volumen de negocio en este sentido es muy importante.

El endurecimiento de la política va cerrando coffee shops sin remedio. La medida que impide que un coffee shop esté a menos de 250 metros de cualquier centro de formación, centros escolares donde haya menores, lleva ya muchos candados a las espaldas. El último el 1 de enero del año 2017 un auténtico emblema de la ciudad en este sentido: el Mellow Yellow. Este coffee shop, el más antiguo del mundo, tuvo que cerrar por estar ubicado a 230 metros de distancia de una escuela de peluquería.

Por un lado está la preocupación de las autoridades del país de que la droga termine por adueñarse de las calles con el consiguiente ataque a la salud y a la seguridad. Por otro quienes aducen que son un auténtico atractivo turístico para la ciudad y que además demuestran que estos locales no solo no revelan aumentos en el consumo de droga de la población, sino que sirven, incluso, como elemento de control.

Problemas económicos, con las autoridades y administrativos terminan por cerrar coffe shops sin que vengan ninguno a abrir sus puertas en sustitución de estos.

Funcionamiento de los Coffee Shops

El funcionamiento de los coffee shops de Ámsterdam, no difiere tanto del funcionamiento de cualquier otra cafetería o local abierto al público. La diferencia, que además los vuelve no solo diferentes sino únicos, estriba en que son lugares concebidos, prácticamente en exclusiva, para el consumo de marihuana y hachís.

Las decoraciones de estos locales pueden variar tanto como quieran, pero el funcionamiento y las normas de convivencia en ellos son muy similares, por no decir que son prácticamente iguales en todos ellos.

Lo primero será acreditar en la entrada que, efectivamente, somos mayores de edad. Una vez dentro y como en cualquier sitio debemos (a no ser que tengamos ya una idea clara de lo que queremos) consultar el menú que nos ofrece el coffee shop elegido. Es importante saber que en este punto el asesoramiento puede ser fundamental, en todos los coffee shops hay personal que sabrán indicaros en el sentido más adecuado no solo para que la visita sea controlada, buena, sino también para evitar que precisamente la visita arruine no solo la estancia sino también la jornada. Si os acercáis a ellos y les contáis que estáis buscando, qué no queréis, qué hábitos tenéis o cuánto de acostumbrados podéis estar, veréis que darán con lo más adecuado para vosotros. Desde Buendía no pretendemos incitar a nadie al consumo, pero tampoco vamos a evitar una realidad que existe, así que os animamos, como petición y también como consejo, que siempre os asesoréis.

Podemos elegir comprar directamente la hierba y también todo lo necesario para liar nosotros mismos, podemos comprar la hierba ya liada. Solo queda sentarse en las mesas y disfrutar del local y de la gente, veréis que el ambiente es relajado, amigable, probablemente mucho mejor de lo que en un principio creísteis que ibais a encontrar. ¡Lo que es estupendo! Pues no hay nada mejor que encontrar lugares que superen con mucho la expectativa que teníamos de ellos. Y los coffee shops en Ámsterdam, suelen ser mejor que la expectativa.

Algunas normas básicas en los Coffee Shops

Por si acaso pensábamos que los coffee shops eran un espacio sin normas y sin criterios, valgan estos puntos para hacernos ver que nada más lejos de la realidad. Son lugares controlados y regulados para el buen funcionamiento y para el disfrute de todos. Algunas de sus directrices (todas de obligado cumplimiento) son:

  • Hay que ser mayor de 18 años para poder entrar, en ningún caso ni circunstancia podrán acceder al interior menores de edad.
  • Tanto la marihuana como el hachís que adquiramos (si lo adquirimos, porque no es obligatorio) está prohíbido consumirlos fuera del local o por la calle.
  • En la gran mayoría de ellos no se vende ni alcohol ni comida. Se venden zumos, infusiones, cafés, si acaso alguna cerveza de baja graduación, y algún coffe shop (no todos) puede tener a la venta alguna tapa o bocadillos.
  • No se venden más de 5 gramos por persona, la misma cantidad que podemos llevar por la calle.
  • Por paradójico que resulte, en los coffee shops no se puede fumar...tabaco normal. ¿Curioso no? Pues es una normativa que todos ellos cumplen.

Desde BuendiaTours hemos elaborado una guía de uso de los mismos .

Los 10 mejores Coffee Shops de Ámsterdam

Baba

Ambientado en el Oriente Medio. En su menú encontramos la White Widow, la Afghan Burder, L.A Confidential, Thai... Warmoesstrat 64, 1012 Amsterdam.

Popeye's

Color en todas las partes es la seña de este coffe shop. Tienen a la venta siete cepas de Haza, tres de Tansh y su Popeye Mix Weed. Haartemmerstraat 63, 1013 EK Amsterdam

Grenn House Namaste

Es un lugar tirando a íntimo, de buen ambiente. No es especialmente barato pero si es especialemente bueno. Waterlooplein 345, 1011 PG Amsterdam.

Siberie

Aparte de su buen producto, que distribuyen desde los años 80, también es un excelente lugar de fin de semana con conciertos en acústico, exposicione de arte, DJ's... Brouwersgrcht 11, 1045 GA Amsterdam.

Blue Bird

Desde 1982 mantiene intacta su fama y su buen entender el negocio. Lugar perfecto si buscamos concentrados como el “Special Max” Sint Antoinesbreestraat 71, 1011 HB Amsterdam.

Katsu

Es un lugar casi perfecto: original, práctico, simple y con buen menú. Eerste van der Heelststraat 70, 1072 NZ Amsterdam.

Grey Area

Hay quien comenta que en este diminuto lugar cabe la mejor marihuana de la ciudad, además suelen dejarse ver famosos!!! Oude Leliestraat 2, 1015 AW Amsterdam.

The Kashmir Logue

Su menú (con algunas de las mejores variedades del mundo), su azotea, sus amplios y cómodos cojines... razones no nos faltan para hacerle una visita

Dampkring

Más que un coffee shop, una referencia en la ciudad. Además conocido por todos, incluso sin haber pisado nunca la ciudad, pues este fue el lugar elegido por la película “Ocean's Twelve”.

Bulldog

La cabeza de perro tachonada con más fama y más conocido en la ciudad...seguro!. El Bulldog nº90 fue el primero y es todo un emblema de la marihuana en la ciudad. Este primer local, auténtico emblema, se encuentra en Oudezijds Voorburgwal 90.