Stopera

Los planes para este complejo multifuncional no son nuevos. De hecho, datan de 1915, pero distintos eventos, como lo fueron ambas guerras mundiales, retrasaron la materialización del proyecto. De todas maneras ya se sabía dónde sería situado, solo faltaba ponerlo en práctica.

En 1955 las autoridades eligieron una firma de arquitectura para llevar adelante el plan, pero su proyecto fue rechazado por no adecuarse a los planes. En 1967 se realizó un concurso a nivel mundial para determinar el diseño de los edificios del complejo, del cual resultó vencedor el vienés Wilhelm Holzbauer, quien sería acompañado por el arquitecto Cees Dam.

Fue en 1981 que el Consejo Ciudadano tomó la decisión de llevar adelante la construcción del Stopera, otorgando entonces el nombre con el que el complejo sería conocido en adelante. El nombre surge de la combinación de dos palabras: Stadhuis (la palabra neerlandesa para “ayuntamiento”), y ópera.

En 1986 se realizó la primera inauguración oficial del Stopera, pero en ese momento solo se encontraba allí el edificio de conciertos, por lo cual el nombre con el que la gente se refería a él era Muziektheater, o teatro de música. Tan solo dos años después, en 1988, se sumó al complejo el ayuntamiento de Ámsterdam.

Si bien el proyecto de Holzbauer fue seleccionado de entre miles de candidatos a nivel internacional, muchos residentes no recibieron al Stopera con mucho cariño. Es que, si al pasear por Ámsterdam nos dirigimos a las inmediaciones de Waterlooplein, nos daremos cuenta de que el complejo queda un poco fuera de lugar.

A sus alrededores, edificios con la arquitectura típica de Ámsterdam, museos históricos y casas tradicionales. No solo eso, sino que, para su construcción, decenas de edificios medievales tuvieron que ser destruidos. Los ciudadanos que se opusieron a su construcción se hicieron a las calles en varias protestas durante las décadas de 1970 y 1980, algunas de ellas violentas.

Hoy, sin embargo, el Stopera es un icono de la escena musical de la capital neerlandesa. Es un buen lugar donde ir a disfrutar de espectáculos de música clásica, pero también donde podemos deleitarnos con las mejores vistas de Ámsterdam hacia el río que le da el nombre a la ciudad.