Sinagoga Portuguesa de Ámsterdam
La Sinagoga Portuguesa de Ámsterdam no es una de las visitas más reconocidas de la ciudad. Sin embargo, la historia y el patrimonio que se encuentran entre sus paredes nos brindará una idea más completa de cómo Ámsterdam es la ciudad que es hoy en día.
Esta ciudad cosmopolita, formada por la diversidad de sus habitantes, es una ciudad liberal que recibió, a lo largo de su historia, con los brazos abiertos a muchas culturas.
Este magnífico complejo del siglo XVII se encuentra cerca de Waterlooplein, en el corazón del antiguo Barrio Judío de Ámsterdam. Si bien hoy en día sigue funcionando como sinagoga, es importante entender el papel que jugó durante la historia de la migración de este pueblo hacia Ámsterdam.
Durante el siglo XVII, Ámsterdam ya contaba con una comunidad judía sefardí, principalmente formada por judíos exiliados de España y Portugal, así como por judíos Ashkenazi que provenían de los países de Europa Central y Este en busca de países con políticas liberales hacia lo religioso.
La tradición comercial de los judíos hizo que la comunidad floreciera durante este siglo, impulsados por la llamada Era Dorada Neerlandesa, época en la que los neerlandeses se hicieron a la mar para importar y comerciar productos de otras tierras -principalmente, especias del sudeste asiático-.
Un lugar de culto digno
La época de bonanza económica de la comunidad judía de Ámsterdam propició la construcción de un lugar de culto digno: la Sinagoga Portuguesa, ubicada en un patio rodeado de edificios pequeños. Antes de eso, los judíos realizaban sus rituales en pequeños templos ocultos esparcidos por la ciudad.
Los arquitectos Elias Bouwman y Daniel Stalpaert fueron los encargados de emprender en la construcción de la sinagoga más grande del mundo con un presupuesto de 186.000 florines.
El complejo fue comisionado en 1665, comenzó a construirse en 1671 y fue inaugurado en 1675. Si bien el edificio ha sido testigo de varias restauraciones, hoy en día se ve casi idéntico a como fue construido hace más de 340 años.
Tal edificio se convirtió en el principal sitio de culto de la comunidad judía de Ámsterdam, ya que, en ella se les permitía observar sus ritos de forma abierta y en público. Hasta la Segunda Guerra Mundial, los judíos conformaban más del 10% de la población de Ámsterdam. La tolerancia que esta comunidad experimentó en la República Holandesa no tenía igual en el resto de Europa.
La sinagoga sobrevivió la ocupación nazi de los Países Bajos. Tras la guerra, el edificio fue devuelto a la comunidad judía de la ciudad y, desde entonces, sigue abierto al público como testigo de su historia.
Su arquitectura y tesoros
El complejo se compone por un edificio rectangular principal -llamado Esnoga- construido sobre pilotes de madera para contrarrestar la inestabilidad del suelo fangoso de Ámsterdam. La majestuosidad de su arquitectura denota la confianza y la riqueza que esta comunidad había logrado. Los arquitectos se basaron en el Templo de Salomón en Jerusalén.
Su techo está hecho con vigas de madera, y cuenta con nada menos que 72 ventanas de hierro forjado.
Una vez en su interior, no podemos dejar de sorprendernos por los candelabros colgantes que iluminan la sinagoga original, con miles de velas a la vez.
Su púlpito principal está dividido en dos filas enfrentadas a un pasillo central, que es por el que los rabinos se desplazan para llevar artefactos sagrados entre la biblioteca y el altar. La galería de mujeres está sostenida por doce columnas de piedra, que representan a las doce tribus de Israel.
Es curioso el hecho de que el suelo esté cubierto de arena. Esto es para silenciar los pasos de quienes caminan por allí, además de para absorber la humedad.
En el subsuelo se encuentra la cámara de los tesoros, que contiene una colección única de manuscritos, textiles y objetos ceremoniales, así como una sala de proyecciones de vídeo.
Tampoco podemos olvidarnos de la biblioteca Ets Haim -Árbol de la Vida o Livraria Montezinos-, la biblioteca judía más antigua del mundo, que alberga ejemplares de libros religiosos únicos y que está en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Otros de los edificios de los alrededores también están abiertos al público, como la Sinagoga de Invierno y la sala de reuniones Mahamad. Alrededor también podremos encontrar otros edificios como un rabinato, un mortuorio, oficinas y archivos, aunque estos pueden no ser accesibles al público.
Detalles para los visitantes
Una audioguía en varios idiomas está incluida en el precio de admisión, la cual explica cada uno de los puntos de interés de la visita.
Es importante tener en cuenta que, para entrar a la sinagoga, los hombres deberán vestir un yarmulke o kipá, una pequeña gorra ceremonial que será provista antes de entrar en la Esnoga.
Ubicación de la Sinagoga Portuguesa
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Sinagoga portuguesa
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Mr. Visserplein 3
- Ver en Google Maps
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Detalles
- 10:00 a 16:45 h - Todos los días
- Adultos: 17 €
- Jóvenes (13 - 17 años): 8,50 €
- Niños (6 - 12 años): 4,25 €
- Niños (0-5 años): gratis
Horario
*Cerrado Sábado y Festividades judías y holandesas
Precio
Cómo llegar a la Sinagoga Portuguesa
- Parada: Waterlooplein
- Parada: Waterlooplein