Parque Leopoldo

Entre la gran cantidad de altos y grises edificios que hay en esta zona de la ciudad, hay un lugar que destaca por ser el pulmón verde del Barrio Europeo. Se trata del Parque Leopoldo. Y no es un parque cualquiera. Como decimos, el contraste que ejerce con su entorno le confiere un ambiente único del que podrás disfrutar si pasas unos días en Bruselas.

Las aproximadamente 10 hectáreas de este parque abrieron sus puertas en 1880. Sin embargo, ¿por qué un parque tan grande en plena ciudad? Pues bien, es que antes de convertirse en el Parque Leopoldo, esta zona era el emplazamiento del Real Jardín Zoológico.

Las 10 hectáreas del Parque Leopoldo eran, antiguamente, parte del valle de Maelbeek, una zona boscosa y campestre donde se encontraba la finca Eggevoort. De hecho, hoy en día aún existe la Torre Eggevoort. Dicha finca fue comprada por la familia Dubois de Bianco en 1819, quienes la convirtieron en un hogar típico de la aristocracia, con su casa de campo, un jardín de disfrute, estanques, huerto… Sin embargo, con la independencia de Bélgica, la población belga crece y necesita expandirse mientras que la burguesa también necesita un lugar en el que asentarse.

En este contexto, nace el distrito Leopoldo en el valle de Maelbeek y Dubois de Bianco vende su terreno en 1851, convirtiéndose el territorio en el Real Jardín Zoológico. Al quebrar la Royal Zoological Society, la gestión del parque regresará a manos de la ciudad de Bruselas. Aunque no es hasta 1880, en el marco de la celebración del “Cinquantenaire” de Bélgica, es decir, su cincuenta aniversario, cuando el jardín zoológico pasa a convertirse el Parque Leopoldo.

Entre 1892 y 1914, gracias al apoyo económico de bancos e industrias, se construyeron cinco edificios científicos: los Institutos de Fisiología, Higiene, Anatomía, Sociología y la Solvay Brussels School of Economics and Management de la Universidad Libre de Bruselas. Quería construirse en su interior el campus de dicha universidad. Sin embargo, el proyecto quedó paralizado por falta de espacio, por miedo a la ocupación y para no perjudicar la vida silvestre que quedaba en el Parque Leopoldo. De hecho, hoy en día todavía es posible ver gansos, tortugas y patos alrededor del estanque.

A partir de 1921, los institutos de investigación se mudan a otras zonas de Bruselas y en el parque se instala un nuevo edificio para la Solvay de la Universidad Libre y sus prensas universitarias, así como el Instituto Dental Eastman o el Lycée Emile Jacqmain.

Además de los edificios mencionados anteriormente, actualmente, en el interior del parque puedes encontrar el Real Instituto Belga de Ciencias Naturales y otros institutos científicos, la famosa Casa de la Historia Europea, algunos think tanks o la biblioteca Solvay, entre otras instalaciones.

Asimismo, dentro de este parque de Bruselas se encuentran otros monumentos de interés como los cuencos de la puerta de entrada, que fueron diseñados por Gédéon Bordiau, el arquitecto estrella del Cinquantenaire. En la época del Real Jardín Zoológico, estos cuencos servían como lugar para pagar la entrada para acceder al zoo. Tampoco podemos pasar por alto la torre Eggevoort, cerca del estanque y de época medieval, a la que la historia le ha otorgado diferentes roles durante toda su vida: de pabellón de caza pasó a pesquería en el siglo XVII y fue parte de un albergue en el XVIII. La torre fue restaurada en 1914, aunque en la actualidad también está previsto mejorarla en el marco de unas obras de reurbanización de la zona sur del parque.

Por último, a los pies del Parlamento Europeo se encuentra uno de los edificios que el arquitecto Balat imaginó durante el desarrollo del zoo. La casa fue la residencia del botánico Jean-Jules Linden, que también se convirtió en el director hortícola del jardín zoológico. En la actualidad, el edificio sigue siendo una casa.

El Parque Leopoldo no destaca únicamente por sus grandes dimensiones y por estar ubicado en el corazón del Barrio Europeo. Lo que más gusta a belgas y turistas es el estanque que hay en su interior.

Sus aguas están alimentadas por el río Maalbeek y la ciudad ha trabajado mucho para mantener su biodiversidad y naturaleza. De hecho, si pasas unos días de vacaciones en Bruselas y das un paseo por el parque, te sorprenderá ver que el estanque tiene un banco natural que protege y ayuda a la conservación de la biodiversidad del área.

Otro de los encantos del parque es un arroyo artificial forma de zigzag que termina su curso en la piscina de lobos marinos, situado al lado del estanque y con gran relevancia histórica, por ser el último vestigio del antiguo zoológico.

En la actualidad, la zona sur del Parque permanece cerrada debido a un proceso de reurbanización. Sin embargo, se espera que las obras finalicen para la primavera de 2021. A partir de esa fecha, en la organización de tu viaje a Bruselas deberás incluir esta parte hasta ahora desconocida del parque. Y es que gracias a la reurbanización, se mejorará la histórica Torre medieval de Eggevoort.