Bosque de Soignes o Bosque de los Sueños

Este espacio cedido a la naturaleza constituye un espacio verde excepcional, inscrito desde el 7 de julio de 2017 en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, como integrante de una serie de 78 valiosos hayedos situados en los 12 países europeos.

Su nombre real es Fôret de Soig y se cree que su denominación  proviene, bien del río Senne o de los Segnos, antiguo pueblo celta que una vez vivió en los alrededores. Pese a ser testigo de una historia especialmente prolija y sujeta al desarrollo demográfico, así como a la planificación urbana del territorio, su relieve original se ha conservado ostensiblemente.

Es el plan perfecto para pasar el día, ajeno al ruido y al ajetreo de la ciudad.

Existen rastros arqueológicos de establecimientos humanos ya en el Paleolítico. Por esta época, el Bosque de Soignes ocupaba parte de Europa Occidental. Y ya durante los primeros siglos de la era cristiana se empezó a explotar el bosque para obtener frutos y cazar.

Fue coto de caza de los Duques de Brabante y sus herederos, gracias a lo cual consiguió escapar a la tala y deforestación. A pesar de todo, a lo largo de los siglos, los pueblos y comunidades religiosas que se asentaron en sus alrededores fueron minándolo.

Durantelos siglos XVI al XVIII, la población, con unos señores locales empobrecidos al frente, saqueó los recursos del Bosque que ya no pudo regenerarse naturalmente, lo que supuso una reducción importante de su superficie.

En el período austriaco, un joven arquitecto paisajista natural de Viena, Joachin Zinner, puso su atención en el Bosque de Soignes con el propósito de producir madera de calidad y de forma rápida. A raíz de ello, se plantan en abundancia y en tiempo récord las hayas que décadas más tarde darán origen al famoso hayedo catedral.

Les Trois Fontaines (Las Tres Fuentes): en 1323 el duque Juan III de Brabante ordenó construir un refugio fortificado, flanqueado por una torre y una capilla. A principios del siglo XV, tras la anexión de un nuevo edificio se convirtió en residencia del gruyer, que era la persona encargada de velar por la seguridad del coto de caza del duque.

Mémorial aux forestiers (Monumento conmemorativo a los guardas forestales): es un monumento fúnebre de 1920, compuesto de un dolmen rodeado de un círculo de once piedras levantadas, que conmemoran a los once guardas forestales que cayeron en la Primera Guerra Mundial y dota al bosque de un aura mística muy especial.

Notre – Dame de Bonne Odeur (Nuestra Señora del Buen Olor): en 1485, el abad de Groenendael hizo construir una capilla dedicada a Nuestra Señora del Buen Olor, invocada entonces para combatir las fiebres. Tras durar siglos y sobrevivir a los iconoclastas y las guerras, fue destruida en 1864 por encontrarse inoportunamente en el trayecto de una carretera. Reconstruida 100 metros más lejos, sigue siendo un lugar de peregrinación.

La Abadía de Rouge Cloitre (Monasterio Rojo): situada en la linde del bosque (Auderghem), es todo lo que queda de los siete conventos que una vez hubo en Soignes. De los edificios del siglo XIV solo queda el ala sur, que se ha convertido en un restaurante y bar, una parte de la granja, los graneros y los establos.

Muchos dicen que la mejor época para visitar el Bosque de Soignes está entre finales de octubre y finales de noviembre, pero cualquier época es buena para pasear por este pulmón verde de Bruselas.

El Bosque de Soignes se forma en un 80% de hayas y un 10% de robles. La poda natural y la búsqueda de luz producen ejemplares altos y enhiestos, y en parte son ellos quienes encuadran los paseos de este lugar. Esto en cuanto a la flora más majestuosa, pero…¿podemos ver animales en el Bosque de Soignes?

Pues sí, y eso lo convierte (entre otras muchas cosas) en un maravilloso plan para hacer con los niños en Bruselas.

Dentro de los grandes mamíferos en el Bosque de Soignes hay corzos y también zorros. Al igual que pequeños mamíferos roedores como campañoles, musgaños y ratas y algunos de sus depredadores como las comadrejas, armiños, turones y ardillas.

El Bosque de Soignes alberga además 14 variedades de murciélagos de los que algunos están en peligro de extinción. Hay aves rapaces diurnas y nocturnas y aves acuáticas como gallaretas o garzas reales.

El bosque cuenta también con peces como carpas, batracios, en peligro de extinción a causa de la contaminación, y especies exóticas como tortugas, ranas y serpientes.

En los estanques y lagunas es fácil ver cisnes, ánsares y gansos, somormujos, fochas, y anátidas de varias especies.

Si estamos organizando una jornada al aire libre sabed que en el Bosque de Soigneshay actividades muy diversas, divertidas y para todos los públicos. Aquí se puede hacer senderismo (los caminos están debidamente señalizados para que sea más seguro para todos), pasear a caballo, en bici, hay excursiones guiadas, e incluso rutas micológicas (aunque no está permitido recoger setas del bosque, ya que hay que respetar la biodiversidad que posee).

Existen folletos y mapas de los senderos del Bosque de Soignes en la Oficina de Medio Ambiente de Bruselas Gulledelle. Para comer en el Bosque de Soignes, puedes hacerlo en Rouge Cloitre, donde está la terraza La Vita e Bella, que vende aperitivos y bebidas todos los fines de semana.

Recomendación: calzado cómodo y ropa de abrigo, pues aún en verano hace fresco ya que la zona es bastante sombría.