Abadía de La Cambre

La Abadía de La Cambre es un remanso de paz y tranquilidad y un plan para pasar un día en Bruselas alejado del ruido de la gran ciudad, de acceso abierto. 

Los Jardines de L´abbaye fueron diseñados a principios de siglo XVIII y se encuentran entre los estanques de Ixelles y el Bois de la Cambre, en terreno montañoso. Están divididos en dos partes, la primera ajardinada y la segunda en cuatro terrazas escalonadas de estilo clásico. Fueron distribuidos en estilo francés alrededor de 1720 y restaurados en estilo neorrenacentista por el arquitecto paisajista Jules Buyssens en 1927.

El acceso al Jardín de L’Abbaye en terrazas, comienza con una escalera monumental estilo Luis XV, que conduce al visitante a la primera terraza, que cuenta con un pequeño y elegante pabellón Luis XV y los edificios de la Abadía. Al sur de los jardines se encuentra la capilla de Saint-Boniface.

Prolongando los Jardines de L´Abbaye y en uno de sus extremos, se encuentran los célebres Estanques de Ixelles, dos estanques majestuosos de agua dulce rodeados de edificios de Art Nouveau y Art Déco con vistosos ladrillos rojos, porque partir del siglo XIX, y aunque esto era la periferia rural, se convirtió en una zona residencial muy apreciada por la burguesía de la época.

Los estanques de Ixelles son una formación natural en el curso del río Maelbeek a través de Bruselas, cuyo cauce ha quedado cubierto por la ciudad. Los estanques eran la causa de graves problemas de higiene. Por esa razón, la mayoría de ellos fueron desecados durante el siglo XVIII. Debido a las inclemencias del tiempo y el terreno movedizo, la acción llevó más de cien años.

Tienen una longitud de aproximadamente 700 metros de largo y 50 metros de ancho, se alinean en un eje Norte-Sur y están separados por una estrecha franja de tierra. Junto con el parque que los rodea, los Estanques de Ixelles son la punta de una larga franja casi ininterrumpida de vegetación que viene desde el Bosque de Soignes y se adentra hasta el tejido urbano de Bruselas.

Hay una serie de monumentos en el parque L’Abbaye, como el que recuerda al escritor Charles de Coster o la estatua de La Danza, al final del segundo estanque y frente a la Abadía de Cambre.

Es especialmente curioso visitar los estanques de Ixelles en invierno porque se suelen helar y los pájaros caminan tranquilamente por la superficie. Además los alrededores tienen muy buen ambiente: hay muchos cafés y restaurantes.