Panteón Nacional de Lisboa

La construcción del Panteón Nacional de Lisboa comenzó en 1682 a cargo del arquitecto João Antunes. Este Panteón se erigió encima de las ruinas de la Iglesia de Santa Engracia, la cual se derrumbó debido a problemas en su edificación y a un temporal muy fuerte. 

El arquitecto tuvo que dejar a medias la obra debido a su fallecimiento. Por esta causa, el rey John V perdió interés en este proyecto y dejó de destinar ayudas para acabar la construcción. A raíz de otros problemas, la obra no se volvió a tocar hasta el siglo XX, cuando se le incorpora la cúpula y, finalmente, es inaugurada en 1966. 

Como estáis pensando, sí, el Panteón Nacional de Lisboa tardó en construirse más de 280 años. Es por eso que, cuando los lisboetas quieren referirse a que una cosa se demora mucho en el tiempo, hacen un guiño a la construcción del Panteón y a la antigua iglesia y dicen: “como las obras de Santa Engracia”.

Dentro del Panteón Nacional de Lisboa deberéis fijaros en su planta central con forma de cruz griega y en la cúpula rodeada de mármol policromo. En su exterior, podréis admirar la fachada con forma ondulada, el portal barroco que nos abrirá la entrada al Panteón y el escudo de armas del Panteón. Y, por supuesto, su cúpula. 

Restos de figuras destacadas

Dentro del Panteón descansan los restos de personas ilustres de la historia de Portugal y de Lisboa, de manera más específica. En concreto, podremos visitar la tumba de la fadista más famosa: Amalia Rodrigues; del general y político: Humberto Delgado; del escritor: Almeida Garrett; del diputado, periodista y poeta: Abilio Manuel Guerra Junqueiro; del futbolista, Eusebio da Silva Ferreira y de la poetisa: Sophia de Mello Breyner Andresen. 

En la nave central descansa el aristócrata y militar portugués Nuno Álvares Pereira, el navegante Vasco da Gama y el conocido escritor portugués Luis de Camões, entre muchos otros.