Fado en Lisboa
E tão fadista quem canta como quem sabe escutar es una de las frases que encontramos decorando las paredes de la Taberna do Chico, en el Barrio Alto, junto a un sin fin de fotos y banderas de equipos de futbol colgadas del techo... "Es tan fadista el que canta como el que sabe escuchar" sin duda parece ser toda una invitación a disfrutar de este cante... y si estamos en Lisboa, desde luego no tendremos excusa para no hacerlo.
El Fado forma parte de la historia lisboeta. Y al igual que si vais a Lisboa visitaréis Belém o comeréis una francesinha, también tendréis que hacer una parada en un fado o, al menos, en su museo, del que también os hablaremos. ¿Quieres conocer la historia del fado en Lisboa? ¡Empezamos!
Historia del Fado
El fado es el género musical tradicional portugués por excelencia. Hay distintas teorías sobre el origen del fado, algunos lo atribuyen a los árabes que poblaron la ciudad, otros consideran que podría venir de Brasil, que fue colonia portuguesa, pero, sin embargo, una de las teorías con más peso y consistencia defendería que el fado tiene tradición marítima, puesto que la temática del mar está muy presente en muchas de las composiciones.
Sea como fuere, el fado comienza a desarrollarse como cante popular en el siglo XIX, aunque en sus primeros años se solía identificar con las clases bajas. Sus letras solían hablar de desgracias, penas, rupturas amorosas y en general problemas que afectaban a sus cantautores. Fue ya en el s. XX cuando el fado comenzó a ser aceptado por las clases medias-altas y se empezó a representar en grandes escenarios e incluso a retransmitir por la radio.
Amália Rodrigues, la reina del fado
La fadista Amália Rodrigues se convirtió en la embajadora del fado, dándolo a conocer por todo el mundo. Nacida en Lisboa y conocida como la Reina del Fado, Rodrigues grabó más de 170 discos con fados. ¿Su canción más famosa? En un momento crucial: La Revolución de los Claveles en 1974, la canción protesta se impuso al fado, que conoció unos años de decadencia.
Pero parece que el siglo XXI le ha traído nuevos aires, el fado vuelve a estar de moda, con una nueva generación de grandes artistas. De hecho en el año 2011, el fado ha sido declarado por la UNESCO Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Museo del Fado
Desde 1998, el Museo del Fado está abierto al público. Un museo dedicado exclusivamente al fado y a la guitarra portuguesa. Ubicado en el barrio de Alfama, el museo guarda en su colección fotografías, partituras, licencias, otros instrumentos musicales, trajes típicos, entre otros objetos.
Este mismo museo tiene un archivo sonoro de fados y sello discográfico para poder grabarlos. Hay más de 3000 grabaciones de fados y todas ellas están disponibles para escuchar en el mismo museo.
Dónde escuchar fado en Lisboa
Si vas a estar por Lisboa, no puedes irte sin disfrutar de este cante. Normalmente, un solista canta, acompañado de una guitarra portuguesa y a veces también otra española. Te pedimos que disfrutes del Fado con respeto, pues no se permite hablar ni hacer ningún ruido mientras el fadista canta, ya que con el silencio podrás envolverte de verdad con la magia de este cante.
A continuación te aconsejamos algunos de los mejores lugares donde escuchar fado en Lisboa y disfrutar de una buena cena con espectáculo.
Tasca do chico
Ubicado en el Barrio Alto, Tasca do Chico ofrece todos los lunes y miércoles un espectáculo de fado. En este sitio solo tendrás que pagar la consumición, ni entrada, ni cena. Aunque también tiene comida que podréis degustar mientras veis el espectáculo.
Tasca do Jaime
Tasca do Jaime es un lugar familiar con poco espacio, pero con mucho encanto. Todas las tardes, excepto el lunes que es su día de descanso, desde las 16:30 pasan por el escenario distintos fadistas. Todo un verdadero espectáculo. Al final de la tarde, el ambiente y los fadistas se animan tanto que hasta los propios dueños del bar salen a cantar.
Parreirinha de Alfama
Junto al Museo del Fado de Alfama, este lugar es una de las casas de fado más antiguas y tradicionales, abierta en 1950. Es un lugar pequeñito, íntimo y acogedor, en el que podrás tener a los fadistas a centímetros mientras disfrutas de una exquisita cena. No se cobra una entrada aparte por el espectáculo ni hay un menú cerrado, se elige a la carta, con una consumición mínima de 30 euros por persona. Con unos aperitivos, plato principal, postre y bebida suele salir a unos 50 € por persona. Pero aunque sea un sitio más elevado de precio, merece la pena sin duda alguna su visita.
Sr. Fado
Aquí te sentirás como en casa. La misma familia que lo regenta, cocina los platos, sirve las mesas, y canta los fados. Aquí hay un menú cerrado por 45 € por persona, a elegir entre carne o marisco, más el espectáculo. Cierra los lunes, martes y viernes.
Adega Machado
Adega Machado fue fundado en 1937 por la fadista famosa Maria de Lourdes Machado y su marido. Aunque el local fue renovado más tarde del 2010, este sitio sigue manteniendo la esencia fadista tradicional. ¿Te animas a conocerlo?
O Faia
Fundado en 1947, O Faia ofrece espectáculos de fadistas de lunes a sábado por la noche. La fundadora de este local es la conocida Lucila do Carmo, y gracias a su fama, por este fado han pasado grandes cantantes del género lisboeta. En pleno Barrio Alto, este local ofrece una entrada de cena con espectáculo por 55 euros.
Clube de Fado
El guitarrista Mario Pacheco suele acompañar aquí a los artistas con su guitarra portuguesa. El espectáculo de fado cuesta 7,50 € y se pide a la carta. Cuentan con página web en español donde se puede consultar los platos que sirven y el precio de los mismos. Como se puede apreciar, el precio de una cena en estos restaurantes es algo elevado para la media de Lisboa, pero hay que tener en cuenta que se disfruta de un espectáculo de fado que bien merece la pena.
Si queréis disfrutar del fado a un precio más económico, tomando una copa o un vino con petiscos (las tapas portuguesas), nuestra recomendación es la ya citada Tasca do Chico, en el Barrio Alto. Es un pequeño bar que casi siempre está lleno, y a donde muchos fadistas se acercan de manera espontánea para hacer las delicias de los allí presentes con su arte. No dudamos que el desgarro de estas voces, el sentimiento que transmiten, te emocionará y querrás regresar una y otra vez a Lisboa, solo para escuchar Fado.