Portugal

Guia de viaje de

Lisboa

Qué ver en Lisboa

¿Quieres saber qué hay que ver en Lisboa? En esta sección de la guía hablaremos de los principales monumentos de la capital lusa y de cómo organizar tu viaje si vas uno o varios días. Conoce esos lugares imprescindibles que hacen de Lisboa un destino único de nuestro continente e inspírate para tu próximo viaje.

Lisboa es una ciudad mágica con mucho que ofrecer. Tiene más de tres barrios principales por los que tendrás que pasar sí o sí, mientras vas descubriendo monumentos, miradores especiales y otras cosas que ver en Lisboa. Para que la descubras en tu viaje, te contamos cómo ver Lisboa en función de los días que visites la ciudad, que destaca por su variedad de estatuas, palacios y barrios.

Y ya sabes que la mejor forma de conocer una ciudad es hacerlo con un local, por eso, te recomendamos nuestras visitas guiadas por Lisboa.Conoce la historia de cada uno de ellos y quedarás impresionado con la diferente pero mágica belleza que lo conforma-

Monumentos y lugares imprescindibles de Lisboa

Barrio de Alfama

Esta zona es una de esas que no pueden faltar en tu viaje a Lisboa, sea este de corta o larga duración. Explora las estrechas calles empedradas, disfruta de las vistas desde el Mirador de Santa Lucía y visita la impresionante Catedral de Lisboa, que también se encuentra aquí.

La capital lusa cuenta con muchos barrios únicos que debes descubrir, pero este pondrá el toque histórico y artístico a tu viaje, siendo además la cuna del fado, el estilo musical por excelencia de Portugal; déjate sorprender por sus emocionantes notas mientras lo recorres.

Torre de Belém

Símbolo de la ciudad, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y antigua prisión, la Torre de Belém da la beinvenida a miles de visitantes a lo largo del año. Sus inicios comenzaron como línea de fortificaciones ante los ataques piratas, aunque ha ido variando su función de prisión a faro, siendo actualmente un monumento.

Francisco de Arruda diseñó esta gigante obra en 1515 para defender el puerto de la ciudad. Este monumento manuelino es un recordatorio de la Era de los Descubrimiento de Portugal, testigo de años de navegación y éxito marinero.

Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción Vieja

Entre la Plaza del Comercio y el Campo das Cebolas, encontramos la impresionante fachada de la Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción Vieja. El pórtico y sus esculturas captarán tu mirada al pasear por la calle Alfandega, aunque a su interior también merece la pena acercarse en tu visita a Lisboa.

Se completó en el siglo XVI por orden del rey Manuel I y el hecho de ser el edifico religioso manuelino más antiguo de la capital portuguesa lo convierte en uno de los lugares que ver en Lisboa. El tímpano sobre la entrada de la iglesia representa a Nuestra Señora de la Misericordia junto a las figuras del rey Manuel, la reina Leonor y el Papa Alejandro VI bajo su manto.

Castillo de San Jorge

Construido durante la ocupación musulmana, el Castillo de San Jorge de Lisboa ocupa la colina más alta de la ciudad. Su ubicación estratégica y los restos de asentamientos anteriores hacen del castillo uno de los monumentos más visitados de la ciudad de Lisboa.

Desde su función como base militar en tiempos árabes, su transformación a palacio real y su declaración como Monumento Nacional, el Castillo de San Jorge se ha convertido en un esencial que ver en Lisboa. Recorre sus murallas y patios para disfrutar de las vistas de los tejados rojos de Lisboa, y visita la Torre de Ulises.

Arco da Rua Augusta

Enfrentando al majestuoso río Tajo, el Arco de la Rua Augusta gobierna la reconocida Plaza del Comercio. Aunque el arco que nos encontramos no es el original, debido a su demolición a orden de Doña María I, su consiguiente no tiene nada que envidiar.

Cabe destacar en su majestuosidad la figura de una corona de laurel, sus impresionantes vistas y su terraza-mirador. Un ascensor te eleva hasta la cima, donde podrás disfrutar de las vistas a la plaza, al Tajo y al Castillo de San Jorge.

Casa dos Bicos

Casa dos Bicos es un edificio residencial de la familia Alburquenque diseñado por el arquitecto Francisco de Arruda. Tras ser destruido por el terremoto de 1755, se reconstruyó y se usó para fines tanto públicos como privados. En la actualidad, alberga la sede de la Fundación José Saramago.

La fachada es una excéntrica mansión del siglo XVI y llama su atención por las 1125 espigas en forma de diamante. Además, su interior alberga un museo dedicado al escritor más famoso de Portugal, y una excavación en la planta baja de ruinas romanas.

Monasterio los Jerónimos

El barrio de Belém alberga el Monasterio de los Jerónimos de Lisboa, sinónimo de expansión e imperio. Puerta de entrada para los que llegaban por vía marítima, esta lujosa obra arquitectónica fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Jerónimos estuvo una vez poblado por monjes de la Orden de San Jerónimo, cuyo trabajo espiritual durante cuatro siglos fue consolar a los marineros y orar por el alma del rey.

El estilo manuelino de su claustro, la belleza de su capilla y los restos del escritor Fernando Pessoa que se alojan en su interior, lo hacen una visita imprescindible. Vasco da Gama está enterrado en el presbiterio inferior, frente al poeta del siglo XVI Luís Vaz de Camoes. Encontrarás las mejores vistas de la iglesia desde el coro superior.

Elevador de Santa Justa

El único ascensor vertical de las calles de Lisboa, construido en 1902, es una obra neogótica de Raúl Mésnier, aprendiz de Gustave Eiffel. De ahí que el Elevador de Santa Justa de hierro forjado nos recuerde un poco a la famosa Torre Eiffel.

Es una de las atracciones turísticas más demandadas y únicas de Lisboa, en la que se transporta a los pasajeros por 45 metros desde el distrito de Baixa hasta Largo do Carmo. Una plataforma de observación cuando alcanzas la cima proporciona una de las mejores vistas del centro de la ciudad.

Estación del Rossio

La antigua estación de tren de Lisboa es considerada uno de los monumentos más atractivos de la ciudad. Sus impresionantes puertas en forma de herradura y su fachada de estilo neomanuelino han declarado a esta estación inmueble de interés público desde 1971.

La Estación del Rossio comunica el centro urbano con el municipio de Sintra, el destino más perfecto para hacer una excursión desde Lisboa de un día, por lo que es la estación más utilizada por los viajeros y turistas. 

Monumento a los Descubrimientos

Los 500 años de la muerte de Enrique “El Navegante” quisieron conmemorarse con el Monumento a los Descubrimientos en el barrio de Belém. Esta construcción de piedra de más de 50 metros tiene forma de carabela y alberga a 33 personalidades de aquella época.

Con el río Tajo enfrente y el barrio de Belém a tu espalda, el monumento sostiene a la rosa de los vientos con las distintas rutas marítimas de la época. Coge el ascensor, o sube los más de 260 escalones, para acceder al mirador azotado por el viento para conseguir unas vistas de 360 grados sobre el río.

Catedral de Lisboa

La Catedral da Sé es considerada la iglesia más importante de la ciudad. En el barrio de Alfama, encontramos la impresionante Catedral de Lisboa, construida en 1150 sobre una mezquita poco después de que los cristianos recuperasen la ciudad, y declarada monumento nacional desde 1910.

Su apariencia austera y parecida a una fortaleza, el románico tardío de su fachada y el ábside gótico son elementos dignos de visitar, los cuales la hacen una catedral sin igual. Un estilo único difícil de imitar. Su claustro gótico se abre a un pozo profundo lleno de excavaciones arqueológicas de hace más de 2000 años.

Plaza del Comercio

Uno de los lugares más emblemáticos de Lisboa es la Plaza del Comercio. Sustituyendo al antiguo Palacio Real, encontramos numerosos edificios amarillos que hacen de esta plaza un lugar sin igual. En su centro se eleva la estatua ecuestre de Dom José I, aunque la mayor atracción turística de esta praça es el triunfal Arco da Rua Augusta de Verissimo da Costa.

Este espacio ha sido testigo de una revolución, celebraciones y hasta un asesinato. Todos los que llegaban en barco solían desembarcar aquí, y todavía hoy se siento como la puerta de entrada a la capital portuguesa, por ser un sitio lleno de actividad y acompañado del traqueteo del tranvía.

Plaza del Marqués de Pombal

Lisboa no puede olvidarse del Marqués de Pombal, Ministro de Exteriores junto al rey José I de Portugal. Despertador de pasiones y odios entre los portugueses, su figura significó el resurgir de Lisboa. Así lo demuestra la plaza a su nombre: una plaza majestuosa, imponente y digna de visitar en tus días en Lisboa.

En el centro de la plaza está la estatua de bronce de Sebastiao José de Carvalho e Melo, sobre un pedestal de piedra blanca de más de 30 metros de altura. En las inmediaciones se pueden encontrar varios bancos y hoteles de lujo, además del Parque Eduardo VII, con preciosas vistas hacia Baixa y el río Tajo.

Plaza del Rossio

La Praça Dom Pedro IV,  más conocida como Rossio, es un lugar de ferias, mercados y fiestas públicas. La plaza ha conservado su esencia de lugar de encuentro, destacando sus mosaicos en el suelo, sus restaurantes y bares y, sobre todo, sus joyas arquitectónicas. Esta reconocida plaza es famosa como punto de ocio nocturno.

Los adoquines de esta plaza lo han visto todo: quema de brujas, corridas de toros, mítines políticos y claveles de la revolución de 1974. Un lugar lleno de historia que no puedes perderte. 

Puente 25 de Abril

No puedes olvidarte en tu visita a Lisboa del gran Puente 25 de Abril, ubicado justo antes de llegar al barrio de Belém. Esta verdadera joya arquitectónica fue fruto de un concurso de 1959 dando homenaje a la Revolución de los claveles del 25 de abril de 1974, el cual consiguió restablecer la democracia en Portugal.

Su enorme estructura roja de hierro capta la atención de cualquiera que cruce el Tajo, algo que puedes descubrir con un paseo en barco por el Tajo. Esta supone una de las cosas que ver en Lisboa que no puede faltar en tu viaje, tanto por su vista como por el plan tan divertido y diferente que supone. ¡Compruébalo!

Puente Vasco da Gama

Una auténtica joya de la ingeniería construida por motivo de la Expo´ 98. Sirve de unión a Montijo y Socávem. El Puente Vasco da Gama rinde conmemoración a los 500 años de la llegada de Vasco da Gama a la India, el primer europeo en llegar a la India a través del Océano Atlántico. 

Más de 3000 personas se unieron en su construcción para crear uno de los puntos más emblemáticos de Lisboa.

Teatro Nacional de Lisboa

En la plaza del Rossio, en el corazón de Lisboa, encontramos el Teatro Nacional de Lisboa. El edificio funcionaba como alojamiento de los mandatarios extranjeros que visitaban la ciudad, pero principalmente funcionó como sede de la Inquisición hasta su abolición.

Ni los incendios ni el terremoto fueron capaces de destruir este majestuoso edificio.

Tranvía 28 Lisboa

Sin duda el Tranvía 28 es un imprescindible que ver en Lisboa, el clásico vagón amarillo de la capital portuguesa. La ciudad de las 7 colinas se vuelve fácil de recorrer con el tranvía, ofreciéndonos un camino por algunos de los barrios más famosos de Lisboa, unas impresionantes vistas y el recorrido por los monumentos más importantes de Lisboa. 

No puedes irte de Lisboa sin montar en este transporte centenario tan popular, que va desde la Praça Martim Moniz hasta Campo de Ourique en unos 45 minutos. Puedes hacerlo por tu cuenta o con una de las actividades disponibles en Lisboa.

Panteón Nacional de Lisboa

El Panteón Nacional de Lisboa es un monumento que no puede faltar en nuestro itinerario que ver en Lisboa. Dentro de él están enterrados figuras tan importantes como Amalia Rodrigues o los reyes de Portugal. En la cima del Campo de Santa Clara de Graca, el panteón es un edificio barroco de porcelana blanca originalmente pensado como iglesia, pero que hoy rinde homenaje a los héroes y heroínas de Portugal.

Además, tiene una cúpula adornada con mármol rosa y remolinos dorados, que cuenta con un mirador desde el que tendremos las mejores vistas de Lisboa.

Basílica da Estrela

De estilo neoclásico con elementos barrocos, destaca la Basílica da Estrela. Este monumento te cautivará por su cúpula, pero también por su interior, en el que podrás ver diversos instrumentos de tubo dorado, la tumba de María I.

No puedes perderte el presépio, el cual acoge el belén más grande todo Portugal. Compuesto por más de 500 piezas hechas de corcho y terracota del célebre escultor del siglo XVIII Joaquim Machado de Castro.