Portugal

Guia de viaje de

Lisboa

Torre de Belém

La Torre de Belém, a orillas del río Tajo, es uno de los símbolos de la ciudad de Lisboa, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde el año 1983. Recibe visitantes de todo el mundo cada año.

Fue construida en el siglo XVI como parte de una línea de fortificaciones para defender la entrada al puerto de la ciudad, ante la amenaza de ataques piratas debido a la época de esplendor por la que estaba pasando Portugal.

También es conocida como la Torre de San Vicente, en homenaje al patrón de Lisboa

Información Torre de Belém

Horarios

  • Abre de martes a domingo, de 9:30 a 18:00 horas.
  • El último acceso es a las 17:30 horas.
  • Cerrado: todos los lunes, el 1 de enero, el Domingo de Pascua, el 1 de mayo, el 13 de junio y el 25 de diciembre.

Precio de la entrada

  • Adultos: 8€
  • Estudiantes y mayores de 65 años: 4€
  • Niños de 0 a 11 años: Gratuita
  • Con la tarjeta Lisboa Card: Gratuita

Accesibilidad

La visita al interior de la torre no es accesible para sillas de ruedas, pero sí lo es la Praça do Império, plaza en la que se encuentra el acceso a la torre y desde donde la vista exterior es inmejorable.

Cómo llegar a la Torre de Belém

Se ubica sobre la antigua playa de Restelo, a orillas del Tajo en el Barrio de Belém. Su ubicación exacta es la Avenida Brasília y tienes diferentes formas de llegar a ella.

En autobús: utilizando las líneas 714, 727, 728, 729, 751, 113, 144 y 149. Al llegar, en función de la línea, tendrás que bajarte en: Largo Da Princesa, Usf Descobertas o Mosteriro Jerónimos.

En tranvía: con las líneas 15, bajándote en la parada Torre de Belém, y 15, hasta la parada Mosteiro Jerónimos.

En coche: La zona de Belém cuenta con muchas zonas de parking. Las zonas verdes, que son las más baratas de la ciudad, permiten hasta 4 horas de estancia por 3,20 €. Por el mismo tiempo, la zona amarilla serían 4,80 €. Por último, las zonas rojas, que permiten solamente 2 horas de estacionamiento, con el precio más alto (en torno a 3,20 €).

¿Qué ver en los alrededores de la Torre de Belém?

El barrio de Belém, donde se ubica la torre, ofrece una gran cantidad de opciones para descubrir y pasar un rato antes o después de descubrirla. Podrás conocer el imponente y amplio Monasterio de los Jerónimos, probar los míticos pasteles de nata, típicos de esta zona, y maravillarte ante las formas del Monumento a los Descubrimientos.

Si quieres aprovechar para conocer la riqueza cultural de Lisboa en alguno de sus museos, sin salir de la zona encontrarás el Museo Nacional de Arqueología y el Museo dos Coches, dos de los museos principales de Lisboa

Asegura tu acceso a la Torre de Belém

Entradas Torre de Belém

Conoce la Torre de Belém

Tras varios intentos de crear fortalezas para proteger el estuario del Tajo, el Rey Manuel I mandó construir la torre de Castelo de São Vicente a par de Belém, nombre original de la Torre de Belém. La edificación comienza en el año 1516 y termina en 1519. Formada por 763 bloques y 504 piedras, es inaugurada y recibe su nombre en honor al patrón de Lisboa, San Vicente.

Durante su construcción, Manuel I ordenó situar un barco de guerra de 1000 toneladas delante de la edificación para protegerla de posibles ataques hasta el fin de la obra. A pesar de que fue construida con esa finalidad, la Torre de Belém no siempre ha tenido uso defensivo.

Con la llegada de la dinastía filipina al trono de Portugal, la torre fue utilizada como prisión para presos políticos, registro de aduanas y posteriormente, en torno a 1865, sirvió de faro para los marineros.

En 1983, tienen lugar en la Torre de Belém unas obras de recuperación para devolverla a su imagen original. Gracias a la creación de un lago artificial, la torre vuelve a estar rodeada de agua, como se encontraba en sus inicios. En julio de 2007, fue clasificada como una de las Siete Maravillas de Portugal y, actualmente, es uno de los monumentos más importantes del país.

 

Arquitectura de la Torre de Belém

Esta fortificación es uno de los mejores ejemplos de arte manuelino en edificios de carácter militar que existen hoy en día. Este estilo, que se desarrolló principalmente durante el reinado de Don Manuel I, el Afortunado, se caracteriza por utilizar elementos provenientes de la tradición árabe, así como un gran número de elementos de origen marinero, en clara relación a las expediciones marítimas del momento.

El arquitecto encargado de diseñar la Torre de Belém fue Francisco de Arruda, quien ya tenía experiencia en el diseño de fortificaciones defensivas, y la obra se llevó a cabo bajo la supervisión de Diogo de Boitaca, quien al mismo tiempo dirigía también las obras del cercano Monasterio de los Jerónimos, otro claro ejemplo de arte manuelino.

La Torre de Belém consta de cinco pisos, correspondiendo, de abajo a arriba, con la sala de gobernador, la sala de los reyes, la sala de audiencias, la capilla y la terraza de la torre.

Desde la terraza se puede ver el río Tajo, el Monasterio de los Jerónimos y el Monumento a los Descubrimientos. El baluarte, por su parte, de forma poligonal, está rodeado de almenas y cuenta con una garita defensiva en cada vértice. En su centro se encuentra una imagen de Nuestra Señora del Buen Suceso, también conocida como la Virgen del Restelo.

Interior de la Torre de Belém

Como se puede ver a simple vista, la Torre de Belém consta de dos elementos principales: la torre y el baluarte. Encima de este, que es el piso más bajo, se eleva la torre con un total de cinco plantas.

En la primera planta está la sala del Gobernador donde se encuentran los accesos a las torres de vigilancia. En el segundo piso está situada la sala de los Reyes, que da acceso a un balcón con vista al baluarte. La tercera se llama Sala de Audiencias y es la que utilizaban para hacer las reuniones más importantes. En la penúltima sala se encuentra la capilla, utilizada para las confesiones, y en la quinta y última planta, se encuentra la terraza de la Torre de Belém.

Curiosidades de la Torre de Belém

Como todo gran monumento, tiene secretos que a simple vista no se ven. La torre no siempre se debió a su uso defensivo, sino que fue usada como prisión para al menos un centenar de presos políticos, como faro para otros marineros y hasta sirvió de registro de aduanas. 

Cuando se construyó, la Torre de Belém estaba rodeada por agua procedente del río Tajo; sin embargo, con las escasas lluvias, esa parte se quedó sin agua, por eso se creó un lago artificial para recuperar la antigua imagen.

Otra curiosidad es la historia del rinoceronte. Al Gobernador de la India Portuguesa le habían regalado un elefante y un rinoceronte en 1514. Por esos años, solo los más privilegiados habían visto un rinoceronte en persona, entonces el Gobernador, maravillado con la belleza del animal, se lo mandó vivo al rey Manuel I.

En 1515, los animales llegaban al puerto de Lisboa, pero nadie había visto nada igual. El rinoceronte, desde entonces, fue todo un sello para Portugal y se vio reflejado en la Torre de Belém, en la fachada oeste.

Si quieres conocer esta y muchas otras historias relacionadas con este monumento lisboeta, no dejes pasar la oportunidad de visitarla con entradas a la Torre de Belém o conocer todas las curiosidades con un free tour por Belém. ¡Te encantará descubrirla al detalle!