Plaza del Rossio
Plaza, según la RAE es, entre otras cosas, un lugar ancho y espacioso dentro de un poblado en el que suelen afluir varias calles, un lugar donde se tiene trato común con los vecinos y se celebran las ferias, los mercado y las fiestas públicas. Y eso, entre otras cosas, es la Plaza del Rossio que podemos visitar en Lisboa.
Un lugar en el que afluir, un lugar en el que encontrarse, en el que compartir. Uno de los rincones de la ciudad que guarda la mejor versión de la misma, la versión que cuentan sus gentes, la versión que hace el día a día y, en algunos casos, la versión que se heredó de tiempos ya pasados. Lisboa, que de por sí es luz y es concordia, es una ciudad muy de sus plazas, muy de sus gentes y muy dispuesta al brindis con sus visitantes. Quizá sea ese el secreto y la delicia de lugares como la Plaza del Rossio, que no solo nos encontramos con momentos o con retazos de la historia lisboeta, si no que aquí podemos hacer un recorrido por la ciudad, lo cual es mérito de la capital y lujo del viajero.
En nuestra visita a Lisboa hay que ver la Plaza del Rossio. No lo toméis como un imperativo, tomadlo como una recomendación que desde Buendía Tours nos atrevemos a hacer. Ir a la plaza, ver sus monumentos, pasear sobre sus colores, hacer todo esto bajo sus luces, mezclaros con el ser y el sentir del lugar y de sus gentes. La RAE no dice nada al respecto, pero hay plazas que están hechas no solo para verlas sino para conocerlas, no sólo para recorrerlas sino para vivirlas, no solo para plasmarlas sino para escucharlas. La Plaza del Rossio en la ciudad de Lisboa es exactamente así, hecha para conocerla, conservada para verla, planeada para escucharla.
Historia de la Plaza del Rossio
Hay muchos sitios en Lisboa que antes fueron y ahora ya no son y que, habiendo sido antes son ahora otra cosa. Esto tiene que ver con el sentido práctico del lisboeta y, en el caso de la Plaza del Rossio, no podemos escribir una excepción.
Aunque es conocida como Plaza del Rossio, hay que saber que su nombre real y el oficial, es Plaza de Pedro IV, el primer emperador de Brasil y rey constitucional de Portugal. Rossio es una reminiscencia de tiempos medievales, “Rossio” es una manera de hacer referencia a un espacio común, un espacio utilizado por todos para casi todo y, en verdad, y respetando el homenaje al monarca, es esta una magnifica definición de la Plaza del Rossio. Si en el pasado esta plaza servía tanto para ferias, mercados, fiestas y celebraciones, aún hoy ha sido capaz de conservar ese espíritu de lugar de encuentro y aquí se reúnen tanto los habitantes de la ciudad como los turistas que pasan unos días en la misma. Así es más fácil entender por qué Rossio no haya cedido ante el nombre real.
Con la característica Plaza del Comercio, la Plaza del Rossio es el centro mismo de la ciudad y realmente, y ya que pretendemos contar un poco de su historia, hay que decir que estos siempre ha sido así, desde la época de los romanos ya fue punto de encuentro de los lisboetas. Con la Edad Media llegaron a la plaza las primeras edificaciones, en el siglo XV se levantó el convento de Santo Domingo y, como tendremos ocasión de ver ahora, fue este el lugar en el que habitó la Orden de la Santa Inquisición. El característico suelo en mosaico fue puesto un poco después, en el siglo XIX y hay que decir que fue uno de los primeros diseños con que se decoró el firme de Lisboa.
Qué ver en la Plaza del Rossio
Lo primero a ver en la Plaza del Rossio es la Plaza del Rossio misma. El mosaico del suelo, el bullicio, los restaurantes y bares, la Lisboa que se para aquí a descansar y la Lisboa que desde aquí avanza cada día. Pero la visita a la Plaza del Rossio tiene trazos de rigor propio, un rigor que justifica el recorrido a la plaza. En la plaza nos pararemos a ver, por ejemplo:
Estatua de Don Pedro IV
La estatua del llamado Rey Soldado está en el centro de la plaza y desde allí ya deja claro la importancia que tiene en la ciudad. Es obra de Elias Robert y de Gabriel Davidoud. Son 5 metros de estatua y 23 metros más de pilar, casi 30 metros para poder ser contemplada desde cualquier punto de la plaza...y casi desde la ciudad. El rey sostiene en su mano un ejemplar de la constitución en la que se le concedía la independencia a Brasil y a Portugal. Descansando en la base cuatro estatuas de mujer: la justicia, la prudencia, la fortaleza y la templanza.
Teatro Nacional Doña María II
Lo que antes fue temor adornado colores y sonido de injusticias, dolor y muerte hoy es el templo orgulloso del teatro portugués. Su fachada imponente, majestuosa y clásica es casi la dueña de toda la plaza, abrió sus puertas en el año 1846 y de nuevo el 1978 a causa del incendio que lo devastó en 1964.
La iglesia de Santo Domingo
La visita a esta iglesia es imprescindible. Su historia, que bien merece ser contada de forma larga y tendida, es un tremendo imán operando sobre ella. Fue la iglesia más grande y más relevante de la ciudad durante siglos pero, además, sufrió tremendamente el terremoto de 1755 y el incendio del verano de 1959. Sobre ella, además de estas catástrofes, pesa la masacre del 15 de Enero de 1506 y pesa también que era aquí donde la Inquisición celebraba los actos públicos de fe y aquí también dictaban sentencias, lo que venía a ser lo mismo que señalar el camino de la hoguera.
La estación ferroviaria de Rossio
A la derecha del teatro Nacional, la Plaza del Rosario nos muestra otro de sus lugares de interés. Tienen algo mágico, romántico y fascinante las estaciones de trenes y esta no iba a ser menos. La construyó la Compañía Ferroviaria Real Portuguesa en el siglo XIX.Su fachada neo manuelina de Luis Monteiro y su interior con su impactante techo, idea de Gustave Eiffel, serán claros ejemplo de por qué ver las estación ferroviaria de Rossio.
Qué hacer en la Plaza del Rossio
Porque ver y hacer no es lo mismo, ¡que va ser lo mismo!, nos gustaría mostraros singularidades que ofrece la Plaza del Rossio que si bien es cierto que se ven, nos conducen más a hacer:
El Café Da Nicola
La fachada Art Decó os dirá que habéis llegado al que probablemente sea el café más famoso de Lisboa. Tiene más de 200 años y durante muchos de esos años fue una librería.
La Pastelería Suiça
También conocida en Lisboa como Casa Suiça a pastelería llegó a la ciudad en el año 1922. Fue de los primeros establecimientos en tener una terraza y aún hoy conserva una gran terraza que hace las delicias de los visitantes.
A Ginjinh
Igual que hay que probar el chacolí (Txakoli en euskera) si vamos al País Vasco, el rebujito si viajamos a Andalucía o la sidra si viajamos a Asturias, en nuestro viaje a Lisboa debemos probar la Ginjinha. Y este lugar, el pequeño bar Ginjinha Espinheira, es uno de los más típicos para probar el licor de guindas más oriundo de Lisboa.
Ubicación de la Plaza del Rossio
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Praça Dom Pedro IV
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Largo Sao Domingos
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Cómo llegar a la Plaza del Rossio
- Parada: Rossio