Monumento Vittorio Emanuele

El Monumento a Vittorio Emanuele es uno de los lugares que hay que ver en Roma sí o sí y detenerse un buen rato ante él para contemplar toda su gran dimensión, nos gustaría que lo vierais sabiendo un poco de la historia, del lugar y del por qué…así que si os queréis venir, os estamos esperando.

Víctor Manuel II, el protagonista de este lugar fue,  nada más y nada menos, el primer rey de la Italia unificada y uno de los personajes más importantes de la historia Italia. Le apodaron el “Padre de la Patria” por su mano en la unificación de país y fue por ello un monarca querido y respetado.

Este monumento se construyó en la legendaria colina Capitolina. ¿Por qué? Pues precisamente por haber sido el primer rey de la Italia unificada. Pero, ¿qué es el monumento a Vittorio Emanuel? Un enorme monumento conmemorativo, ideado tras la muerte del rey, que fue diseñado por Giuseppe Sacconi en 1895 e inaugurado en 1911.

Este colosal monumento, de 135 metros de anchura y 70 metros de altura, se compone de decenas columnas corintias e interminables escaleras y si…la mejor manera visitar este lugar es recorriendo sus peldaños varias veces contemplando las diferentes perspectivas.

Todo está realizado en mármol blanco de Brescia, de las canteras de Botticino. La imponente escultura ecuestre de Víctor Manuel en bronce preside el conjunto. Ojo con esto: cada bigote del rey mide un metro, y dentro del caballo han llegado a cenar 12 personas. Dos cuadrigas a la Unidad y a la Libertad, guiadas por la diosa Victoria, coronan el pórtico de 16 columnas. Sus dos fuentes representan a los mares que rodean Italia, el Adriático y el Tirreno. En el centro y sobre el altar se aprecia la escultura de la diosa Roma.

Cada elemento está cuidadosamente escogido. Desde las esculturas repartidas por sus escalinatas y terrazas, que representan valores asociados al pueblo italiano, a la diosa Victoria que conduce la cuadriga en la cúspide del edificio. La idea era completar un altar de tipo helenístico parecido al de Pérgamo. La propia escalinata va ascendiendo como símbolo de la nueva Italia tras la de los césares y los papas. El Vittoriano es, en definitiva, un símbolo de la Italia unida, de la solemnidad y la majestuosidad de Roma.

La tumba al soldado desconocido

Desde 1921, justo debajo de la estatua ecuestre del rey Victor Manuel II, el monumento acoge los restos de un soldado sin identificar, muerto en la I Guerra Mundial, que representa a todos los caídos por la Patria. Allí, se observan siempre dos pebeteros con una llama que nunca se extingue y dos soldados que hacen guardia permanentemente junto a la tumba. Aunque no es como el cambio de Guardia del Palazzo del Quirinal, vale mucho la pena acercarse a las 10:30 para ver cómo se intercambian los soldados que custodian esta tumba.

El Museo del Risorgimento

El interior de esta mole acoge el Museo del Risorgimento, un museo dedicado a la unificación de Italia, a la labor del propio Vittorio Emanuele, Garibaldi y cía, en el que se exponen armas, banderas de cada época y otros objetos relacionados con este momento histórico. Muy poco visitado dado el patrimonio que hay alrededor, pero ahí está para el que quiera recorrerlo.

La vista panorámica de Roma es quizá el mayor atractivo del monumento. Desde lo más alto, a unos 70 metros de altura, podemos contemplar el Coliseo, el Foro Romano, el Mercado de Trajano, el Teatro Marcelo, el Vaticano… Hay dos formas de hacerlo:

• Desde la primera terraza, donde se encuentra la colosal estatua ecuestre del rey Víctor Manuel II, hay unas vistas estupendas y además son gratis.
• En el ascensor (de pago), podremos acceder a la Terraza de las Cuadrigas, donde el panorama es mejor aún y además hay un bar donde relajarse y disfrutar casi a vista de pájaro de la antigua capital del Imperio.

Contemplar la mejor vista de Roma es una experiencia impresionante y fabulosa que nunca se borrará de tu memoria. Serán unas horas que te enamorarán hasta las tracas de la Ciudad Eterna, de la que seguro no querrás volver a marcharte.