Barrio Judío Roma

Un barrio que se convirtió en el año 1555 en una especie de cárcel donde la comunidad judía fue obligada a reagruparse para poder seguir viviendo en la ciudad. Tres puertas y distintas limitaciones personales y profesionales fueron su particular condena impuesta por la bula papal promulgada por el Papa Pablo IV. Con ello se buscaba la autoprotección de los cristianos ante una comunidad “extraña”, así como la protección de los propios judíos de los ataques que recibían.

Entre las murallas, a lo largo de los siglos, la comunidad hebrea creció tanto que los pisos comenzaron a apiñarse unos encima de otros en un entorno falto de las medidas, y de los derechos, más básicos.

En el barrio judío de Roma estarían obligados a vestir de amarillo para ser perfectamente reconocibles. No podrían tener propiedades ni siquiera en el ghetto, mientras que todas las noches se cerrarían las puertas de su particular “ciudad” para estar perfectamente controlados.

Situaciones que se alargarían en el tiempo durante siglos a pesar de las diferentes épocas en las que sería temporalmente abolido, pero que no vio su final hasta el año 1870 cuando se derribaron los muros y muchos edificios del barrio judío se derrumbaron para dar paso a nuevas construcciones, y el gueto dejó poco a poco de ser un barrio aislado.

Después de conocer la historia, vamos a averiguar qué cosas hay para ver en el Barrio Judío. Ya os adelantamos que más de las que parece a simple vista. ¡Vamos con ello!

Pórtico de Octavia

El Pórtico de Octavia es una construcción del año 27 a.C. Su impulsora fue Octavia la Menor, hermana del emperador romano Augusto. La construcción que conocemos en la actualidad no es esta, ha sufrido diversas modificaciones. En el año 80 se restauró tras un incendio con valiosos mármoles y obras de arte en su interior, así como dos grandes bibliotecas.

Su uso más tarde cambió utilizándose como mercado para la venta de pescado. Sin embargo, con el tiempo, el monumento se ha ido deteriorando hasta que en 2017 fue restaurado tal como lo conocemos hoy en día.

Largo di Torre Argentina

La Plaza Largo di Torre Argentina presenta cuatro templos romanos antiguos y los restos del teatro de Pompeyo. Los templos se llaman A, B, C y D. El primero fue reconstruido en forma de iglesia, el B era un templo circular con seis columnas en pie, el C es el más antiguo y se restauró con un mosaico en blanco y negro y el último es el más grande de todos, aunque aún no se ha excavado

Plaza Mattei y fuente de las tortugas

La fuente de las tortugas está ubicada en la Plaza Mattei de Roma, enfrente del palacio que lleva el mismo nombre debido a la familia Muzio Mattei. Fue construida en 1581 con cuatro de los ocho delfines previstos. Sus tortugas también eran cuatro, sin embargo, en 1979 fue robada una de ella y en la actualidad, las otras tres son réplicas. Además, en los últimos años se ha hecho una restauración en mármol y bronce de la fuente al completo.

La Gran Sinagoga

La Gran Sinagoga de Roma se construyó en 1901 tras la destrucción del gueto existente. En la actualidad, esta sinagoga no solo sirve como lugar de culto, sino que se usa como centro cultural de la comunidad judía. Dentro de ella se hallan placas en honor a los judíos caídos en la Alemania nazi. Desde 1986, los papas de Roma han pasado por la sinagoga como un símbolo de unir el judaísmo y la iglesia.

El Museo judío de Roma se encuentra dentro de la Gran Sinagoga. Concretamente en el sótano. Entre su colección expuesta podremos ver textiles y ropas de la comunidad judía, pergaminos, piezas de mármol y orfebrería.

Isla Tiberina

La isla Tiberina en su interior guarda el Templo de Esculapio. Pese a esto, esta isla tenía mala fama por sus orígenes hasta que se construyó el templo, cuando las personas comenzaron a visitarla. 

El templo se mandó hacer cuando la peste llegó a Roma, es por eso que es un templo dedicado a Asclepio, el dios romano de la medicina. Cuando se acabó la construcción del mismo, la peste finalizó en Roma.