Rectorado de la Universidad de Sevilla

Después del descubrimiento de América, Sevilla llegó a ser la capital económica del mundo y esto fue en buena parte, por su capacidad comercial con el nuevo continente. El comercio del tabaco encontró en la capital un foro idóneo que el rey Felipe V no estaba dispuesto a dejar pasar. Por eso se levantó una fábrica de tabaco cerca del Guadalquivir.

Este edificio de la Real Fábrica de Tabacos no solo fue una de las construcciones más importantes de Europa, fue también la sede de la primera fábrica de tabacos en el que se llegó a producir el 97% del tabaco.

Desde ahí, lugar y paso de la historia y las vidas de las cigarreras de Sevilla, el lugar pasa a ser a mediados del siglo XX el Rectorado de la Universidad.

Cómo es el Rectorado de la Universidad de Sevilla

El edificio del Rectorado en sí es uno de los más antiguos de la Europa del Antiguo Régimen y uno de los edificios industriales mejor conservados en España.

Ocupa un enorme rectángulo de 185 x 147 metros, y en su construcción se aprecian influencias renacentistas, barrocas y neoclásicas, con aires herrerianos. Ente todas las cosas que se pueden ver, y sobre las que llamaremos vuestra atención a continuación, hay una curiosidad que queremos destacar de este edificio. Recientemente se ha descubierto que el lugar, al más puro estilo Hogwarts de Harry Potter, disponía de una cámara secreta. Su base subterránea, de hecho, está construida con un sistema de arcos invertidos muy raros en aquella época.

Sin duda es un edificio que se caracteriza por todo lo que hay que ver. Por si os decidís a su visita, os dejamos algunas de las cosas en las que tenéis que poner especial atención:

• La fachada principal del Rectorado, en el clásico estilo barroco sevillano, está coronada por jarrones de azucenas y por una escultura. Se trata de la estatua de la diosa Fama tocando la trompeta. Esta obra es el símbolo de la universidad.
• El foso y la cárcel del edificio. El foso, básicamente, se construyó para evitar los robos de las trabajadoras de la fábrica, que siempre que podían se llevaban escondido a casa alguna porción de tabaco. Pero en la mayoría de casos, les pillaban y debían pasar por la cárcel de la propia fábrica, razón por la que el edificio tiene su propia prisión. En estos calabozos se encuentran los despachos de los profesores y seguro que más de un estudiante lo ve de lo más apropiado…
• El interior del Rectorado nos permite recorrer los patios, fuentes y espacios que en otras épocas fueron el escenario de la vida y el bullicio de las cigarreras y hoy lo es de los pasos apresurados y distraídos de los estudiantes de Sevilla.

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