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Sevilla

Plaza Santa Cruz

La sevillana Plaza de Santa Cruz, que da nombre al famoso Barrio de Santa Cruz, cobija una muestra de todas las idiosincrasias históricas de la ciudad hispalense. Su legado judío, la conversión y el culto al cristianismo, la fe, el arte… Es uno de los lugares con encanto de Sevilla, que nos encandilará por su historia y que nos fascinará también por el entorno en el que se enclava.

La Plaza de Santa Cruz está en el barrio de Santa Cruz de Sevilla.

Situada donde se emplazaba una iglesia ruinosa y derribada por los franceses, bajo sus losas descansan los restos del genial pintor Murillo y en su centro encontramos una Cruz de cruces con una historia muy peculiar. La Plaza de Santa Cruz de Sevilla, por todo esto y mucho más, merece una buena visita si estás de turismo por Sevilla.

Historia de la Plaza de Santa Cruz

El emplazamiento que ocupa desde hace siglos la Plaza de Santa Cruz albergó en su origen la primitiva Iglesia de Santa Cruz. El templo fue expropiado y demolido por el gobierno de ocupación francés del momento, que quería llevar a un cabo un amplio plan de reurbanización de la ciudad hispalense, dando lugar al espacio abierto que hoy por hoy conforma la plaza. De hecho, el aspecto actual de la Plaza de Santa Cruz se debe a la urbanización proyectada por Juan Talavera y Heredia en 1918.

Así, del solar de la iglesia salió la actual plaza, y la parroquia se trasladó al antiguo convento de los Clérigos del Espíritu Santo, que es la actual Iglesia de Santa Cruz. Tres de las columnas de la sinagoga-iglesia se conservan en la calle de La Rábida, sustentando la gran reja que hay allí. En esta antigua iglesia estaba enterrado el pintor Murillo, y sus restos quedaron sepultados en el derribo, como atestigua una placa en la fachada oeste de la plaza.

Pero si por algo destaca esta Plaza de Santa Cruz de Sevilla, es por la cruz que la preside, una imponente cruz de forja realizada por Sebastián Conde en el año 1692, situado en el centro del jardín que decora la plaza. Se trata de la célebre Cruz de Sierpes.

La Cruz de Sierpes de la Plaza Santa Cruz

La céntrica (y mal llamada) Cruz de la Cerrajería fue forjada en el siglo XVII y estuvo situada hasta 1840 en la calle Sierpes de Sevilla, en su confluencia con la calle Rioja. Fue realizada por Sebastián Conde, natural de Almonte, en 1692. Tenía carácter devocional y conmemoraba la Exaltación de la Cruz. Fue costeada por suscripción popular y todo indica que sustituyó una anterior. El 16 de marzo de 1840 se decidió su desmantelamiento definitivo ante las quejas por el estorbo que ocasionaba a la circulación. 

La Cruz de la Cerrajería, Santa Cruz o Cruz de las Sierpes fue trasladada a la Plaza de Santa Cruz de Sevilla, que es donde la podemos ver hoy, en 1918

La cruz de guía con la que abre la procesión cada Martes Santo la Hermandad de Santa Cruz es una reproducción basada en esta Cruz de la Cerrajería que preside la plaza. Esta cruz de guía a imagen y semejanza de la original es de 1998, obra del taller de Orfebrería Hermanos Delgado López de Sevilla. 

La cruz está diseñada como una cruz farola de la que salen cuatro faroles-serpientes, que hacen referencia a la famosa calle Sierpes, su primitivo lugar de emplazamiento, y sobre sus cabezas se apoyan unos ángeles que portan unos faroles forjados. En suma, está considerada como la obra maestra de la forja sevillana del siglo XVII

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Qué ver en la Plaza de Santa Cruz

Como dice la célebre canción de Vetusta Morla, “dejarse llevar suena demasiado bien…”. Pues eso es precisamente lo que nos ofrece la Plaza de Santa Cruz de Sevilla y sus alrededores, una invitación a pasear, deleitarse y captar la esencia de la Sevilla real, auténtica, histórica y monumental. Patios conquistados por miles de flores, casas de abolengo, callejuelas sinuosas, el arraigo de la tradición… Eso y mucho más es lo que desprende la Plaza de Santa Cruz y sus “cercanías”, sin duda uno de los muchos lugares que ver en Sevilla.

Más específicamente, debemos entender que esta Plaza de Santa Cruz de Sevilla y el barrio al que da nombre, el Barrio de Santa Cruz de Sevilla, fue finca y recreo de la judería de Sevilla. Del magnetismo que desprende la plazoleta y el barrio dio buena cuenta el afamado escritor estadounidense norteamericano Washington Irving (1783-1859), quien se alojara en la Casa Palacio, una de las casas más emblemáticas de la capital andaluza, una verdadera joya del siglo XIII que originalmente formó parte de las dependencias de los Reales Alcázares.

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Cómo es la Plaza de Santa Cruz

La Plaza de Santa Cruz de Sevilla, es de tamaño medio, planta rectangular y está sombreada por naranjos en varios de sus frentes. En su centro hallaremos un pequeño jardín elevado, también de planta rectangular, al que se accede mediante pasos escalonados a cada lado, desde los que parten paseo bordeados de setos que con un trazado perimetral y otros radiales convergen en el centro. Y es en ese mismo centro donde se ubica la cruz de forja.

Los edificios que rodean la Plaza de Santa Cruz, pertenecen a la estética tradicional de la arquitectura sevillana. Incluso podremos apreciar las tan características galerías de arcos de medio punto cerradas por cristaleras en su frente.

En lo que es la Plaza de Santa Cruz de Sevilla, siguen existiendo tres casas realizadas por Juan Talavera y Heredia: la casa que se encuentra haciendo esquina entre la plaza y la calle Santa Teresa, realizada entre 1919 y 1922, que es la sede del consulado de Francia; la casa del número 8, realizada en 1923, que fue una casa propia de este arquitecto; y otra casa realizada entre 1919 y 1922.

Murillo y la Plaza de Santa Cruz de Sevilla

Por otro lado, en la fachada del edificio al oeste de la plaza hay una lápida colocada por la Academia de Bellas Artes de Sevilla en 1858 que recuerda que en ese lugar, donde estuvo la primitiva iglesia de Santa Cruz, fueron enterrados los restos del pintor sevillano Bartolomé Esteban Murillo.

Y es que en la Plaza de Santa Cruz estuvo ubicada la Iglesia de Santa Cruz, en la que el 4 de abril de 1682, un día después de su fallecimiento, fue enterrado Murillo. Vecino de la parroquia de Santa Cruz en los últimos años de su vida, Murillo solía visitar el templo para asistir a los oficios divinos y, especialmente, para contemplar la pintura El descendimiento de la cruz, obra de Pedro de Campaña, situada en la capilla de los herederos de don Hernando de Jaén. 

Narra la leyenda que Murillo solía contemplar durante mucho tiempo dicho cuadro y en una ocasión, al urgirle el sacristán que terminara pronto porque tenía que cerrar la iglesia, Murillo respondió que “estaba esperando a que acabasen de bajar de la cruz a aquel divino Señor”.

Ubicación de la Plaza de Santa Cruz

Cómo llegar a la Plaza de Santa Cruz

    Metro

    • Parada: Puerta de Jerez

    Bus

    • Paradas: Plaza Contratación, Tomás Ibarra, Jardines Cristina - Paseo Colón

    Tren

    • Parada: San Bernardo