Plaza del Altozano

El barrio de Triana en Sevilla está ubicado junto al río Guadalquivir, lo que, especialmente durante la época medieval, le otorgó una especial relevancia, lo mismo sucedía con El Altozano, también en el barrio de Triana, y es que desde este terreno elevado partía el puente de barcas gracias al que el barrio de Triana podía estar comunicado con el resto de Sevilla.

Aunque el barrio de Triana está al otro lado del río Guadalquivir, hoy un día está considerado una parte más de la ciudad. No era así en la antigüedad, cuando el río Guadalquivir tenía mucho más caudal, lo que implicaba que entre Triana y el resto de la ciudad de Sevilla había una clara e importante separación. Debido a la misma, Triana fue creciendo de forma paralela a la capital andaluza. Así, durante el siglo XIX, este barrio imprescindible de Sevilla tuvo un mercado, parroquia e incluso cementerio propio. Y era la Plaza del Altozano donde se encontraba la zona comercial más importante del barrio sevillano, lo que le confiere ser un centro de referencia. Además, la plaza también era muy importante por el hecho de encontrarse justo al terminar el puente de Triana. Hasta allí llegaban infinidad de viajeros que se dirigían a Sevilla. Toda la historia del barrio de Triana de Sevilla, no solo la del Altozano, atrapa al visitante desde que este pone el primer pie en el barrio.

Qué ver en la Plaza del Altozano del Barrio de Triana

En la actualidad, en la Plaza del Altozano en Triana destaca especialmente su arquitectura. En este rincón de Sevilla se encuentra el precioso edificio de la Farmacia Murillo, construido allá por 1912 por José Espiau y Muñoz.

También en la Plaza del Altozano es posible encontrar una escultura de Juan Belmonte, torero muy arraigado al barrio de Triana. La escultura fue realizada por Venancio Blanco y se inauguró en 1972. También hay otra escultura dedicada al Flamenco y la casa Japón Chaves.

En la antigüedad, en la plaza estaban el mercado de Triana y el Castillo de San Jorge. Y ambos continúan hoy en día. De hecho, es en los bajos del mercado de Triana donde se encuentran restos del Castillo, que fue sede de la Inquisición ni más ni menos que desde 1481 y acabó por derribarse en 1823 debido a su abandono y también a las crecidas del Guadalquivir.

Tras su derribo se instaló el mercado de Triana, pero el antiguo, que se demolió en 1990 para construir uno más moderno. Y fue por aquel entonces cuando se descubrieron los restos del antiguo Castillo de San Jorge. El mercado nuevo no se abrió oficialmente hasta 2001.

Otra de las cosas que hay que ver en la plaza del Altozano es la capilla del Carmen. Realizada por el arquitecto Aníbal González, fue inaugurada en 1928 y cuenta también con un retablo de la Virgen del Carmen.

Desde esta plaza salen calles históricas del barrio de Triana. Por ejemplo, la calle San Jorge, donde encontramos el Centro Cerámica Triana, que lleva este nombre por la antigua fábrica de Cerámicas Santa Ana, que data de 1870 y que en la actualidad acoge una exposición sobre la cerámica trianera.

Justo frente al puente nos topamos con la calle San Jacinto. Es totalmente peatonal y antiguamente era la vía de comunicación con el Aljarafe. Por la izquierda se llega a la calle Pureza, con la Iglesia de Santa Ana y la Capilla de los Marineros, convertida en la sede de la Hermandad de la Esperanza de Triana.

Por último, en paralelo al río está la Calle Betis, en comunicación con la plaza del Altozano mediante las escalinatas de Tagua.

Antes hemos mencionado que en esta Plaza del Altozano de Triana hay un monumento a Juan Belmonte, uno de los mejores toreros de la historia. Si giramos a la derecha de la escultura podemos seguir conociendo el barrio y pasar por una zona de calles donde abundan los talleres de cerámica de Triana: las calles Callao, Alfarería o Antillano.