Puerta del Perdón

La Puerta del Perdón de Sevilla y la Catedral de Sevilla, lugar donde descansan los restos de Cristóbal Colon, son por tanto, uno de los lugares imprescindibles en tu visita a Sevilla y un enclave único que necesariamente hay que disfrutar.

La Puerta del Perdón de la Catedral de Sevilla es el acceso más antiguo de la Catedral. En sus orígenes, en el siglo XIII según los documentos, fue el acceso principal de la antigua mezquita. La primera fecha en la que está datada esta puerta es en el año 1196 cuando el emir al-mu´minin, Abu Yusuf, ordenó que la explanada de la mezquita se ampliase. De este periodo conserva sus batientes de cedro y su arco de entrada,  de herradura apuntado y estilo almohade. También las puertas, la decoración y los aldabones son de dicha época.

La Puerta del Perdón de la Catedral es fácil de identificar porque es aún la entrada principal al Patio de los Naranjos desde la calle Alemanes. Dicha puerta es en sí misma lo más granado de la fachada. Está realizada con dos imponentes hojas de madera de cedro forradas con láminas de bronce, a su vez revestidas por motivos de lacerías y atauriques.

Contiene dos inscripciones con letras cúficas y dos lemas: “El poder pertenece a Alá” y “La eternidad es de Alá”, dos versículos del Corán. Los aldabones originales están conservados en el tesoro catedralicio, y se dice que son las muestras más antiguas de la orfebrería sevillana. El relieve principal de la fachada es obra de Miguel Perrín y representa la expulsión de los Mercaderes del Templo.

A pesar de sufrir varias transformaciones y modificaciones siglo a siglo, se han conseguido conservar los elementos arquitectónicos almohades, góticos, neogóticos, barrocos y platerescos. Se sabe que en la parte superior de la puerta sobresalía una azotea y que debajo de ella había dos habitaciones que se alquilaban con regularidad hasta la época de los Reyes Católicos. Estos elementos se perdieron, pero sí conservamos hoy en día el pórtico y el arco túmido, así como las enormes hojas de cedro citadas. Durante nuestras actividades por la Catedral de Sevilla, conoceréis uno de los enigmas mejor custodiados de la catedral: San Pablo y sus tres manos.

La Puerta del Perdón es la denominación habitual para una de las portadas de acceso a catedrales e iglesias en España. Este nombre procede de la vinculación que tienen las puertas con las devociones que traían aparejadas la concesión de indulgencias, especialmente durante las romerías y peregrinaciones, como la del Camino de Santiago, o en ocasiones especiales, como un año santo. Por estos accesos entraban los malhechores que se acogían a la protección de la iglesia una vez que se habían arrepentido por sus pecados.

La Puerta del Perdón de la Catedral de Sevilla tiene rasgos que la diferencian, y que por ello la hacen única, de otras puertas del perdón que hay repartidas por el mundo.. Y es que esta puerta, a diferencia de sus ‘tocayas’, no estuvo jamás relacionada con indulgencias, jubileos ni actos de expiación. No hay documentos que atestigüen que tenga relación con estos sucesos y sus respectivas devociones. De hecho, según algunos catedráticos, el primer uso que tuvo fue militar, ya que los almohades quisieron separar la mezquita de la ciudad levantando murallas.

Finalmente el proyecto no cuajó y lo que se acabó levantando fue el Patio de los Naranjos, al que esta puerta da acceso directo. De hecho, los relieves de la puerta, que representan la Expulsión de los Mercaderes del Templo, tampoco guarda relación con los motivos por los que se denominaba así a estas puertas. La hispalense, en concreto, se llamó de esta manera a partir de 1407.

• Originariamente esta puerta era el acceso a la mezquita almohade en el siglo XII
• Las puertas de bronce conserva  inscripciones que cúficas repiten dos versículos del Corán "El poder pertenece a Alá" y "La eternidad es de Alá"
• La escultura de San Pedro que custodia la puerta lleva en su mano la llave de las Puertas del Cielo
• Más un misterio que una curiosidad, en las esculturas que custodian el acceso, se puede ver una tercera mano que sostiene la estatua de San Pablo y para la que todavía no hay explicación, si estás interesado en más misterios que alberga la ciudad no dudes en echarle un vistazo a nuestro recorrido por los secretos de Sevilla