Hospital de la Caridad

La Hermandad de la Santa Caridad de Sevilla hunde sus raíces a mediados del siglo XV, con objetivo de trasladar al hospital a los enfermos desvalidos, asistir a los reos condenados a muerte, y finalmente darles sepultura. A su vez, prestaba auxilio cuando se producían riadas en el Guadalquivir y recogían los cadáveres que se encontraban en sus orillas. El principal impulsor a todos los niveles de la Hermandad fue Miguel de Mañara, que ingresó como hermano en 1662. Con él pasaron a ocuparse de los más necesitados vivos y no solo honrar a los difuntos.

El Hospital de la Caridad que podemos ver hoy, fue la sede de una institución benéfica que merece ser conocida, pues durante muchos siglos, muchos, la asistencia a los desvalidos no era la prioridad de nadie. Estas funciones se siguen desempeñándose a día de hoy, y algunos sepelios se siguen haciendo como hace 400 años.

Una vez acabada la iglesia, Miguel de Mañara impulsó la construcción del hospital, completando tres salas aprovechando las naves colindantes de las antiguas atarazanas reales.

El hospital cuenta con tres grandes salas y un patio central con columnas toscanas y azulejos holandeses. Dispone a su vez de varias fuentes de mármol con grupos escultóricos de la Fe y la Caridad procedentes de Génova (1682).

En una de las salas, la Sala de Cabildos, encontramos objetos personales de Mañara, un retrato de Valdés Leal y el Crucificado de Zurbarán. En un segundo patio se erige el monumento dedicado a Miguel Mañara.

Por otro lado, en la parte que da al Guadalquivir encontramos los Jardines de la Caridad, que se extienden hasta el Paseo de Colón, donde se encuentra el monumento a Mozart y el Teatro de la Maestranza.

Aprovechando la vista al Hospital de la Caridad, no podemos perdernos la visita a la aneja Iglesia de La Caridad, que cuenta con una patrimonio artístico inconmesurable, compuesto, entre otros por obras de Murillo, Pedro Roldán, Zurbarán, Valdés Leal o Bernardo Simón de Pineda.

• Parada: Archivo de Indias