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Guia de viaje de

Sevilla

Plaza Alfaro

 En la presumida Plaza Alfaro, la ciudad hispalense posee dos joyas con una historia de lo más singular: el Balcón de la Rosina y la Reja del Diablo. Dos enclaves de interés que debes incluir en tu visita a Sevilla. 

La Plaza Alfaro está en el barrio de la judería de Sevilla.

La belleza y las fabulaciones que han llegado a nuestros días sobre estos dos atractivos de la Plaza Alfaro son una de las recomendaciones de Buendía Tours y que recorreremos en nuestro free tour de Sevilla, en concreto aquel que recorre la Judería, donde podrás descubrir sus secretos y de la historia que entraña.

Historia de la Plaza Alfaro de Sevilla

En pleno barrio de la judería de Sevilla, en Santa Cruz, un lugar lleno de historia y de una energía especial, se encuentra la Plaza Alfaro, una ‘cuatro esquinas’ tan pequeña como coqueta que recibió esta denominación a partir de la última mitad del siglo XVIII. Anteriormente era la Plazuela del Obispo de Esquilache, al vivir en ella Don Alonso Fajardo, canónigo de Sevilla, Obispo de Esquilache y fundador del Convento de las Vírgenes en 1587.

El célebre jurista de Indias Don Francisco de Alfaro, es quien le da nombre a la plaza. Entre su labor jurídica sobresalió su defensa del derecho natural de los nativos de América. Después de inspeccionar el trato y los abusos que recibían los indios del Río de la Plata y Tucumán (1610-1612), elaboró unas Ordenanzas que abolían las encomiendas con servicio personal.

Se dice que en la parte más estrecha de esta Plaza Alfaro de Sevilla , el pintor sevillano Bartolomé Esteban Murillo murió en una de sus estrechas casitas. Una lápida en la contigua Plaza de Santa Cruz atestigua que sí está enterrado muy cerca, pero la última morada del pintor no estuvo allí sino en una casa de la citada Plaza de Santa Cruz.

Qué ver en la Plaza Alfaro de Sevilla

Pero si por algo destaca y ha pasado a la historia esta plazoleta es por dos cosas tan “simples” como un balcón, relacionado con el barbero más famoso de Sevilla, y una reja “obra” del mismísimo diablo… Sevilla, decíamos, es lugar de leyendas (y ya sabéis lo que nos gustan en Buendía Tours las leyendas)… y de escenarios de óperas.

Así, la historia del Balcón de la Rosina, que se agarra más a un mito que a la realidad, ha llegado hasta nuestros días como un lugar mágico que visitar en Sevilla. Este hermoso balcón, ubicado en un edificio en esquina en la Plaza de Alfaro, se supone que fue uno de los escenarios en los que Beaumarchais desarrolló y Rossini musicó la famosa ópera cómica ‘El barbero de Sevilla’. Según la tradición, fue el lugar del amorío de la joven Rosina con el Conde de Almaviva. Rosina, el Conde de Almaviva, Bartolo y Fígaro son los protagonistas de este enredo y de esta historia, tan conocida en Sevilla.

La reja del Diablo

Y todavía más célebre que el Balcón de la Rosina en la Plaza Alfaro, es la Reja del Diablo. Esta extraña ventana de forja, en el caserón número 1 de la plazoleta, es una joya artesanal que data de la época dorada de Sevilla. El habitante más destacado del edificio fue, principios del S. XIX, Manuel López-Cepero y Ardila. Este Deán fue doctor en teología, fundador del Museo de Bellas Artes de Sevilla y canónigo de la Catedral de Sevilla en 1835. 

La historia indica que este palacete fue levantado con los mejores materiales traídos de toda Europa y con 14 ventanas, cada una de ellas bien diferenciadas, con un tipo de reja diferente que las hace únicas. De entre todas ellas, destaca la Reja del Diablo. Pero, ¿por qué se le conoce con este nombre? A esta endemoniada reja se la apodó así por la dificultad que conllevaba la técnica, ya que se pensó que solo el diablo podía manejar el hierro a su antojo para crear semejante ornamento.

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Se trata de una elaboración machihembrada y que incluso para muchos herreros era imposible de realizar, dado que la forja no es un material tan maleable para ese diseño ornamental. Está formada de barrotes horizontales y verticales, los cuales se entrelazan y se ensartan entre sí, pasando alternativamente por dentro y por fuera del anterior, creándose así una especie de trenzado llamado “punzado”.

Esta misteriosa reja tiene un origen incógnito, ya que no se sabe ni quién ni en qué año la realizó. Se dice que posiblemente fue forjada por un herrero mudéjar en Jaén o Úbeda y posteriormente reutilizada en esta casa. El hecho de no contar con ningún tipo de atornillamiento o soldadura eleva aún más su misterio, con unos barrotes que para muchos sevillanos son las mismas garras de Lucífer. Se especula también con que esta reja llegó a Sevilla a principios del siglo XX con la reforma del barrio de Santa Cruz, pero no hay datos oficiales que lo corroboren.

A día de hoy, de hecho, joyas como esta son se encuentran en Florencia, Austria y en la localidad catalana de Sitges, y su origen también es desconocido.

Ubicación de la Plaza Alfaro de Sevilla

Cómo llegar a la Plaza Alfaro de Sevilla

    Metro

    • Parada: Puerta de Jerez

    Bus

    • Parada: Jardines de Cristina

    Tren

    • Parada: San Bernardo