Carbayones y Moscovitas de Oviedo
Que os digamos y hayáis escuchado en varias ocasiones que Oviedo es una ciudad muy dulce no es casualidad. Y no solo lo decimos por sus vistas o el ambiente que se respira en sus calles, también por sus postres. Las pastelerías de la capital asturiana, algunas de mucho renombre y prestigio, elaboran dulces prohibitivos que no querrás dejar de comer nunca. Los carbayones y las moscovitas son los máximos exponentes de esto. Así que haz un hueco, ¡nos comemos el postre en Oviedo!
Pasteles, tartas, bombones, dulces típicos y galletas circulan cada día en Oviedo en varias cajas. Como si de joyas se tratara, y no es para menos... ¡Aquí el dulce es sagrado! Y los dos máximos exponentes de la repostería ovetense son los carbayones y las moscovitas. Sabrosos, con historia y ocupando el lugar de honor entre todos los dulces de la ciudad. ¡Como para no pedírtelos! ¡Vamos a conocerlos!
La pareja más dulce de Oviedo: Carbayones y Moscovitas
Que te pidas uno no excluye al otro de la ecuación. Porque los dos son bocados que llevarte a la boca en muchos momentos de tu escapada o viaje a Oviedo. Los carbayones siempre son los últimos en llegar a la mesa. No por ser impuntuales, sino porque, como se suele decir, lo mejor para el final. Por eso los reservamos para el postre, para acabar la comida con el pastel más especial de todos.
Y como te decíamos, una cosa no excluye la otra, porque nada mejor para acompañar el café que unas moscovitas. Para comer durante el desayuno, la comida, la merienda o la cena. ¡Cualquier momento del día es bueno para probarlas! Incluso para esos pequeños caprichos que te das entre horas. Ya ves que tienen semejanzas, pero también hay diferencias. Vamos a conocerlas todas, su historia, su origen y también los mejores sitios en los que probar las moscovitas y carbayones más deliciosos de Oviedo.
Carbayones, los pasteles por excelencia de Oviedo
Los carbayones son uno de los dulces más típicos de Oviedo, y desde 1923 han llevado al paladar de ovetenses y turistas el mejor sabor de la ciudad. Se trata de una masa de hojaldre en tres pliegues rellena de una mezcla de huevo, almendra molida, coñac o vino dulce y azúcar, y cubierta de un glaseado de yema y azúcar.
Esta delicia se gestó en la confitería Camilo de Blas, una de las más antiguas de la ciudad. Don José de Blas encargó la creación de un nuevo dulce a su maestro obrador, con el objetivo de que pudiera acompañar a las Duquesitas, otra creación de la casa, para acudir a la primera edición de la Feria de Muestras de Asturias, celebrada en Gijón en el año 1924. El maestro obrador tendría que crear un pastel especial para que representara a todos los ovetenses en el certamen.
Aunque en un principio los carbayones no estaban pensados para tener más recorrido que su presencia en la Feria de Muestras, conquistaron a los asistentes, por lo que fue obligado que se quedasen a vivir en la ciudad. Una vez conocidos, ¡quién se atrevería a quitarlos! Tan de Oviedo es que los bautizaron como carbayones, el nombre con el que se conoce a los habitantes de la capital asturiana.
Desde Rusia con amor: Las moscovitas de Oviedo
Las Moscovitas son unas pastas finísimas elaboradas con productos 100% naturales. Su ingrediente estrella es la almendra marcona, cuidadosamente seleccionada. No hay dos iguales, incluso el empaquetado se hace de forma manual, para evitar que se rompan estas frágiles y deliciosas pastas. Todo con el máximo mimo para que puedas llevarte a la boca la mejor muestra artesanal de la ciudad.
Nacieron en el obrador de la Confitería Rialto, y su elaboración apenas cambió en 100 años. La filosofía de trabajo es simple: elaborarlas como si fueran a ser disfrutadas por sus propias familias y amigos. Se venden en cajas de diferentes pesos y en pequeñas bolsitas. Hay varias leyendas que las rodean. Una de ellas se centra en su sabor, y dice que tienen un ingrediente secreto que las hace adictivas. Sí, no negamos que lo sean, porque es así, pero creemos que hay secretos escondidos.
En relación con el origen de las mismas también circulan varias historias. Una de ellas hace referencia a un niño de la guerra que regresó a Asturias desde la Unión Soviética, y que en su maleta llevaba una Matrioska que dentro traía un papel. En él aparecía escrita la receta de las moscovitas. Qué sorpresa, ¿verdad?
Pero todo producto que llega para quedarse y se extiende en el tiempo como una estrella es gracias a quienes lo consumen. Y los ovetenses no pierden ocasión desde hace mucho tiempo para ir a Rialto a merendar. Nada más llegar te encuentras con una bandeja con las típicas pastas de té variadas, y entre ellas, asomando por encima del resto, se encuentran las moscovitas. Ninguna galleta es capaz de hacerles sombra. Triunfan por encima de todo, y brillan en los escaparates a ojos de todo el mundo.
Gracias al boca a boca, cada vez más personas han conocido este dulce que enamora a (casi) todo aquel que lo prueba. Las moscovitas se han llegado a vender en Nueva York, el Caribe y varios países europeos. ¡Incluso Inditex incluye en sus cestas de Navidad un paquete de Rialto! ¿De verdad os las vais a perder en vuestro viaje a Oviedo? Sabemos que no, ¡así que disfrútalas!