Torre de la Pólvora

Historia de la Torre de la Pólvora

¿Recordáis cuando os decíamos que Praga gritaba “¡acción!”? Pues si lo oís a los pies de la Torre de la Pólvora, hay que empezar a vestirse la armadura y, a través de la visera, mirar hacia Praga desde la distancia del siglo XIII y desde la necesidad de defender una ciudad, levantando para ello una muralla.

Hoy es uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad, pero al levantarse, se construyó como una de las trece puertas por las que se atravesaban las murallas y se entraba en la ciudad. La Ciudad Dorada se gusta de mantener en su presente, el pasado que un día fue, y aunque Praga ya no se defiende, la Torre de la Pólvora continúa con la función con que la pensaron, y hoy es la entrada principal a la Ciudad Vieja de Praga.

La historia más viva de Praga pasó, literalmente, por ella, por la Torre de la Pólvora. Veréis, esta torre estaba en el trazado del llamado “Camino Real”, que era el camino que hacían los cortejos reales cuando iban camino a la coronación. Coronación que, por cierto, se llevaba a cabo en el Castillo de Praga. El simbolismo de esta Torre es total entonces y parece no haber perdido nada de ello, pues aunque aquí ya no haya coronación alguna, todos pasamos por debajo en nuestro particular “Camino Real”.

Pero, ¿por qué se la llama la Torre de la Pólvora?. Pues este nombre viene del siglo XVIII y surgió porque por entonces comenzó a utilizarse como almacén militar para almacenar, precisamente, la pólvora necesaria.

Arquitectura de la Torre de la Pólvora y sus modificaciones

La Torre de la Pólvora es uno de los mejores exponentes de la arquitectura gótica. Por intentar ser lo más preciso posibles (dentro, eso sí, de nuestras posibilidades) diremos que es de estilo gótico tardío.

Empezó a construirse en el año 1475, estando Vaclav al frente y, al frente, estuvo por tres años. En el año 1478 Matej Rajsek sustituyó al primer constructor.

Si hablamos un poco de la Torre de la Pólvora en cifras, cabe decir que mide 65 metros de alto, sobre los 44 está su famoso mirador, y la escalera de caracol que se colocó en torno al año 1592 y que está todavía en uso, tiene 168 escalones.

Una de sus primeras remodelaciones llegó cuando, en el año 1541, un incendió la devoró. De todas maneras, la Torre, tal y como la podemos ver hoy, se hizo entre los años 1875 y 1886. No había de ser esta la última modificación de la Torre de la Pólvora, de hecho hay una mucho más reciente, entre los años 1961 y 1966. En este período fue necesario acometer una reforma general y sobre su decoración se trabajó de manera intensa en el año 1992.

Decoración de la Torre de la Pólvora

De esta Torre de la Pólvora destaca, sin duda alguna, la decoración de su exterior y ello es porque esta es muy prolija en toda ella. En toda la Torre menos en la fachada oeste, pues fue este el lateral más dañado en los conflictos que la torre hubo de soportar. Hecha esta excepción, en la torre podemos ver tallados los escudos de todos los lugares que formaron parte del reino. Están también las tallas de los reyes de Bohemia y de la misma manera hallamos a los santos y los patronos del país.

Sobre la puerta de la torre hay tres estatuas:

• la del rey Carlos IV
• la del rey Wenceslao
• la de San Vito, el protector del puente

Sobre estas tres estatuas, levantando la vista un poco más arriba, vemos dos estatuas más:

• San Adalberto
• San Segismundo

Ambos son los patrones de la República Checa.

La Torre de la Pólvora es una de las visitas imprescindible de Praga. Este es sin duda el primer “que hacer en ella Torre de la Pólvora”: ir a su visita. Pero este lugar tan simbólico de la ciudad aún guarda más sorpresas, pues puede visitarse su interior. En concreto, en el recorrido por el interior de la torre, podemos ver una exposición sobre la historia de la ciudad y sobre la historia de sus torres, recordad que, a Praga, se la conoce como “La Ciudad de las Cien Torres”.

Eso sí, posiblemente, el atractivo más conocido y que funciona como uno de sus mejores reclamos es el “mirador de la Torre de la Pólvora”. Este mirador está situado, aproximadamente, a unos 44 metros de altura y es por estos que las vistas que desde aquí se obtienen de la ciudad de Praga son maravillosas y nos permiten ver, desde las alturas, el Castillo, Malá Strana y el Puente de Carlos. Eso si, para apreciar la subida en su justa dimensión, es necesario que las condiciones climatológicas nos sean lo más favorable posible. Este mirador convierte la visita imprescindible de a ciudad en una visita inolvidable sobre ella.

Para organizar la visita a la torre de la mejor manera posible y teniendo en cuenta las condiciones y necesidades de todo el mundo, tened en cuenta que en la torre no ay ascensor, por lo que es ascenso es sobre sus 168 escalones, todos ellos a pie.