Barrio Judío
En medio de Praga, que es una ciudad de cuento, surgen las visitas más maravillosas a la Ciudad Dorada. Parecen ser irreales, pero no lo son. Lo más sencillo de la visita a Praga, es recorrerla dándole el mando de nuestros pasos a los rincones sorprendentes. Caminando por Praga nos vamos a encontrar con uno de los lugares que la ciudad cuida y mima con esmero: el Barrio Judío.
Josefov, que es como se le conoce, llega a nosotros desde la Edad Media. Viajando tanto tiempo, y a través de tantos tiempos, sabed que el Barrio Judío es un viajero sabio, callado, herido y superviviente a fin de cuentas. Las huellas de este viaje, las heridas del Barrio, la luz que al final del túnel lanza la esperanza, se puede ver en muchos de los lugares que vamos a visitar.
No hay manera de no detenerse a escudriñar las calles por las que pasearemos. No hay forma de no hacer parte del camino en compañía de nuestros pensamientos, lanzados en este punto a peores pasados. Tampoco sabemos cómo contaros lo necesario de esta visita.
Historia del Barrio Judío de Praga
La comunidad judía fue, casi desde tiempos bíblicos, una comunidad nómada, errante, asentada en muchos lugares distintos y obligada en muchas ocasiones a empezar de cero. En cada uno de los deambulares llegaron a los destinos con el comercio, el intercambio y las transacciones (tanto económicas como mercantiles), y es exactamente así como llegan a Praga, a una Praga medieval.
Los primeros judíos que conoce Praga, los conoce en el siglo X. Y tampoco aquí fue fácil, y no fue fácil, pese a que el comercio, en general, suele asociarse a la idea de prosperidad. Pero ni la promesa de esa prosperidad consigue que ambas comunidades vivan juntas. De hecho, al margen de las voluntades, la convivencia estaba prohibida. Esta prohibición provoca que los judíos vivan juntos y que la comunidad del Barrio Judío y por ende el propio barrio, fuera creciendo, ganando identidad, aumentando en población, desarrollando maneras de organizarse, y sí, convirtiéndose cada vez más en un gheto.
Avanzaban los siglos y las comunidades seguían viviendo separadas, y los judíos continuaban viviendo identificándose como judíos (existen aquí ya las estrellas amarillas, o los gorros amarillos que sirvan a este fin). Y esto va a ser así hasta la época del rey José II. El rey José II trae con su reinado el llamado “Edicto de la tolerancia” y, aunque persisten limitaciones importantes, los judíos pueden aprender oficios, crear escuelas, ir a estudiar a la Universidad o dedicarse a la agricultura. En honor a este rey adopta el Barrio Judío el nombre de Josefov en el año 1850. Prueba del cambio es, por ejemplo, la destrucción de las murallas que encerraban el barrio desde el siglo XIII.
Dentro de la historia del Barrio Judío hay un capítulo que merece una reseña aparte. El capítulo transcurre durante la Segunda Guerra Mundial...
El Barrio Judío y la Segunda Guerra Mundial
La Segunda Guerra Mundial no deja rastro en Praga, en concreto en su Barrio Judío. Como una sombra amenazante se dibujó un día, como una temible sombra golpeó y exactamente así, como una sombra, dejó huellas que recuerdan lo amenazante y temible de aquel conflicto.
En los tiempos en los que Chequia es tomada por los nazis, los judíos no solo convivían en la ciudad, sino que formaban parte activa de ella y en ella se habían ido asentando y formando sus familias. Lejos empezaba a quedar la idea de aquel Barrio aislado y marcado. El Barrio Judío de Praga fue uno de los más grandes del mundo, con una gran densidad de población, por lo que cuando los alemanes toman el país hablamos, aproximadamente, de un 20% de población judía, sobre 90.000 personas. En torno a 60.000 son exterminadas en esos años infames.
Los alemanes tenían sobre la población judía las ganas y las intenciones del exterminio total, sobre la población y sobre todo lo que recordara a ellos. No solo se habla de exterminio, llegan a la ciudad con la idea de destrucción y si el barrio y sus monumentos llegan hasta nosotros, no es por otra cosa que por la idea de Adolf Hitler de crear aquí lo que convinieron en llamar “Museo de la raza extinta”. La idea era trasladar aquí objetos de la comunidad y exponerlos. Los motivos que rezaron tras esta idea, la verdad, los desconocemos, pero seguro que no eran buenos.
Por eso sobrevive el barrio, sus sinagogas, sus edificios. Pero la población no corre la misma suerte. Traslados casi en su totalidad de nuevo a ghetos, uno de los más conocidos es el de Terezín, de allí son llevados a campos de concentración y, al fin, de exterminio. Una cifra basta para ilustrar la barbarie: se calcula que en torno a 140 niños fueron los que lograron sobrevivir, en el país, a la masacre.
Qué ver en el Barrio Judío de Praga
El barrio es un sinfín de descubrimientos, cada uno de ellos con sus historias, con sus leyendas, con su pasado. Estas son algunas de las visitas imprescindibles en el Barrio Judío de Praga:
- Viejo Cementerio Judío, en el que hay sobre 12.000 lápidas, se fundó a principios del siglo XV y funcionó hasta 1787. La personalidad más destacada enterrada es el rabino Loew, creador del Golem.
- Sinagoga Vieja-Nueva, de las más antiguas de Europa, del siglo XIII. Solo se mantuvo fuera de funcionamiento durante la ocupación nazi en Praga.
- Sinagoga Española, construida en 1868, donde había estado la Escuela Vieja. Su decoración interior tiene una clara influencia del arte mudéjar de la Alhambra de Granada.
- Sinagoga Klausen, situada en la salida del Viejo Cementerio Judío, fue la más grande del antiguo ghetto de la ciudad y está diseñada en estilo barroco. Su rincón más destacado es la Sala Ceremonial.
- Sinagoga Pinkas, construida en 1535, fue un lugar de oración para la familia Horowitz. Después de la II Guerra Mundial, pasó a ser un Monumento a los judíos de Bohemia y Moravia víctimas de la Shoá.
- Antiguo Ayuntamiento Judío, actualmente sede de la comunidad judía en Praga, fue construida en 1577 en estilo renacentista, aunque su fachada exterior es rococó.
- Sinagoga Alta, está anexionada al Antiguo Ayuntamiento Judío y comunican por el interior. Era el sitio de oración del tribunal rabínico.
- Sinagoga Maisel, mezcla un estilo renacentista y neogótico, y en su interior hay una exposición sobre la historia de los judíos de Bohemia y Moravia desde el siglo X al siglo XVIII.
- Galería Robert Guttman, fundada en 2001 como homenaje al pintor y lo gestiona el Museo Judío de Praga. En ella se muestran trabajos de artistas judíos del siglo XIX y XX, además de obras de posguerra y contemporáneas.
Ubicación del Barrio Judío de Praga
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Josefov
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110 00 Praga 1 Chequia
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Cómo llegar al Barrio Judío de Praga
- Parada: Staromestska
- Parada: Staroměstská