Reloj Astronómico

La historia y la leyenda del reloj astronómico de Praga, en esta ocasión, se encuentran, por primera vez, en el año 1490. La leyenda cuenta que el reloj maravilló a cuantos lo veían ya desde el principio y pronto el nombre del autor, Hanus, recorrió la ciudad y llegó más allá de sus fronteras.

A oídos de toda Europa llega la belleza del reloj de Praga. Cuentan las crónicas que no solo los visitantes se acercan a él, sino que incluso los comerciantes trazaban rutas, aún a costa de cambiar las que tenían, para pasar por Praga con el fin de contemplar el reloj. De tal éxito, se labra su fama Hanus, a quien llaman las autoridades para saber si él sería capaz, en caso de que se le hiciera el encargo, de volver a hacer un reloj, si no igual, similar. Hanus dijo que sí y ese fue el principio de su fin.

Las autoridades, tras escuchar con recelo la orgullosa afirmación, cegaron al artesano para que así ningún reloj ni parecido ni similar dé la hora en ninguna otra ciudad. El terrible castigo hizo que la vida de aquel hombre nunca volviese a ser siquiera parecida a lo que había sido. Dicen que su verdadera tortura no fue la pérdida de la visión, sino el no poder volver a admirar su magnífica obra. Se cree que, años más tarde, Hanus pidió ser llevado una última vez al reloj y, metiendo la mano entre sus máquinas, lo destrozó. Perdió la mano y murió desangrado allí mismo.

Aunque a todos nos encante la leyenda sobre el reloj astronómico de Praga, la realidad es otra. La historia escribe que el autor no fue Hanus sino Nicolás de Kadán. Es cierto que la fama del reloj corrió como la pólvora, pero lo que se dice funcionar, no funcionó hasta 1570. Nicolás de Kadán fue premiado con una casa en la ciudad por haber sido artífice de esta obra. Lo que sí es cierto es que Hanus hizo importantes trabajos de restauración en el siglo XV, pero nunca perdió la vista.

El Reloj Astronómico de Praga, aparte de ser una maravilla de leyenda, es una auténtica obra de arte y como tal debe ser admirada. Es, además, una muestra de las buenas técnicas que manejaban en la Edad Media, pues su maquinaria funciona con tal precisión matemática que, siglos más tarde, el reloj sigue dando la hora y anotando los días tal cual suceden, el reloj no atrasa y no miente.

Orloj, que nos espera allí, tiene forma de astrolabio y está formado por tres partes. Tres partes que además están definidas perfectamente, tres partes que constituyen el todo de este reloj: dos esferas y un desfile y que, en perfecta armonía, adornan uno de los relojes medievales mejor conservados del mundo.

Además del funcionamiento del reloj astronómico, la otra gran parte que le da forma son sus figuras y el espectáculo y el desfile que las mismas protagonizan. Veréis que estos momentos aglutinan a un gran número de turistas y de curiosos que quieren disfrutar del mismo. El reloj de Praga es también un reclamo para los propios habitantes de la ciudad. Por ejemplo, no es raro encontrar a parejas en la víspera de su boda, buscando una eterna luna de miel o quizá cumpliendo con una tradición. Sin duda, la visita a Praga tiene una parada obligatoria en este reloj y sin duda esta parada debería coincidir con su espectáculo.

Los grupos de figuras también pueden dividirse en dos, no es que sean figuras diferentes, sino que más bien es que hacen “dos pases” diferentes. Las primeras figuras de las que os queremos hablar están en la fachada, flanquean a las esferas y las podemos ver tanto si esperamos al espectáculo como si pasamos en cualquier otro momento.

• En la esfera del calendario encontramos la figura del ángel como símbolo de la justicia, el filósofo que reconoceremos por la pluma y el papel, el cronista que lleva un libro y el astrónomo, inseparable aún a día de hoy de su catalejo.
• En la esfera astronómica, se agrupan cuatro figuras por parejas. Por un lado, la muerte, representada en la figura del esqueleto que mide el paso del tiempo con su reloj de arena, y el turco con su laúd, que representa la lujuria. El avaro con la bolsa del dinero y el vanidoso con el espejo son la pareja que habita el otro lado de la esfera. Originalmente, la avaricia se representaba con una figura de un vendedor judío que, tras la Segunda Guerra Mundial, fue sustituida por la actual.

La otra parte del espectáculo del reloj lo forma en llamado “desfile de los apóstoles”, las doce figuras de los apóstoles desfilan a las horas en punto saliendo por las ventanas de la parte superior. Como curiosidad añadida, estas ventanas por las que ahora podemos ver el paseo, eran las ventanas que se correspondían con las celdas de las personas más nobles y pudientes encerradas en la cárcel de la ciudad.