Parque del Arenal

Bilbao te invita a muchas cosas. Y una de las mejores es poder pasear por sus zonas verdes, sentarse bajo la sombra de sus árboles y respirar ese aroma que domina la ciudad y viene desde la Ría. La parte más natural de la ciudad tiene una parada obligatoria en el Parque del Arenal. ¿Quieres conocerlo? ¡Sigue leyendo, esto te interesa!

Si el tiempo lo permite siempre es agradable caminar junto a la Ría de Bilbao. Los Jardines del Arenal, en la entrada al casco antiguo, son una de esas zonas que te encantará recorrer y disfrutar una y otra vez. Porque en el interior del parque puedes hacer multitud de actividades, todas ellas bajo el manto de un entorno tranquilo y relajado, alejado del bullicio que muchas veces se forma en el centro y en las principales atracciones turísticas. Flanqueado por el Teatro Arriaga y la Iglesia de San Nicolás de Bari, el Parque del Arenal discurre en paralelo con la Ría de Nervión. ¡Vamos a conocerlo juntos!

Qué ver en el Parque del Arenal de Bilbao

Sitio de encuentro para los ciudadanos locales y lugar de disfrute para toda la familia, el parque del Arenal siempre tiene un ambiente que te invita a vivirlo. ¿Vas a estar por allí un domingo? ¡Vete al mercado de flores y plantas! Pero debes saber que este no es el único evento que allí se celebra. Ferias como la del Libro o la de Santo Tomás también se dan cita en este espacio. Si vienes en fecha, ¡no dudes en ir!

Desde hace unos años, en sus jardines hay un añadido que no pasará desapercibido para ti. Se trata de una escultura de nombre 'La última persona fallecida en soledad'. Un trabajo de Rubén Orozco que recuerda a Mercedes, una mujer bilbaína de 89 años que le sirvió de inspiración. El objetivo no es otro que el de remover conciencias y sensibilizar a la sociedad en la lucha contra la soledad que les toca vivir a algunas personas. Entrando al parque desde el ayuntamiento nos encontraremos con tres paseos, por los que a principios del siglo XX circulaban las distintas clases sociales de la ciudad sin mezclarse.

El primero de ellos es conocido como el paseo de los curas, por el que paseaban las personas mayores de la ciudad acompañadas de los curas de San Nicolás. El segundo paseo del que os hablamos es el de los señoritos, por el que solo podían pasar los estudiantes e hijos de familias importantes de la villa. Y por último nos encontramos con el paseo de la alpargata, en el que se daban cita las personas dedicadas a los oficios artesanos.

Otro de los lugares que ver y a los que acercarse en el Parque del Arenal es el kiosko de la música. Un proyecto que pasó por varias fases antes de hacerse realidad. La primera data de 1923, cuando se quiso levantar uno inspirado en una concha, aunque el proyecto resultó ser bastante caro. El segundo, promovido por el arquitecto Pedro Ispizua, se inaugura en 1928, siguiendo la arquitectura Art Decó de la época. Tiene una espectacular cubierta y lo rematan dos alegorías a la música. Además, aquí también se encuentra un bar muy querido y concurrido por los bilbaínos, sobre todo en verano.

En el otro lado del kiosko podrás ver el puente del Arenal. Se construyó en 1847 con el objetivo de facilitar el acceso a la zona de Abando, puesto que en aquel entonces, la ciudad solo contaba con dos puentes para cruzar la Ría: el de San Antón y el puente colgante de San Francisco. Este puente fue el primer puente español de fundición que se conoció. A lo largo de su historia necesitó varias remodelaciones y ampliaciones, hasta que en 1940 acabó ajustándose a la forma que tiene hoy en día. Pese a ser bautizado como el puente de la Victoria desde ese momento, todo el mundo el Bilbao lo conoce como el del Arenal.