Basílica de San Marcos
Casi como si fuera el principio y el fin de Venecia, la Basílica de San Marcos de Venecia se levanta en la ciudad y se recorta al mismo tiempo en su cielo, entre los dorados, los colores y los brillos de su fachada, augur de dorados, colores y brillos de su interior, de la misma forma que la raíz de un árbol permite que este surja y se haga frondoso.
Es la portada perfecta en el entorno más sustantivo, la plaza de San Marcos, y no le han de faltar al sustantivo ni verbos ni adjetivos para de esta manera escribir un capítulo esencial de la Sereníssima. Ni un solo día desde el comienzo de la andanza de Buendía Tours en Venecia, dudamos del poder de esta Basílica sobre la ciudad y sobre sus habitantes, el cuidado sobre la primera y el orgullo (recíproco) sobre los segundos sale al paso en los caminos y canales. La Basílica es dueña, es embajadora, es maestra de ceremonias, es estampa, es firma, es sobrecogimiento, es luz, es sueño, es piedra pegada al agua, es imprescindible, es inolvidable... recorriendo sus mosaicos, escuchando lo que nos cuentan, andando sus pasillos bajo sus bóvedas, admirando (ni sabremos por cuánto tiempo) su imponente fachada, veremos lo único de la Basílica de San Marcos.
Entenderemos que la Basílica de San Marcos es única y sabremos por qué. Nuestra visita guiada a la Basílica de San Marcos gira en torno a estas ideas: a recorrer, a admirar, a entender. Su profusa decoración, su arquitectura traída desde otros mundos y adoptada en este rincón de Italia, cada personaje que habita sus paredes, nos ayudarán a entender el sentido de la catedral de Venecia. Buendía os invita al viaje, os acompaña en el recorrido y por una y mil veces se sorprenderá con vosotros. También eso es la Basílica de San Marcos: viaje de ayer y sorpresa de hoy.
Así es la Basílica de San Marcos de Venecia, la raíz de la ciudad, la esencia de Venecia, el primer paso y el último suspiro, pues nada en Venecia como esta Iglesia supo reflejar el esplendor de la ciudad, la devoción del Véneto, su intención de ser conocida en el mundo entero.
Historia de la Basílica de San Marcos
Es posible que la historia original de esta Basílica de San Marcos, no comience en la ciudad, ni siquiera en el país, sino que lo hará en el lejano Egipto, en el momento preciso en que dos comerciantes , Buono di Malamucco y Rustico di Torcello, por órdenes del dux Giustiniano Paticipazio, recuperan las reliquias del evangelista Marcos. Tras la vuelta a casa, se hace necesario un lugar en el que dar descanso a las preciadas reliquias y, en el año 828, se construye la primera iglesia.
Como a veces la distancia entra la historia y la leyenda suele ser una línea muy delgada, el incendio que en el año 976 arrasó la iglesia, dejó entretejida a la historia de la Basílica de San Marcos de Venecia, una de sus leyendas. Así, se cuenta que las llamas arrasaron también a las tres personas que sabían con exactitud donde estaban las reliquias. Tras rezos y ayunos de una población presa de la angustia, en el año 1094 se obró el milagro y los restos aparecieron en la inauguración de la nueva iglesia. En estos momentos, se levantó la iglesia, para que fuera ella la que le contara al mundo la prosperidad de la ciudad.
La historia también va a estar llena de modificaciones y cada una de ellas deja su reflejo en la misma. Es en el año 1807 cuando la iglesia es nombrada Catedral. Y por lo demás, y para todo lo demás, siempre queda el recurso a las palabras de Charles Dickens “es solemne, irreal, increíble y fantástica”. Descubre toda la historia en nuestras visitas guiadas en español por la Basílica San Marcos.
Arquitectura de la Basílica de San Marcos de Venecia
La Basílica de San Marcos de Venecia, que hoy podemos contemplar, se levantó, a mayor gloria del mundo, siguiendo el modelo de Basílica de los Santos Apóstoles en Constantinopla. Es, sin duda, una de las grandes obras del arte bizantino.
Típico de la arquitectura bizantina es la planta de cruz griega, con todos sus brazos iguales, que presenta la Iglesia. Estos brazos se dividen a su vez en una nave y dos pasillos. Se distinguen tres niveles en ella, tres órdenes: la planta baja, la terraza y las cúpulas. Las dimensiones de la Basílica de San Marcos de Venecia son: 76,5 metros de larga y 62,60 metros de ancha (en el crucero). La gran cúpula central que vemos es de 43 metros de altura.
Pero como en esta iglesia se han ido sucediendo modificaciones, junto a los elementos típicamente bizantinos también podemos observar, fruto de estas diferentes reformas y añadidos, elementos góticos o musulmanes.
Fachada de la Basílica de San Marcos
La fachada, la imponente fachada de la Basílica de San Marcos de Venecia, recibe al visitante con el firme propósito de que este no dude de la maravilla del lugar. Y efectivamente, ante ella, es difícil, muy difícil, no asombrarse.
La fachada sobre la Piazzeta es en la que podemos contemplar, a la derecha, en la esquina, la escultura de los Tetrarcas, traída en el siglo IV desde Constantinopla. En esta fachada sur también están sus dos pilares Acritani, llamados así porque llegan a Venecia procedentes de San Giovanni D'Acri, Siria.
La fachada norte, que se abre sobre la Piazzeta dei Loencini, se mantiene frente al mundo con sus cuatro arcadas, con sus capiteles bizantinos y con su puerta de bronce incrustado de plata.
La fachada principal tiene cinco portadas, todas ellas de mármol y adornadas con los famosos mosaicos de la catedral del Véneto. Los niveles de arcadas y el nivel superior se adornan con elementos góticos. Cinco son también las puertas de esta fachada principal, todas adornadas con mármoles y con esculturas. En las bóvedas de la primera línea están representados la traslación del cuerpo de San Marcos, de Alejandría a Venecia, el Juicio Final, los magistrados venecianos honrando al cuerpo de San Marcos, y en un quinto mosaico podemos contemplar la Iglesia de San Marcos. En la “segunda fila” los manuscritos dibujan el descenso de la cruz, la entrada en el Limbo, la resurrección y la ascensión. Preside esta fachada principal, y de este modo casi también preside la ciudad, el León de San Marcos y el propio San Marcos, flanqueado este por seis ángeles.
Uno de los elementos de esta fachada tiene aún, hoy, vida propia: los caballos de San Marcos.
Los caballos de la Basílica de San Marcos
En la terraza de la fachada del monumento más emblemático de Venecia, están al galope la cuadriga más famosa: los caballos de San Marcos. Lo que podemos ver en la fachada es una réplica, la cuadriga original (de que han desaparecido tanto el conductor como algún caballo) se encuentran y se pueden visitar en el Museo de la Basílica.
Es un conjunto arquitectónico digno de ver que llegó hasta nuestros días desde el siglo IV y llegaron hechos de cobre y cubiertos de una pátina dorada que aún hoy los hace brillar.
Interior de la Basílica de San Marcos de Venecia
Dorado. Brillo reflejado en el dorado. Ese es el interior de la Basílica de San Marcos de Venecia. En un primer lugar pudiera parecer que estuviera hecho para cegar al visitante, pero es precisamente todo lo contrario, está puesto para ser contemplado, para ser rastreado, inclusive, de modo y manera que no se deje ningún rincón olvidado.
En el interior de la Basílica, dividida en tres naves, nos esperan revestimientos de madera del Renacimiento, más de 8000 metros cuadrados de mármol, relieves bizantinos que datan desde los siglos X al XII. Tiene forma de cruz latina y los brazos de esta cruz se unen por arcos sobre columnas de mármol.
El suelo de esta Basílica de San Marcos se extiende bajo nuestros pies a base de mármol y se extiende gracias a las técnicas del “opus sectile” y del “opus tessellatum”. Y en este suelo es, precisamente, donde se encuentra uno de los detalles de la Basílica, a medias entre lo curioso y lo histórico. Aquí, junto a la puerta principal, está señalado el rombo en el que el emperador Federico I, conocido por la historia como Barbarroja, se arrodilló -firmando así la paz- ante el Papa Alejandro III.
Los mosaicos de la Basílica de San Marcos
Los más de 8000 metros cuadrados no pueden dejar a nadie indiferente y antes de contar sus historias ellos mismos fueron los protagonistas de una: Venecia llegó a controlar el imperio bizantino, esto la hizo poderosa y como muestra del poder decidieron construir la Basílica y la decoraron con cientos de imágenes en forma de murales con pequeñas piezas que recubrieron con pan de oro. Los mosaicos están formados por teselas, que son pequeñas piedras de colores, algo así como los píxeles de hoy en día. Los mosaicos tienen una finalidad moralizante, pretendían enseñar los misterios del cristianismo. Tratan sobre todo temas bíblicos del Antiguo Testamento en el atrio y del Nuevo Testamento en el interior.
Los mosaicos se dividen a lo largo de la estructura: en el atrio (donde se exponen los hechos narrados en el Pentateuco), en el ábside (aquí están los mosaicos más antiguos, entre ellos el Cristo Pantocrátor), en la cúpula central, en la cúpula de Pentecostés, en la entrada principal, en las capillas de San Pedro y San Clemente.
Atrio de la Basílica de San Marcos
El atrio de la iglesia lo conforman seis cúpulas y tres cruzadas y en toda la división hay que admirar.
En las tres cruzadas se nos muestra una Venecia festejando la gloriosa victoria de Constantino. Las seis cúpulas, observadas de derecha a izquierda, están decoradas:
- la cúpula de la creación, donde están los mosaicos más antiguos, representan la historia del génesis.
- La segunda cúpula narra la historia de Abraham.
- La tercera, la cuarta y la quinta cuentan la historia de José.
- La sexta mantiene otra historia, la historia de Moisés.
En este atrio veremos también unas columnas de mármol, columnas que sostienen unos arcos de gran belleza. De estas columnas se cuenta que algunas de ellas provienen del antiguo templo del Rey Salomón.
Las Cúpulas de la Basílica de San Marcos
Cuatro bóvedas y cuatro pilares sostienen cada una de las cúpulas de la Basílica de San Marcos. La cúpula mayor, la de la Ascensión, está sobre el crucero de la Iglesia, la cúpula de los profetas sobre el presbiterio y la de Pentecostés sobre la nave. En el brazo norte está la cúpula de San Juan, en el transepto sur la de San Leonardo.
Sobre el año 1260 las cúpulas fueron recubiertas con otras cúpulas mayores, cúpulas que, a su vez, terminaban en otras más pequeñas que sostenían una cruz dorada. Los mosaicos del interior no son solo la historia que la basílica cuenta, sino también una de las características más conocidas y reconocidas de San Marcos.
La cúpula del Apocalipsis
Sobre la entrada se encuentra la bóveda del Juicio Final y es en esta en la que se contiene la parte final del mensaje que se quiere transmitir en el resto de los mosaicos y aquí será donde podamos pararnos a admirar imágenes que representan visiones apocalípticas de San Juan y el Juicio Final.
La cúpula de Pentecostés
Esta cúpula está dedicada al día en que el Espíritu Santo bajó de los cielos y también al día del nacimiento de la Iglesia. En sus bóvedas laterales están los martirios de los apóstoles, el de la derecha se mantiene desde la época medieval, el de la izquierda, sin embargo, fue rehecho a lo largo del siglo XVII. Estos mosaicos fueron rehechos tras haber sufrido las consecuencias de diversos fenómenos adversos: la humedad, los incendios, los terremotos...
Y casi como no podía ser de otra manera, el tema central de la cúpula es la Paloma del Espíritu Santo.
Tiene también dieciséis ventanas en las que se representan los pueblos que visitaron los apóstoles.
La cúpula de la Ascensión
En el centro de la Basílica de San Marcos se encuentra esta cúpula y, en ella, probablemente, el centro de todo: la ascensión de Jesucristo a los cielos.
La decoración viene del siglo XII y aquí se concreta el que se ha convenido en definir como el mejor mosaico de todos. Cristo se sienta en un círculo lleno de estrellas, la Virgen y los doce apóstoles acompañan esta ascensión. Las dieciséis mujeres aquí representadas son las virtudes y las bienaventuranzas entre las que se corona la caridad.
La cúpula de los Profetas
Si buscamos representado en algún sitio de la basílica el inicio, es aquí donde lo encontraremos, pues es aquí donde se anuncia la venida de Cristo al mundo. Por ello son varios los personajes que nos encontramos ocupando, todos ellos, un lugar relevante:
- un pantocrátor en el centro de la cúpula
- la virgen en el interior de la cúpula, ataviada con ropas orientales
- los trece profetas: Isaías, Jeremías, Daniel, Abdías, Habacud, Joel, Sofonías, Ageo, Zacarías, Malaquías, Salomón y David
- cuatro evangelistas en la base de la cúpula, San Marcos con el león, San Juan con el águila, San Mateo con el ángel y San Lucas con el toro.
Altar mayor de la Basílica de San Marcos de Venecia
Y aquí, al fin, el cuerpo de San Marcos. Las cuatro columnas que sostienen el baldaquino son de alabastro y están decoradas con decenas de escenas que vienen a ilustrar la vida de la Virgen María y de su hijo, Jesús. Este baldaquino y sus cuatro columnas sostienen la cúpula que acoge el altar. En la edad media esta parte se cubría con cortinas, de modo y manera que quedaban ocultos a la vista del pueblo tanto el altar como quienes oficiaban en él.
Detrás de este altar mayor se encuentra otra de las paradas indispensables de la Basílica de San Marcos de Venecia, la Pala D'Oro.
La Pala D'Oro de la Basílica de San Marcos
Traducido del italiano, significa “retablo de oro”, y es una extraordinaria obra de la orfebrería bizantina. La mandó construir el Dogo Ordelaffo Faliero en 1102, pero lo que hoy podemos admirar es en realidad obra de “Doge” Andree Dondolo, que encarga a Gian Paolo Boninsegna la renovación de esta obra.
Podemos contemplar en ella diferentes partes:
- la historia de la basílica, el retrato del propio “Dogo” y el “Pantocrátor”, es la primera de ellas,
- en la mitad de la parte más alta, al Arcángel Miguel, con las seis fiestas de la devoción a los lados,
- la parte baja se dedicó a la Virgen María y al emperador Giovanni Comnero.
Esta Pala D'Oro está recubierta de piedras preciosas, rubíes, esmeraldas y perlas.
El tesoro de San Marcos en la Basílica
En el renombrado Tesoro de San Marcos, están los objetos litúrgicos de valor que se usan en las celebraciones de la Basílica. Hay piezas de plata, de oro y de vidrio, y hubo muchas más de las que ahora se ven, pero Napoleón, en su momento, decidió su fundición para aprovechar los metales.
En el caso de la Basílica de San Marcos, el Tesoro está contenido en habitaciones entre la Iglesia y el Palacio Ducal y su acceso está atravesando una puerta que se encuentra en el transepto meridional. A la izquierda vamos al santuario, a la derecha al tesoro.
El Tesoro de San Marcos tiene 283 piezas de diversos materiales preciosos: oro, plata, vidrio... y se divide en cuatro secciones:
- objetos romanos y medievales
- objetos bizantinos
- objetos de origen árabe
- objetos relacionados con Venecia
En el santuario que quedaba a la derecha hay, en ocho nichos, diversas vitrinas con reliquias de santos precedentes de Constantinopla y de Tierra Santa.
Reliquias de la Basílica de San Marcos de Venecia
En una época en la que la mentalidad de la gente cedía ante el temor y la fe ciega en lo divino, las reliquias fueron un instrumento necesario y esencial para reforzar esta fe.
A día de hoy no todas las reliquias están en las vitrinas del Tesoro, pero aún podemos ver algunas, entre ellas:
- una ampolla con la sangre de Cristo
- el agua que le manó del costado
- un pequeño trozo de la columna de la flagelación
- y un trozo del palo en el que se colocó la esponja
- parte del lino con el que se lavó los pies de los apóstoles en la última cena
Además, también podemos ver:
- la espada de San Pedro, con la que cortó la oreja al soldado romano
- el dedo pulgar de San Marcos
- el brazo con el que San Jorge mató al dragón.
Ubicación de la Basílica de San Marcos
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Basílica de San Marcos
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Piazza San Marco, 328
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Cómo llegar a la Basílica de San Marcos
- Parada: San Marcos
Vaporetto
Detalles
- Basílica - 9:30 a 17:15 h - Lunes a Sábado / 14:00 a 17:15 h - Domingo y Festivos
- Museo - 9:45 a 17:15 h - Lunes a Domingo
- Pala d'oro y el tesoro - 9:30 a 17:15 h - Lunes a Sábado / 14:00 a 17:15 h- Domingo y festivos
Horario
Detalles
- Basílica: 3 €
- Museo: suplemento 7 €
- Pala d'Oro: suplemento 5 €