Italia

Guia de viaje de

Venecia

Campanile de San Marcos

El Campanille de la plaza de San Marcos es uno de los símbolos e imágenes de Venecia. Considerado incluso el estandarte de la ciudad , destaca con 100 metros de altitud desde todos los puntos de la ciudad.

El Campanile desde la Plaza San Marcos

Igual que nos ocurre a nosotros que, de una manera u otra, nos identificamos y a la vez nos diferenciamos de los demás por esta o aquella cualidad o por esta o aquella característica, por nuestras virtudes, inclusive por nuestros defectos, a las ciudades les pasa lo mismo y van conformando poco a poco sus propias señas de identidad. Con estas señas las ciudades se presentan al mundo, son conocidas en el mundo y son fácilmente identificables por este mundo.

Estas señas de identidad en algunos casos son auténticos estandartes. ¿Cómo pensar en París sin su torre Eiffel?, ¿quién podría imaginar Nueva York sin la estatua de la libertad?. Así mismo, Venecia sale al mundo mostrando los lugares que, aún sin haber llegado a visitar, ya conocemos. Claro que nada, absolutamente nada, es igual a la sensación de encontrarse frente a frente con los colosos que Venecia exporta: la Basílica de San Marcos, la Plaza de San Marcos, los canales... el Campanile de Venecia. Porque aunque el Campanile pudiera verse por las estelas de todo y de todos los que habitan Venecia, forma parte de la Venecia más reconocible y más reconocida.
Dejadnos, eso sí, volver a una idea, que esta no se nos pase por alto: por mucho que leamos, por mucho que busquemos, por mucho que encontremos y por más que nosotros volquemos en cada letra, lo que es Venecia en general y el Campanile en particular, nada, nunca, de ninguna manera igualará al instante preciso de veros, al fin, allí.

En esta ocasión nosotros os estamos esperando a la puerta misma del Campanile, ¿os venís con nosotros?

Historia del Campanile de San Marcos


El Campanile de Venecia fue, antes de nada, faro. Fue un faro construido en el año 1173 que guiaba la vuelta a casa, el paso seguro o el refugio, de cuantos navegaban por la laguna. Pero si hay una historia que destacar en torno a este Campanile, es su vida en la ciudad. Llegó a ser un veneciano más y extendió, desde su altura, su protección a la ciudad. No es solo literatura lo que os acabamos de contar, pues la historia del Campanile de Venecia es, también, la historia de sus campanas, de la voz de las campanas por las calles y recovecos de la ciudad. Aún se conservan en el interior sus cinco campanas.  Su función era esencial, cada una de ellas tocaba de una manera especial, ninguna sonaba igual a otra y así los venecianos y las venecianas aprendieron a conocer en sus tañidos los avisos o las alertas que estas campanas querían contar. Los toques de las campanas  del Campanile de Venecia, en aquellos momentos, eran así:

  • La Marangola, era la más grande y anunciaba el inicio y el fin de la jornada de trabajo.
  • La None, tocaba a las nueve.
  • La Mezza Terza, anunciaba las sesiones del Senado.
  • La Trottiera, avisaba a los miembros de la Cámara del Consejo que había concilio.
  • La Maléfica, era la más pequeña de las cinco y era la más tremenda, pues cuando ella sonaba anunciaba una ejecución.

Arquitectura del Campanile de San Marcos

Para servir como faro y guardar tantas vidas del peligro hay que ser, sin duda alguna, alto, hay que poder alumbrar lejos y eso fue lo que el Campanile hizo con y desde sus 98.5 metros de altura.
Realmente la torre que hoy es una réplica del Campanile original, una copia a la que se llegó después de varias remodelaciones y de algún infortunio. En estas restauraciones hay dos momentos que son especialmente esenciales. El primero de estos momentos es la restauración del Campanile de Venecia, que se llevó a cabo en el año 1515 por Bartolomeo Bon y que le da la forma que le vemos actualmente. El segundo momento fue el que se llevó a cabo después de derrumbarse la torre el 14 de julio de 1902. Luca Beltrani fue en esta ocasión el encargado de las obras.

El Campanile de Venecia tiene una base cuadrada de 12 metros y está construida con ladrillo rojo, ladrillo rojo que en esta ocasión vino a sustituir al ladrillo bizantino que había antes. En el Campanile hay cuatro arcos en cada lado y sobre estos están las figuras femeninas de Venecia (La Giustizia) y de los leones. En la cúspide hay una veleta con la forma de un ángel.

Vistas desde el Campanile de San Marcos

Si algo atrae del Campanile de Venecia y si por algo seduce su visita es, sin duda alguna, por subir a lo alto para ver la vista panorámica sobre Venecia que desde allí el campanario nos regala.

Es cierto que las colas que se forman para entrar son largas y pueden resultar lentas (resultan lentas, ¿a quién vamos a engañar?) pero también es verdad que una vez hayamos disfrutado de la vista de 360º de Venecia que nos espera aquí, será la verdad que nos llevemos a casa. La subida es en ascensor y, si el día es bueno y acompaña, desde aquí arriba la Basílica de San Marcos, la Plaza de San Marcos y el Palacio Ducal se nos revelan de una manera poco conocida. La laguna alcanza una dimensión, una profundidad y un color con el que no contábamos al subir y que no olvidaremos al bajar. Con condiciones climatológicas favorables (este es un detalle esencial) podremos llegar a ver el Puente de la Libertad, incluso la lejana isla de Murano. San Giorgio Maggiore se despereza en los días de sol para darnos un saludo, no olvidéis responder al mismo... os está observando.

En esta parte del campanile desde la que podremos hacer maravillosas fotos y desde la que podemos ver desplegada Venecia hacia sus cuatro puntos cardinales, es donde están, y donde podremos ver, las famosas cinco campanas.

¡Ah, sí! Desde aquí arriba se nos recuerda también que es el lugar en el que Galileo Galilei presentó el telescopio y desde donde se llevaron a cabo las pruebas con el primer telescopio del mundo. Nada extraño, pues el Campanile está hecho para mostrar Venecia, es la maravillosa ventana de la Sereníssima.

El Campanile durante el Carnaval de Venecia

Durante la celebración del famoso Carnaval de Venecia, el Campanile cobra una importancia vital, ya que se convierte en el centro de atención tanto de los turistas como de los propios venecianos por los famosos svoli que se realizan desde sus alturas.

Antes de contaros en qué consiste esta tradición, os ponemos en contexto. La tradición de celebrar el Carnaval existe desde 1296, cuando se menciona por primera vez como “fiesta pública” en un escrito del Senado, aunque ya desde 1271 existen artesanos que se dedican a la fabricación de las máscaras tan típicas de esta celebración. 

No será hasta el siglo XVII cuando el Carnaval alcance su máximo esplendor, llegando a ser conocido en todos los lugares de Europa. La esencia de esta fiesta transforma las calles en un escenario perfecto para jugar a disfrazarse, a transformarse en otra persona: los disfraces, las máscaras y el anonimato hacen que todo sea posible.

Ahora sí, os explicamos cómo surgen los famosos svoli o vuelos, traducido al castellano. La tradición nace más tarde, en el siglo XVI, con un acontecimiento insólito: un joven acróbata turco ayudado solamente de una mancuerna, consiguió subir a la cima del Campanile caminando sobre una cuerda desde una barca anclada en el muelle de la Plaza de San Marcos mientras la multitud observaba expectante. Al descender, llegó al balcón del Palacio Ducal y presentó sus respetos al Doge de la ciudad.

Tras el suceso de esta hazaña, denominada el Vuelo del Turco (Svolo del Turco), funambulistas profesionales y hasta jóvenes venecianos intentaron copiar el desafío del joven turco los años siguientes, instaurando así una tradición que atraía multitudes.

Con el paso del tiempo el espectáculo fue variando ligeramente, a veces incorporando animales, barcas u otros factores que dificultasen la empresa, y este acontecimiento anual pasó a llamarse el Vuelo del Ángel (Volo dell’Angelo). La persona que lo realizaba llevaba unas alas falsas y tras colgarse de una cuerda que se balanceaba a gran velocidad, se dirigía al balcón del Doge y este le premiaba con una gran suma de dinero y regalos.

Con un resultado trágico en 1759, se prohibió este espectáculo y se sustituyó al acróbata por una gran paloma de madera que lanzaba flores y confeti sobre la multitud que se concentraba en la plaza. A partir de ese momento, esta tradición pasó a llamarse el Vuelo de la Paloma (Volo della Colombina) durante casi tres siglos. 

En 2001 se volvió a instaurar la tradición con la exhibición acrobática de personajes famosos del deporte y recuperó el nombre de “Vuelo del Ángel". Actualmente, se celebra el primer domingo tras el comienzo del Carnaval a las 12 del mediodía. ¡Desde luego es un espectáculo que no os podéis perder! 

Tras el éxito del Vuelo del Ángel, en 2012 se instauró la exhibición de otro vuelo desde el Campanile sobre la Plaza de San Marco, denominado Vuelo del Águila, que se realiza una semana después del anterior e involucra a personajes italianos famosos, a menudo del mundo del deporte o del espectáculo. 

En tu viaje a Venecia, sin duda, no puede faltar la visita al Campanile de San Marco. ¡Sobre todo, ahora que sabes tanto sobre su historia!

 

Ubicación del Campanile de Venecia

Detalles

    Precio

    • General: 10 €
    • Niños menores de 6 años: gratis