Isla de Murano
Que Venecia es todo agua, es una realidad tan cierta como que Venecia, sin esa agua, sería mucho menos Venecia. El agua marca la vida, la geografía, la orografía, el trazado e incluso el camino de la llamada “ciudad de los canales”. Quizá lo más correcto fuera, cada vez que Venecia nos viene a la mente, pensar en Venecia y en su laguna, pues si de admirar es Venecia, de recorrer y descubrir son muchas de las islas de esta misma laguna.
Construida sobre las aguas, esta manera casi bíblica, profetiza también la búsqueda y el encuentro de millones de rincones de ensueño. Son sobre 120 las islas que, unidas entre sí por canales (naturales o artificiales) y puentes conforman un paisaje único en el mundo. No, no vamos a recorrer las 120 islas pero si vamos a buscar la ocasión y los motivos para visitar algunas de ellas. Como todos los viajes, incluso los más largos, requieren un principio, vamos a comenzar el nuestro acercándonos a la Isla de Murano, una de las más conocidas.
A la Isla de Murano se la conoce como la “hermana menor de Venecia”. Muy parecida en su forma a la Sereníssima, adquirió su actual fama (mundial), por la fabricación de vidrio, ¿quién no conoce el famoso cristal de Murano?.
Hoy Buendía Tours quiere acercaros a este rincón tan conocido del mapa del Véneto, tan conocido en el mundo y tan merecedor de un día de nuestro viaje a Venecia.
Ya mismo salimos, si no tardáis os esperamos. ¡Venga!, si acaso os retrasáis (no mucho) seguro seguimos esperándoos, nuestros tours por Murano, Burano y Torcello en español, con los que llegaremos a la Isla, siempre estarán esperando.
Historia de la Isla de Murano
Y en esta laguna Véneta encontramos la Isla de Murano. Es una isla muy cercana a Venecia, y, lo mismo que le ocurre a ésta, tiene su propia historia que contar...
La historia de Murano que os vamos a contar, aunque sea muy muy por encima, tiene en su principio y en su fin, un denominador común: el vidrio de Murano.
La isla de Murano es, hoy en día, la isla más conocida de Venecia y, probablemente sea también la isla más visitada de Venecia. Pues bien, esta isla tan frecuentada fue en su origen un sitio prácticamente deshabitado, cuyo habitantes, al menos desde el siglo V eran fugitivos llegados (siendo como eran fugitivos lo más certero es decir huidos) desde el continente. Esto no significa que en la región no se trabajara ya entonces el vidrio, se trabajaba, pero se hacía en la misma Venecia que es donde operaba el gremio de los artesanos. ¿Qué ocurría? Pues que se daban la mano dos elementos condenados al desencuentro: por un lado las altas temperaturas que los artesanos necesitaban para licuar el vidrio y poder trabajarlo, por otro la madera con la que se hacían la mayoría de las casas. Como imaginareis, los incendios estaban servidos y como podréis entender, el miedo ante el riesgo de que se siguieran sucediendo hizo presa en la población veneciana. La solución fue práctica y rápida, había que sacar los hornos de la ciudad y es por esto por lo que en el año 1291 los artesanos fueron obligados a abandonar Venecia, de esta manera también llegan a la isla de Murano. Es una cosa curiosa el miedo, es curioso en general y en el caso de Venecia en particular, pues si es cierto que temieron los hornos al punto de “evacuar” a un gremio entero, es también cierto que con el paso de los siglos, los venecianos generaron la creencia de que los vapores que emanaban de estos mismo hornos eran beneficiosos para la salud y por ello, quienes se lo podían permitir, construían casa de reposo en la Isla de Murano lo suficientemente cerca para poder aspirarlos. Cosas del miedo, que, sin género de dudas, es muy libre...
La Isla de Murano vive momentos de esplendor pues su manera de trabajar el vidrio era exclusiva y por ello única en el mundo. La necesidad de proteger las técnicas que los hicieron tan especiales fue tal, que abandonar la isla por parte de un artesano se llegaba a perseguir y a juzgar como alta traición. No obstante, algunos artesanos conseguían dejar esta cárcel improvisada en que se les había vuelto la isla y a cambio de instalarse en otros lugares vendían, o intercambiaban, el precioso secreto. Con la réplica de los trabajos prolifera la artesanía de vidrio en Europa, la Isla de Murano ya no es tan única ni tan exclusiva por lo que conoce los rigores de la crisis.
El cristal de Murano hoy tiene denominación de origen bajo la marca: “Vetro Artistico Murano”. Disfrutar de este mundo en la Isla de Murano es hoy, de nuevo, algo único, casi tan único como lo fueron en su día los primeros artesanos que habitaron la isla.
La isla de Murano hoy
La realidad actual de Murano no es tan ajena a realidades pasadas. Desde aquel ya lejano año 1291, en el que los artesanos se instalan aquí, las generaciones se sucedieron y a lo largo de toda la vida de la isla y en la totalidad de todos los capítulos de su historia los trabajos sobre el vidrio han sido una constante y ha sido su mayor y mejor carta de presentación al mundo. La mayoría de la población de la Isla de Murano hoy se dedica, en cualquiera de sus variantes, al vidrio.
Lo que si es cierto y es una realidad que se va afianzando con los años, es que la Isla de Murano se va convirtiendo en un centro de interés turístico de gran importancia y lo que tiene que ofrecer cautiva a sus visitantes año tras año. Porque habéis de saber que, pese a todo lo dicho y a pesar de que Murano es, por excelencia un trabajo en vidrio, hay más por andar y más por ver, si decidís cruzar el kilómetro y medio que lo separa de Venecia.
Nosotros os recomendamos que dediquéis una jornada de vuestros días en Venecia a cruzar hasta este peculiar lugar del Veneto. Por si hacéis caso de nuestra recomendación, aquí os dejamos el enlace para que reservéis sitio en una de las visitas que unen Venecia con la Isla de Murano, completamente en español.
Qué ver en la Isla de Murano
Ya os contamos que no todo es cristal, que hay lugares que recorrer en la Isla de Murano y no os mentíamos. Algunos de estos lugares, son:
- Duomo di Murano Santi Maria e Donato, una espléndida basílica que se remonta al siglo VII y en la que podemos contemplar algunas piezas valiosas, tales como un mosaico del siglo XIII, un pavimento con retales de vidrio de 1140 y una pintura de Paolo Veneziano.
- La Cometa di Vetro, una escultura de Simone Cenedese, un gran artesano del vidrio, que desde el año 2007 está en el Campo Santo Stefano.
- Iglesia de “San Pietro Martire”, en la que esperan, a aquellos que se animen a la visita, dos telas de Giovanni Bellini: “La Asunción de la Virgen y santos” y “El Dux Agostino Barbarigo presentado a la Virgen y al Niño”.
- Iglesia de “Santa María degli Angeli” que es un templo del siglo XII que consiguió sobrevivir en la isla de Murano pese a que estuvo en el abandono hasta el siglo XX.
- Palazzo de Mula, de estilo gótico y del siglo XIII que tiene a bien mostrar el estilo de vida y las construcciones que en este momento se podían permitir las familias adineradas.
- El faro de Murano, poco original tratándose de una isla, la presencia de un faro, pero sigue siendo real el contenido romántico e incluso bravo de los faros que cuidaban la vida y el destino de los marineros y de las embarcaciones. El faro de la Isla de Murano, es blanco, fabricado con piedra de Istria y daba cobijo a quienes surcaban las aguas gracias a la hoguera de leña con que se iluminaba.
- Iglesia de “San Pietro Martire”, en la que esperan, a aquellos que se animen a la visita, dos telas de Giovanni Bellini: “La Asunción de la Virgen y santos” y “El Dux Agostino Barbarigo presentado a la Virgen y al Niño”.
- Museo del Cristal. Como podremos ver, el vidrio es inseparable de las calles de Murano, tanto es así que nos sale a cada paso que demos por la isla. Una manera de conocer y acercarnos a este mundo es visitando el Museo. El Museo dell’Arte Vetaria está ubicado en el Palazzo Giustiniani y en él se reconstruye el trayecto de esta tradición milenaria y de sus técnicas desde (prácticamente) sus orígenes hasta la actualidad.
- Museo de Arte Contemporáneo Berengo, en el que podremos admirar tanto las obras de la colección del propio Adriano Berengo, como numerosas exposiciones itinerantes.
Comprar cristal de Murano
A lo largo del paseo veremos que el vidrio y los trabajos que con él se realizan ocupan buena parte de sus calles. En este sentido podremos no sólo comprar cristal de Murano en la la infinidad de posibilidades que este comercio nos ofrece (si bien las primeras piezas que se realizaron fueron lámparas, hoy podemos encontrar joyas, jarrones, vajillas, marcos de fotos, elementos decorativos...)si no también podremos acercarnos al proceso de fabricación de las mismas, pues son numerosos los talleres que en la isla de Murano siguen manteniendo, y por ende trabajando, los hornos. También en estos talleres artesanales se pueden adquirir diferentes piezas ya que suelen vender a los turistas.
A la hora de comprar es importante que lo hagamos en un sitio que realmente nos esté vendiendo auténtico cristal de Murano, pues tened por cierto que como tal lo han de cobrar. Una manera fiable es comprar en locales en los que luzca de manera visible una pegatina en la que rece: “Vetro di Murano – Negozzio autorizzato”.
Ubicación de la Isla de Murano
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Murano
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30141
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Cómo llegar a la Isla de Murano
- Salidas: Piazzale Roma y Plaza de San Marcos