Parque de la Alameda

La Alameda data de mediados del siglo XVI, cuando fue donado a la ciudad por el Conde de Altamira. Tiene un diseño de jardín mediterráneo con numerosas especies subtropicales que lo convierten en uno de los parques públicos más importantes de Europa, en lo que a flora exótica se refiere.

En él no solo encontramos miradores en los que disfrutar de las vistas, podemos recorrerlo en bicicleta, disfrutar de su botánica o llevar a los niños a alguno de sus parques infantiles.

Historia del Parque de la Alameda de Santiago

En el siglo XII, el arzobispo Gelmírez mandó construir una iglesia para albergar las reliquias de Santa Susana y que hoy está rodeado por una magnífica robleda: la Carballeira de Santa Susana.

En 1546, Rodrigo de  Moscoso Osorio y Álvarez de Toledo  IV Conde de Altamira realizó una donación de tierras agrícolas  al municipio para “plantar de árboles y arboledas” para uso y disfrute de los santiagueses. Las primeras intervenciones para arbolar el espacio son de finales del siglo XVIII, cuando se plantan en hilera los robles que rodean la Capilla de Santa Susana. En la década de 1830 se iniciaron los trabajos para el ajardinamiento, mediante la construcción de un paseo público: La Alameda y Campo de la Estrella.

Los tres jardines del Paseo de la Alameda de Santiago de Compostela

El Parque de la Alameda se compone de tres jardines distintos: La Alameda, la Herradura y la Robleda de Santa Susana.  Los tres conforman un espacio común de más de 8 hectáreas, pero responden a modelos diferentes, con usos y funciones también diferentes.

La Carballeira de Santa Susana mantiene el mismo aspecto desde el siglo XVIII, es por tanto el espacio ajardinado más antiguo de todos. Este fue lugar de mercado local, y a lo largo del siglo XIX y gran parte del XX acogió la feria de ganado de Santiago. Desde 1971 su función es solo recreativa, sí bien durante las principales fiestas locales – la Ascensión y el Apóstol – recupera en parte su función de campo de fiesta.

En la Robleda de Santa Susana destacan la Capilla de Santa Susana y el monumento a Daniel Rodríguez Castelao, destacado escritor, pintor, dibujante y político gallego.

En su entrada La Alameda nos recibe con la escultura de las Dos Marías, dos personajes populares de la ciudad, cuya fama se debe a que realizaban un paso diario, a las dos de la tarde durante los años 1950 a 1960 por el casco antiguo de Santiago, siempre vestidas y maquilladas de manera excéntrica. Su intención era llamar la atención de los jóvenes universitarios que pasaban por este lugar.

La primera parte del paseo recibe el nombre particular de Campo de la Estrella, de referencia jacobea. Y  a lo largo de todo el paseo  se puede disfrutar de ejemplares de camelias, tilos y plátanos.

En el paseo de la Alameda destacan el monumento a Casto Méndez Núñez (marino y militar español), el templete de la música y la iglesia de El Pilar. Además, cuenta con dos filas de bancos de granito y respaldo en hierro forjado, con motivos  vegetales y animales, que proceden de la antigua fundición de Sargadelos, anterior a la actual fábrica de cerámica.

Se llama así este jardín por su forma, y sirve de enlace entre los dos extremos de La Alameda.

El más famoso de los tramos de la Herradura es el de “Los Leones”, un largo paseo que discurre entre dos filas de viejos robles y en el que se puede disfrutar de hermosas vistas sobre la Catedral y la zona monumental, para lo que cuenta con bancos y miradores. Cualquier hora del día es buena para visitar este lugar, pero los atardeceres y las noches son los momentos más especiales para disfrutar de las vistas.

En el Paseo de las Letras se encuentra una gran escultura-monumento de piedra del siglo XIX dedicada a la escritora gallega Rosalía de Castro.