Barrio de San Pedro

Este barrio de Santiago de Compostela es un pequeño microcosmos con negocios locales, empresas innovadoras, todo tipo de servicios y una intensa vida social y cultural. De alguna manera, el barrio de San Pedro es el barrio por excelencia, y se reinventa cada día para atraer nuevos residentes, nuevas ideas y nuevas propuestas.

Hay calles en el barrio de San Pedro que han merecido dos veces la consideración del Patrimonio Mundial, ya que pertenecen tanto a la Ciudad Vieja de Santiago, como a los Senderos de Peregrinación. Vamos a ver que ofrece este barrio, cuál es la mejor manera de disfrutarlo y qué es todo aquello que no nos podemos perder.

Historia del Barrio de San Pedro

Nacido como un conjunto de suburbios y calles dispersas a la entrada de Santiago por el Camino Francés, era también utilizado por todos los que iban a Castilla y al norte y este de Galicia. Por esto, por aquí no solo llegaban peregrinos, también comerciantes, granjeros y viajeros en general. Este movimiento de personas y bienes, ha marcado profundamente la fisonomía del vecindario y el carácter de su gente, que aún hoy es acogedora, dinámica y cosmopolita.

Durante siglos, el barrio concentró algunas de las actividades peligrosas o no saludables, que no podían llevarse a cabo dentro de los muros de la ciudad. Nada que ver con la realidad del barrio de hoy en día, donde tabernas de toda la vida, en las que aún es posible escuchar gaitas o cantos de taberna, conviven con estudios creativos, librerías y, en general, espacios dedicados a las artes.

Qué hacer en el Barrio de San Pedro de Santiago de Compostela

Dentro del barrio de San Pedro se encuentra la Rúa de San Pedro, que es una de las una de las calles con más animadas de Santiago de Compostela. Donde disfrutar de restaurantes tradicionales con la típica cocina gallega en un entorno “enxebre” (tradicional), pero también de nuevas propuestas que en pocos años se han convertido en estandartes de innovación.

¿Podemos comer en el barrio de San Pedro? Sí, sin duda. Algunas de las propuestas en las que nos podemos detener para comer son:

• A Tasquiña de San Pedro: este pequeño bar se encuentra situado en la plaza del Cruceiro de San Pedro, en él se puede disfrutar de una excelente selección de vinos gallegos por copas.
• A Maceta: A 50 metros del anterior, se localiza posiblemente el local más famoso de la calle, con Jorge Gago, cocinero revelación de Galicia en 2017.
• TS A Casa: Cruzando la calle desde A Maceta, se halla todo un lugar esencial si estáis buscando lugares de comida vegetariana en Santiago.
• Xearte Brigitte: Bajando hacia el centro histórico se llega a esta heladería artesana.  Helados elaborados en el local con leche fresca de proveedores de proximidad. ¿No sabes cuál elegir? Prueba el helado de tarta de Santiago o alguna de sus especialidades de temporada.
• Pampín Bar: En un recodo de la Plaza de San Pedro, se ubica el Pampín. Con estupendos escabeches, pescados al horno, arroces como el de centolla o el de jarrete de ternera, y postres como el coulant de tarta de Santiago.
• A Moa: Uno de los clásicos de la calle, A Moa. Dividido en dos espacios, el sótano, abierto a un precioso jardín, acoge el restaurante, mientras que a nivel de la calle hay un acogedor bar. ¿Su secreto? Las tapas de cortesía, que el cliente puede servirse él mismo de la oferta del día, en la que no faltan los callos y tapas sencillas pero sabrosas, como los bollos de bacalao.
• Dezaseis: Si es tu primera vez en Galicia y quieres comer especialidades de la cocina gallega, sencilla y bien preparada: pulpo, lacón, empanada, pimientos de Herbón en temporada, etc.…  este es tu sitio. Situada en las antiguas caballerizas de una casona en la parte baja de la calle.
• Rodeiro: Esta es una de las viejas casas de comidas que sigue resistiendo en este barrio. Ofrece el que muchos consideran que es el mejor cocido de Santiago de Compostela. Cruzar su puerta es viajar 50 años atrás en el tiempo.
• Izakaya Markesa: A las puertas del casco viejo, al pie del Museo do Pobo Galego, se encuentra este acogedor y pequeño restaurante que ofrece una cocina de esencia Nikei, decantándose en ocasiones más por Japón, y en otras mira más hacia la cocina del Perú. Es una propuesta única en la ciudad.

Lo perfecto es terminar el recorrido por el barrio de San Pedro, con un café en La Flor. Un café aquí, es el punto final perfecto. Y si volvéis por la noche, está hasta la bandera de gente de todas las generaciones, disfrutando de sus excelentes combinados.