Aparcar en Santiago de Compostela
Santiago de Compostela es una ciudad que ha conocido en sus muros el paso de los siglos, por lo que su parte antigua no está adaptada ni pensada para moverse en coche. Hay muchos desniveles, calles empedradas y zonas donde directamente no se permite el tráfico rodado.
En el centro de la ciudad de Santiago de Compostela, nos moveremos andando por prácticamente todas las calles, ya que la propia distribución, como el número de gente que las transitan, hace imposible siquiera pensar en vehículos
Las distancias en la ciudad de Santiago no son muy grandes, pudiendo en un lapso máximo de treinta minutos desplazarse desde cualquier punto al centro de la ciudad. También para este tipo de desplazamientos está la red urbana de autobuses, o porque no, los taxis, cuyas tarifas no suelen superar los 6€ por un viaje dentro de la urbe.
Si lo que nos gusta son las dos ruedas, Santiago de Compostela exige una conducción precavida y cuidadosa, evitando las calles empedradas y teniendo mucho cuidado con los cambios de rasante y las calles empinadas.
Otros medios para acercarse al centro de la ciudad si queremos evitar el centro histórico son los trenes de media distancia, (líneas que funcionan con alta frecuencia desde Vigo, A Coruña y Orense), o los autobuses interurbanos, también con gran presencia gracias al carácter universitario de la ciudad.
La conducción en la ciudad es sencilla en la zona moderna, pero muy complicada cuando nos vamos acercando al centro histórico de Santiago. Esto se debe a que si no lo conocemos, en un momento nos puede sobrevenir una calle empedrada o sobre todo, cuestas muy pronunciadas.
Por ello, desde Buendía recomendamos dejar el coche en alguno de los estacionamientos privados que hay cerca del centro. Hay varios disponibles y todos ellos tienen abonos para un día entero que suelen rondar los 11€/13€. Desde alguno de ellos se puede llegar al centro andando en apenas unos minutos.