Palacio Rajoy

El Palacio Rajoy, Pazo Raxoi dicen en la mágica Galicia, fue en su origen un magnífico palacete arzobispal. Un palacio que mandó construir el que por entonces era arzobispo de la ciudad de Santiago, Bartolomé Rajoy. Ya el propio edificio se encarga de contarnos (¿veis como Santiago solo parece callada?) la fecha de su construcción, entre los años 1766 y 1777. La historia de este palacio realmente, transcurre entre los fines para los que fue ideado y las funciones que fue adquiriendo con el tiempo. En los primeros años, el arzobispo ideó un palacio que no solo fuera el Seminario de Confesores, sino que también permitiera instalar las dependencias municipales y, y puede que está sea una de sus principales funciones, que fuera la vivienda de los niños del coro de la catedral. Por estos mismos años en los que el Pazo Raxoi empezaba su andadura en la ciudad, surge la primera polémica, polémica de la que, además, se hace eco toda la ciudad. Ocurría que el edificio estaba surgiendo parejo al Hospital Real (lo que hoy conocemos como Hostal de los Reyes Católicos) y el administrador del mismo veía muchos inconvenientes y ninguna ventaja. Él esgrimía para defender su airada oposición que la construcción emergente impedía la ventilación y la entrada de la luz natural en el hospital y que, por si lo anterior no fuera suficiente, dificultaba enormemente la entrada y la salida de los enfermos. Se ve que hubo manera de dar soluciones, porque el edificio salió adelante.

Los años van colocando poco a poco a este emblemático edificio de Santiago de Compostela, en el centro de la actividad administrativa y judicial, sobre todo por la colocación del Juzgado de Primera Instancia y también del Juzgado municipal.

Avanzaba el Palacio Rajoy en cuanto a funciones y no tardaron en llegar las oficinas de la policía secreta y de la policía municipal. La cárcel se colocó, como toda cárcel que se precie en serlo, en los sótanos de las dependencias.

Es del todo cierto que con el tiempo, y sobre todo si podemos medir el tiempo en siglos, los edificios suele alejarse del origen para el que son pensados. Claro que eso no ocurre del todo aquí, y hoy el Palacio Rajoy es el centro absoluto de la vida política y administrativa de la ciudad siendo la sede de la presidencia de la Xunta, del Concejo de Santiago de Compostela (Concello de Santiago de Compostela) y el Consejo de la Cultura Gallega (Consello da Cultura Galega).

Arquitectura del Palacio Rajoy

El edificio respira estilo neoclásico francés por los cuatro costados. Y es que, aparte del tiempo que lo inspiró, la autoría está en el ingeniero francés Charles Lemaur.

Desde luego podemos decir que es un edifico grande, 84 metros de largo repartidos en tres plantas y en un ático. Y también podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que una de las cosas en las que nos vamos a detener es su fachada. De manera muy, muy, muy esporádica os contamos que esta fachada del Palacio Rajoy se organiza en un frontón, fácilmente reconocible porque está en su centro, y a cada uno de los laterales dos frontones semicirculares. Todo ello descansa sobre unas columnas de estilo jónico. A destacar de esta fachada es el bajorrelieve del frontón que representa la batalla de Clavijo, se talló en mármol y es obra de José Gambino y su yerno. Si os fijáis si bien los dos pisos superiores se adornan con ventanas, el ático está adornado con una balaustrada.

Coronando el edificio está una estatua de Santiago Matamoros a caballo, obra atribuida a José Ferreiro.

El Palacio Rajoy solo se puede visitar desde fuera, es una maravillosa parada de nuestro tour (por cierto, aquí os dejamos el enlace para poder reservar cualquiera de las actividades de Buendía en Santiago de Compostela) el interior no se visita debido a la ajetreada vida que hay en su interior.