Hostal de los Reyes Católicos - Qué ver en Santiago - Guía de viaje Santiago de Compostela - Buendía Tours
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Hostal de los Reyes Católicos

Si por algo nos gusta recorrer Santiago de Compostela con nuestras diferentes visitas guiadas, es por encontrar en cada uno de esos recorridos lugares como el Hostal de los Reyes Católicos

Hostal de los Reyes Católicos - Qué ver en Santiago - Guía de viaje Santiago de Compostela - Buendía Tours
Arte, historia y tradición en un mismo rincón: el Hostal dos Reis Católicos.

Un lugar tan céntrico que le disputa el espacio a la mismísima Catedral de Santiago de Compostela, si bien es cierto que ambos edificios decidieron no disputarse, sino compartir, el espacio para deleite de sus habitantes y sus visitantes. En vuestros días en Santiago de Compostela, el Hostal de los Reyes Católicos es una visita imprescindible. Lo es el hostal y lo es su entorno.

Esa estampa de ciudad del medievo, lleno de artesanos, de nobles, de hombre poderosos de iglesia. La Santiago de los peregrinos, colocada por ellos en el centro del mundo católico. Santiago es una ciudad de hoy, pero también es la ciudad de otros tiempos, capaz de inspirar novelas de misterio, capaz de ofrecer y regalar escenarios a la sombra de la catedral, escenas bajo su eterna lluvia, bajo su perpetua noche. Se trata de una parada obligatoria en los Free Tours en español por Santiago de Buendía, porque el Hostal de los Reyes Católicos, es todo lo que nos gusta de Santiago.

Si algo nos gusta de recorrer Santiago de Compostela, son sus recorridos y hoy, uno de esos caminos nos lleva al Hostal. Tiene tanto que contar que sería una pena, una verdadera pena, que os lo perdieseis...

Historia del Hostal de los Reyes Católicos

El Hostal lleva, en toda su justicia, el nombre de sus impulsores: los Reyes Católicos. Es después de la toma de Granada, en el año 1492, cuando Isabel y Fernando deciden viajar a Santiago de Compostela para, entre otras cosas, buscar los favores del santo. Su viaje iba a ser más sorprendente de los que imaginaron en un principio y su peregrinaje acaba revelando las condiciones, las pésimas condiciones en las que vivían en Santiago los enfermos y los peregrinos.

El anterior hospital, que se encargaba de la asistencia y el cobijo a los unos y a los otros, había ardido en un incendio y ahora sus funciones se repartían, como imaginaréis en precarias maneras, en el interior de la Catedral. No era la catedral el lugar para esto y por eso los Reyes Católicos en su peregrinaje ordenan construir un hospital que cubra y satisfaga las necesidades de los desvalidos y de la ciudad de Santiago de Compostela.

La obra es suntuosa desde el principio y de ella sale el que, durante años, sería el mejor hospital de la Cristiandad. Sin perder la función de albergue -esa función no la abandonaría nunca-, el hospital incorpora novedades que son objeto tanto de admiración como de réplica.

El Hospital Real se construye con chimenea, con caballerizas, con granjas e inclusive con una panadería y una bodega. También se le incorporó un cementerio. No se quedaron atrás a la hora de dotar al Hospital de profesionales a la vanguardia de las necesidades, los médicos eran capaces de atender a los enfermos y a los peregrinos hasta en dieciséis lenguas diferentes.

Todo estaba pensado en el Hospital, nada quedaba al libre albedrío y por ellos los peregrinos y los enfermos estaban separados. Y esto sin duda fue un gran acierto, pues nada tenían que ver las necesidades de quienes alcanzaban Santiago en peregrinación con la asistencia médica que había que dispensar a los enfermos. Para los peregrinos se ideó la primera planta, para los enfermos se reservó la segunda.

Innovador y particular, en todos los aspectos, el Hospital también tenía jurisdicción propia. Quien pisaba su interior estaba bajo la regencia del administrador. No eran pocos casos de presos que intentaban huir de la mano de la justicia entre sus paredes o incluso de condenados que veían, en ese peculiar espacio, el último intento de evitar la inevitable muerte a que habían sido condenados.

El Hostal de los Reyes Católicos hoy

El paso de los siglos trae una crisis, acuciada, dejadnos decir, de las peregrinaciones a Santiago de Compostela, por lo que las funciones del Hospital empezaron a centrarse más en los enfermos y menos en los peregrinos. De este modo, volcado en la práctica médica, pasan los siglos y llegamos al siglo XX, momento este en que empiezan a quedar patente que las nuevas prácticas médicas y lo que estas conllevan, cada vez se alejan más del Hospital Real. Por esto decae la vertiente médica y por eso empieza a adueñarse del lugar la función de alojamiento, y ahora ya no se habla de alojar solo a los peregrinos, sino también a quienes, por los motivos que fueran, se ven pasando unos días en Santiago de Compostela.

Su ubicación, en la Plaza del Obradoiro, lo convirtió en un punto inmejorable. Y así, en julio del año 1954 pasa de ser Hospital Real a ser Hostal de los Reyes Católicos. Años después, en la década de los sesenta, entra en la Red de Paradores Nacionales.

Hoy, aparte de ser un hotel de lujo de Santiago de Compostela, es uno de los edificios más importantes y más emblemáticos de la ciudad.

Arquitectura del Hostal de los Reyes Católicos

El Hostal de los Reyes Católicos empieza a construirse en el año 1486, por ello el gótico tan presente del momento también lo está en él. Pero es tardío y por eso con el transcurrir de los años de construcción este gótico va dejando paso al Renacimiento. Precisamente por esto, por esta evolución desde el gótico, se le considera una obra maestra de estilo plateresco.

El edificio, cuyo proyecto ideó Enrique Egas, está formado por cuatro patios, cuatro patios que forman una cruz griega. Los dos primeros patios que se construyeron y que son ambos góticos fueron:

  • el patio de San Juan,
  • el patio de San Marcos.

Otros dos patios llegan más tarde y por ellos lo hacen envueltos en barroco. Son:

  • el patio de San Lucas,
  • el patio de San Marcos.

En el medio de los patios está, una de las partes más interesantes de este Hostal de los Reyes Católicos, la Capilla Real. Esta Capilla, que es también obra de Enrique Egas, es Monumento Nacional desde el año 1912. En los tiempos en los que el Hostal de los Reyes Católicos era Hospital Real, en esta capilla era donde se oficiaba la misa.

Uno de sus elementos más relevantes, es su fachada plateresca. Y decimos fachada cuando quizá deberíamos decir retablo, pues más parece que fue pensado como tal. Esta fachada es del año 1519 y al frente estuvieron los maestros franceses Martín de Blas y Guillén Colas. En esta fachada podemos destacar:

  • los medallones de los reyes Isabel y Fernando
  • el friso con las figuras de los doce apóstoles
  • los grandes escudos de armas de Castilla
  • Adán, Santa Catalina y San Juan Bautista a la izquierda y Eva, Santa Lucía y María Magdalena a la derecha
  • Los balcones que la recorren y que fueron diseñados por Fray Tomás.

Las cadenas que veis frente al Hostal están ahí para delimitar el terreno que le pertenecía, vienen de muy antiguo y con ellas se evitaban, por este motivo del terreno, las disputas entre el Ayuntamiento y el propio Hostal.

Ubicación del Hostal de los Reyes Católicos

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