Museo del Pueblo Gallego

En un maravilloso edificio gótico, el Convento de Santiago de Bonaval –donde se instaló una de las joyas del patrimonio de la ciudad, su triple escalera helicoidal, está la sede de este museo dedicado a acercarnos la cultural, la historia y la tradición gallega. Utiliza para ello diferentes maneras y su visita se hace sencilla y comprensible para todos los públicos.

Conocer la esencia de los sitios que vamos conociendo, es parte de la esencial de cualquier viaje, y nuestra escapada a Santiago de Compostela no iba a ser menos. En Buendía, recorremos Santiago de Compostela al completo para mostraros su historia, sus historias y sus lugares esenciales, por eso sabemos que acercarnos a la raíz de las cosas, siempre ayuda.

Qué ver en el Museo del Pueblo Gallego

El Museo del Pueblo Gallego cuenta con una exposición permanente con once salas dedicadas a los elementos más destacados de la cultura gallega.

Es recomendable empezar el recorrido por la Sala del Mar, ubicada en el antiguo refectorio del convento, donde se expone una muestra de las embarcaciones más peculiares de Galicia. La Comunidad tiene una larga tradición marinera en la que hay que detenerse en cualquier repaso a su historia.

La Sala del Campo muestra la evolución del paisaje en cuatro fases: el Neolítico, la Época Castreña, la Edad Media y la actualidad: donde se exhiben instrumentos utilizados para la labranza, elementos relacionados con la ganadería y la explotación del monte.

En el espacio dedicado a los oficios, se pueden ver quince diferentes  trabajos tradicionales, que han desempeñado un papel fundamental en la evolución de la vida cotidiana, como la transformación de metales, madera y  barro  entre otros.

Los trajes tradicionales gallegos son otro de los puntos que aborda este museo y los divide en dos clases: de diario o de faena y de gala. En estos últimos se puede admirar el encaje de bolillos conocido como encaje de Camariñas.

La música tiene una gran importancia en la tradición gallega y en el museo hay una exposición tanto de los instrumentos tradicionales (la gaita, la zanfoña, la pandereta, el pandero, las castañuelas y el tamboril), como de los bailes más populares, entre otros, la muñeira y la pandeirada.

Además de la exposición permanente y de las exposiciones temporales, el museo organiza actividades para familias, por lo que este es uno de los museos que podéis tener en cuenta si buscáis actividades para hacer con niños en Santiago de Compostela.

Tras la visita al museo, se puede disfrutar del parque de Santo Domingo de Bonaval, un gran espacio verde rehabilitado de casi cuarenta mil metros cuadrados, ubicado en lo que antes era una finca y cementerio del convento.