Plaza de las Platerías

La Plaza de las Platerías debe su nombre al gran número de plateros que desde la Edad Media se instalaron en esta zona de la ciudad para producir y vender todo tipo de objetos de plata a los peregrinos. Vendían, entre otras muchas cosas, figuras de Santiago y conchas de vieira, el emblema jacobeo más universal.  Si estáis haciendo el camino de Santiago por el llamado Camino Portugués, es por esta plaza por la que llegaréis.

La Praza Das Praterías comenzó a convertirse en la plaza que hoy vemos, por un proceso que empezó en el siglo XVI y que terminó en el siglo XIX. Hasta entonces, el lugar concentraba la actividad artesanal y comercial orientada a los peregrinos. Además del poderoso gremio de los plateros, en este lugar estaban los artesanos del cuero, los azabacheros, los concheiros (vendedores de conchas de vieira), los picheleiros (artesanos del latón), etc.… De toda esta actividad hoy sobrevive la de los plateros, aunque con una producción más reducida que antaño.

Fachada sur de la Catedral de Santiago

Si algún referente histórico-artístico sobresale y sobrevive al paso del tiempo en la plaza de la Platería, es la fachada románica que conserva la Catedral, un ejemplo vivo de este estilo que se difundió a través del camino de Santiago

Por aquí se accede a la Catedral por una doble portada románica llamada Porta Das Praterías, iniciada a finales del siglo XI y concluida a principios del XII. Tiene un origen incierto y una desordenada colocación, al proceder de otras partes de la Catedral. La portada hubo de ser rehecha tras las rebeliones contra el arzobispo Gelmírez y se le añadieron partes de la antigua Puerta del Paraíso. Tiene imágenes esculpidas de Cristo, ángeles con trompetas, demonios tentando a Jesús, el  rey David, la Creación de Adán, Santiago, la Pasión, etc.

Una de las muchas curiosidades de la Catedral de Santiago, es que por esta puerta salió despedido en 1499 el “Botafumeiro” cuando se ejecutaba el rito en honor de Catalina de Aragón, primera mujer del rey Enrique VIII de Inglaterra.

La Fuente de los Caballos

La Praza Das Praterías es la única de las cuatro grandes plazas catedralicias compostelanas que tiene una fuente. Otra de los detalles que hacen de esta plaza un lugar especial.  En 1829, la fuente, que está situada en el centro de la plaza, era conocida como “Fuente de la Estrella” por la estrella de metal dorado sobre pie de jaspe que coronaba la composición hasta que, en la segunda mitad del siglo XIX, fue sustituida por la famosa “Fuente de los Caballos”, obra de J. Pernas.

A la fuente le atribuyen variados significados: la capacidad de los caballos para encontrar agua, el Arca que representaría la tumba del Apóstol… Sea como fuere, esta es la fuente más hermosa de la ciudad, sencilla y mágica y con un diseño y unas proporciones idóneas para su emplazamiento.

La Plaza de las Platerías y los Peregrinos

Las actuales escaleras de la plaza de la Platería, que se remontan al siglo XVI, tienen un marcado carácter xacobeo, ya que, desde la recuperación de las peregrinaciones, son el marco elegido por los peregrinos para hacerse la fotografía de recuerdo en grupo. La plaza es, además, un espacio ocupado constantemente por los peregrinos que llegan siguiendo “El Camino de Santiago”, porque en su esquina sureste, en la casa del Deán, se sitúa la Oficina del Peregrino, expendedora de” la Compostela”, el anhelado documento eclesiástico que certifica la peregrinación a pie, a caballo o en bicicleta.