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Guia de viaje de

Madrid

Plaza Tirso de Molina

Vivas o viajes a pueblos, ciudades pequeñas o grandes metrópolis siempre vas a encontrar ese espacio público abierto en el que se reúnen sus vecinos. Porque las plazas son esencia, historia y tradición del lugar en el que se encuentran. Y en Madrid, el latir de la ciudad y la manera de vivir de sus habitantes se transmite, en gran medida, en la Plaza Tirso de Molina. ¿Nos acompañas a conocerla?

La Plaza Tirso de Molina la preside la estatua de Fray Gabriel Téllez

Un viaje a Madrid va a despertarte sensaciones de todo tipo. Por su multiculturalidad, el choque de costumbres y tradiciones de su gente y la diferencia que existe entre barrios. Cada calle, avenida, rincón o distrito tiene su forma de vida. Y en todas ellas, la esencia parte de sus plazas. De hecho, la mejor manera de descubrir Madrid es hacerlo a través de sus plazas. Las hay muy famosas, como la Plaza Mayor o la Plaza España, y otras menos, como la Plaza Tirso de Molina, en el límite norte del Barrio de Lavapiés.

La Plaza Tirso de Molina dota a esta zona de la ciudad de una personalidad que la hace diferente. Es la mejor opción para arrancar un paseo por la Latina, la Plaza de Cascorro, el Rastro o el Mercado de la Cebada. Pero, ¿qué esconde este lugar? Muchísimo. Desde el origen de su nombre hasta los edificios que allí se encuentran, pasando por los eventos y ese carácter que la hacen única. ¿La mejor manera de conocerlo todo? ¡Los tours gratis Madrid tienen la respuesta! Y antes de visitarla en directo, ¿qué tal un recorrido mental? ¡Vamos a ir juntos a la Plaza Tirso de Molina en Madrid!

Historia de la Plaza Tirso de Molina de Madrid

Si ahora mismo te decimos que pienses en una plaza, es más que probable que lo primero que se te venga a la cabeza es un espacio abierto rectangular o con forma de cuadrado. En el caso de la de Tirso de Molina, su aspecto triangular la diferencia notablemente de otras plazas de Madrid. Un hecho simplemente anecdótico que se relaciona de forma directa con el lugar sobre el que se construyó. Se trataba de un antiguo solar que, durante 300 años, fue el Convento de la Merced. Aquel edificio religioso, construido en tiempos de Felipe II, fue derribado durante la Desamortización de Mendizábal, en 1836.

Sobre las ruinas de aquel convento nació un nuevo espacio público y abierto para todos los madrileños. La Plaza Tirso de Molina, en honor del famoso dramaturgo español, comenzó a construirse en 1840. Eso sí, el nombre no siempre fue el mismo. Nació como la Plaza del Progreso, siendo conocida en sus primeros años de vida como la Plaza de Mendizábal, aunque oficialmente nunca se le reconoció este nombre. En 1939, después de mucho ir y venir, la plaza tomó el nombre con la que se le conoce en la actualidad, el de uno de los grandes dramaturgos del Siglo de Oro español

Dicho esto, la elección del nombre no fue algo casual. Fray Gabriel Téllez, más conocido como Tirso de Molina, fue uno de los frailes que vivió en el Convento de la Merced, en el que enseñó teología y cuya estatua preside en la actualidad la glorieta de la plaza. Son muchos los negocios y locales que se instalaron en esta plaza desde su construcción. Queremos destacar uno de ellos. ¿Sabías que aquí tuvo Joaquín Sorolla su primer estudio de pintura? Eso sí, nada como el Teatro Nuevo Apolo para comenzar a entender la importancia de este lugar.

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Teatro Nuevo Apolo

Ya te hemos dicho que este es el edificio que mejor explica la relevancia e importancia de la Plaza Tirso de Molina. Eso sí, llegó a la misma unos años después de su inauguración. Era el año 1930 cuando los hermanos Patuel anunciaron su idea de levantar un nuevo teatro tras el cierre del Viejo Apolo de la calle Alcalá, en la que se construyó un banco. Dos años después de la propuesta inicial, el 10 de diciembre de 1932, el teatro se inauguraba con la representación de la zarzuela 'La Verbena de la Paloma'. En sus orígenes, el centro se conoció como 'Teatro Progreso'.

El diseño Art Decó, con unas gotas del pseudobarroco, fue el estilo del que se sirvieron los arquitectos Urosa y Saavedra Fajardo, encargados de levantar el edificio. La idea inicial fue la de ser solo un espacio para representaciones teatrales, aunque no tardó en destinarse a otros fines, como el cine. De hecho, en 1933 ya se proyectó la primera película, que llevaba por título 'Chang'. Eran otros tiempos, el cine era mudo y las entradas costaban dos pesetas por la tarde y tres por la noche. 

Patuel falleció tras la Guerra Civil en España, y el teatro dio un giro radical a su idea hasta la década de los ochenta. Las representaciones teatrales pasaron a un segundo plano y se vieron eclipsadas por la proyección de películas cinematográficas. Eso sí, en los breves paréntesis dedicados al mundo del teatro, por aquí pasaron compañías como las de Estrellita Castro o la del Teatro Nacional de María Guerrero, dirigida por Luis Escobar. Todo cambiaría en 1987, cuando José Tamayo reformó el edificio de arriba a abajo y le cambió el nombre por el de Teatro Nuevo Apolo.

Desde entonces, las obras más prestigiosas del elenco nacional e internacional, así como muchos musicales, han entretenido a miles de personas. 'Los Miserables', en su primera versión en castellano, 'La Naranja Mecánica' o 'Siete Novias para Siete Hermanos' son algunas de las obras que han entretenido al público que se congrega y congregó en su patio de butacas. Es decir, que el Teatro Nuevo Apolo es la parte cultural de la plaza. Aprovechamos para decirte que si quieres descubrir la cultura de Madrid, no dudes en buscar algunas de las obras del Teatro Nuevo Apolo. ¡Pasarás un rato fantástico!

La Plaza Tirso de Molina en la actualidad

La Plaza Tirso de Molina es lugar de paso de miles de ciudadanos y turistas a lo largo del día. Fruto de ello, el Ayuntamiento de Madrid decidió peatonalizarla hace unos años, lo que favoreció la apertura, entre otras cosas, del primer mercado floral de la ciudad. Dicho espacio se compone de ocho tubos de metal y madera que siguen un diseño contemporáneo y que abre todos los días del año, sin excepción. Cada uno de estos puestos, por cierto, recibe el nombre de una de las obras de Tirso de Molina. 

De este modo, nos encontramos con 'Marta la Piadosa', 'La Beata Enamorada', 'Amar por señas', 'Sutilezas de Amor' o 'La celosa de sí misma', entre otras. Las flores que contiene cada uno de estos espacios, sus ramos y su decoración son todo un placer a la vista de la gente que acaba desembocando en esta plaza, que se prolonga hacia la calle de la Magdalena y la plaza de Antón Martín.

El mercado de flores fue uno de los primeros negocios abiertos tras la peatonalización de la plaza

Para darle aún más vida, a la de por sí vital Plaza de Tirso de Molina de Madrid, se han instalado, además, tres fuentes. Una de ellas rodea la estatua de Tirso de Molina. Se trata de una simple lámina de agua que además de decorar la escultura la protege contra las agresiones. La segunda fuente, próxima al teatro Nuevo Apolo, es también sencilla, con chorros independientes que brotan del suelo. Y por último, una fuente de carácter más lúdico compuesta por cinco elemento triples de surtidores verticales de agua.

Con todo ello esta plaza, está viviendo en los últimos años una segunda juventud y recuperando su sonrisa, gracias al proceso de modernización al que se la ha sometido. A lo que hay que añadir los nuevos locales de moda que están abriendo sus puertas, en feliz convivencia con sus características terrazas y floristerías. Por ello, va a ser uno de esos puntos a los que querrás llegar cuando visites Madrid.

Curiosidades de la Plaza Tirso de Molina

Un lugar como la Plaza Tirso de Molina despierta mucho interés entre quienes la visitan. Y esconde también curiosidades muy entretenidas que merece la pena conocer. Antes de despedirnos, te vamos a contar algunas de ellas, que nos han parecido muy interesantes y divertidas. ¿Conoces la expresión 'El Rosario de la Aurora'? La habrás escuchado cientos de veces. Pues aquí tiene su origen, o eso se cuenta. De hecho, hay que remontarse a la época del Convento de la Merced para entenderlo.

En aquellos tiempos, una procesión muy famosa recorría el Madrid de los Austrias, y recibía el nombre del Rosario de la Aurora. En aquel entonces, salía de la Capilla de la Virgen de la Aurora en la Iglesia de San Francisco el Grande para recorrer buena parte del entramado urbano de Madrid mientras cargaba con 36 farolas doradas. El caso es que la procesión pasaba por una calle muy estrecha que rodeaba el convento. Y un año se encontraron con otra procesión: la de la Virgen del Henar. Ninguna quiso ceder el paso, y lo que empezó como una discusión acabó a farolazo limpio. De ahí la expresión.

Y fuera de refranes, ¿quieres descubrir la leyenda de la estación de metro de Tirso de Molina? Se dice que mientras se construía, en el espacio que había pertenecido al Convento de la Merced, los obreros se encontraron con esqueletos humanos de frailes que habían sido enterrados en el pequeño cementerio del convento. ¡Imagina la impresión de quienes allí estaban trabajando! De hecho, el hallazgo de estos cuerpos trajo consigo bastante polémica entre las autoridades, que tardaron tiempo en decidir qué hacer con los cuerpos.

¿Sabes cuál se dice que fue el veredicto final? Dejarlos donde estaban. Es decir, en las paredes de lo que ahora son los andenes y que se encuentran recubiertas de azulejos. De ahí la leyenda de los extraños ruidos que muchos dicen escuchar en la estación. ¿Te ha pasado a ti? Es cierto que con el paso de los años, esta historia ha ido cayendo en el olvido, pero los cuerpos de los monjes aún descansan a escasos metros de los miles de pasajeros que cada día utilizan la Línea 1 del Metro de Madrid a su paso por Tirso de Molina.

Ubicación de la Plaza Tirso de Molina

Detalles

Cómo llegar a la Plaza Tirso de Molina

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