Casa Museo Lope de Vega

El edificio se construyó en 1578 y quedaba fuera del centro de la villa, una casa medieval de nivel acomodado en una calle que ya era frecuentada por literatos y dramaturgos. A su muerte legó la casa a su hija Feliciana, que la pasó al último nieto conocido del autor, Luis Antonio de Usátegui quien la vendió en 1674. Desde entonces la casa cambió mucho de manos y funcionó como taller de costura o corral de viviendas, y sufrió tantas transformaciones que termina irreconocible.

En 1862, la Real Academia Española, celebró allí el tercer centenario de su nacimiento y ya tenía la intención de adquirir el inmueble y convertirlo en museo. La propietaria en 1929 era Antonia García, que había creado una fundación para convertir la casa en un museo y a su muerte, nombró patrono de dicha fundación a la RAE, que es su actual propietaria desde 1931. En 1935, en el 300 aniversario de la muerte de Lope, el edificio se declaró Monumento Histórico Artístico y se inauguró como museo.

La restauración de la Casa Museo de Lope de Vega en Madrid consistió en devolver el edificio a su distribución original, rehaciendo las habitaciones tal y como estaban cuando lo habitó Lope. Algunos de los elementos que hay en la casa, pertenecieron realmente al escritor, recuperados del convento de las Trinitarias al que habían sido donados por su hija Marcela, monja de esa orden. Otros objetos proceden de museos y colecciones privadas que transfirieron obras de arte, mobiliario, enseres y libros que forman una magnífica biblioteca de la época (donados por la Biblioteca Nacional). Completan la casa cuadros donados por el Museo del Prado y otras donaciones particulares.

La Casa Museo Lope de Vega tiene una apariencia de mesón castellano, con una fachada de ladrillo y piedra de dos plantas de altura. Entre los que podemos ver en la Casa Museo de Lope de Vega en Madrid (repartido entre sus tres plantas), se encuentra:

Planta Baja

• Placas. El edificio está en el Barrio de las Letras, en cuyas calles peatonalizadas podemos ver unas inscripciones doradas en homenaje a los escritores españoles que en ellas vivieron. Justo enfrente del edificio, en el suelo, una placa reza: “En esta casa fue donde vivió y donde murió, el 26 de agosto de 1635, Lope Félix de Vega y Carpio, llamado el ‘Fénix de los Ingenios’, cuya fecundidad literaria traspasó los límites de lo creíble y cultivó todos los géneros de la literatura.”
• El Zaguán. En la entrada de la casa nos encontramos con una magnífica maqueta del Corral del Príncipe en madera, tal como era en el Siglo de Oro.
• El Huerto y el Jardín. Este hermoso espacio fue un elemento esencial de la casa de Lope de Vega de Madrid, que pasó muchos días paseando por él cuidando sus flores, o leyendo su breviario. En sus versos dejó constancia del aspecto de este recinto, donde hubo siempre jaulas para pájaros y relata la existencia de naranjos, un granado, laureles, el ciprés o una higuera, aunque se recrea más en describir las flores: rosales, jazmines, madreselva, tulipanes, lirios, violetas, claveles, azucenas, narcisos, jacintos, alelíes.

Primera Planta

• Oratorio o Capilla de San Isidro. Antes de que Lope fuese sacerdote, ya había un oratorio que luego renovó cuando empezó a celebrar una misa todos los días tras su ordenación. Está presidido por una imagen de San Isidro Labrador, por lo que también se le llama capilla de san Isidro.
• Estudio de Lope de Vega. Este lugar privado fue testigo de lo mejor de la obra literaria de Lope de Vega, el lugar donde nació lo más conocido de la obra de Lope, el teatro, El perro del hortelano, La dama boba, El perro del hortelano, El caballero de Olmedo, Fuenteovejuna, La Dorotea, etc.
• Estrato Femenino. Es el aposento donde las mujeres recibían a las visitas o pasaban tiempo bordando y cosiendo.
• Alcoba de Lope de Vega. Aquí murió el poeta, en la habitación más pequeña, íntima, adusta y escondida de la casa, con sus ventanucos en el muro para poder ver el oratorio a los pies de la cama cuando ya era muy mayor.
• Cocina. Probablemente se encontrara en la planta baja a la entrada, pues los usos lógicos de la época apuntarían a que sería el mejor sitio con fácil acceso al huerto y al pozo. Tampoco tendría sentido que Lope pudiera trabajar en su obras con el ajetreo de una cocina justo junto a su estudio.
• Comedor. Es una estancia amplia con dos ventanas donde comía toda la familia decorado a partir de la documentación de la época con cerámicas de Talavera (que no son cosa menor). Junto a la mesa, sillas y alacenas, se pueden ver hoy algunos bodegones (depósitos del Museo del Prado) y dos candiles tradicionales.
• Alcoba de las hijas. Dos de las hijas de Lope de Vega, Feliciana y Antonia Clara, fueron las que más tiempo vivieron con él, en esta habitación, que se ha recreado con dos camas, silla, mesa baja, taburete, un cofre para ropa y una sillita de costura.

Segunda Planta

• Cuarto de Huéspedes o del Capitán Contreras. La habitación ambienta un cuarto de huéspedes y al mismo tiempo quiere recordar la figura del personaje más aventurero que pasó por la casa de Lope, el capitán Alonso de Contreras. De esta manera cumplía Lope de Vega con la llamada Regalía de Aposento, o la obligación de alojar de manera gratuita a militares o cargos cercanos a la corona.
• Alcoba de los hijos. Una gran estancia en la que dormían los hijos varones Carlos y Lope, o en ausencia de estos, su hija Marcela antes de que ingresara en el convento de las Trinitarias, con una cama y una cuna, sillas, mesita de noche, un arca y un escritorio. En ella podremos ver un amuleto con el que se intentaba proteger a los niños en esa época.