Parque de la Reina Astrid

El Parque de la Reina Astrid – Koningin Astridpark en neerlandés-  es un excelente parque público de Brujas, que durante siglos fue el jardín de un monasterio de monjes franciscanos. Situado a pocos pasos del centro histórico de Brujas, tiene una superficie de casi dos hectáreas. Los árboles y arbustos que lo circundan, hacen del parque una verdadera joya escondida en el centro de la ciudad.

La visita a Brujas siempre es uno de los planes más recomendados si decidís pasar unos días en Bélgica. Una vez aquí, nuestra recomendación es que disfrutéis de estos lugares que, si bien son un poco más desconocidos para el público en general, son una muestra del pasar de la vida de Brujas.

La historia del parque se remonta al año 1221, cuando los hermanos franciscanos se establecieron en Brujas y fundaron un monasterio. Durante más de cinco siglos los franciscanos, más conocidos como recoletos, trabajaron y meditaron en este lugar, hasta que en el año 1796, Brujas cayó en manos de los franceses el monasterio fue demolido y el jardín pasó a ser privado.

El 28 de octubre de 1850 la ciudad compró tres hectáreas de esta tierra, una parte para la construcción de la iglesia de Santa Magdalena y la parte restante para un parque público. El parque de la Reina Astrid que hoy podemos visitar es obra del arquitecto de jardines Egidus Rosseels, que para construirlo se basó en el estilo de los jardines ingleses del siglo XVIII, tan de moda en la época.

Por qué este parque se llama Parque de la Reina Astrid

En un principio el parque llevaba el nombre de sus antiguos propietarios “Hof der Recolletten” o “Jardín Franciscano”. En 1856 aparece con el nombre de Jardín Botánico. Y después de la trágica muerte de la reina Astrid en 1935, se decidió dar al parque su nombre en homenaje a su recuerdo.

Cómo es el Parque de la Reina Astrid de Brujas

El aspecto curvilíneo de los caminos y la plantación aparentemente natural de árboles otorgan al parque un aspecto espontáneo y pintoresco, con una composición romántica que preserva la intimidad de los paseantes. Esta composición, más pictórica que arquitectónica, se inscribe plenamente en el estilo inglés.

Qué podemos ver en el Parque

Entre sus senderos se hayan diversas especies de árboles exóticos de gran colorido y esculturas, como el busto de la reina Astrid realizado por el artista De Wispelaere en 1936.

Un pequeño estanque con una fuente, así como un kiosco multicolor de música construido en 1858 y restaurado en 2014. En su restauración se intentaron usar los colores originales pero, aunque se buscaron y se indagó el origen de los colores, no fue posible encontrar muchos de ellos, por lo que hubo que recurrir a la reproducción más fiel que pudieron crear.