Basílica de la Santa Sangre

Sucede que, a veces, la fe va de la mano de la historia. En estos casos, solemos encontrarnos ante acontecimientos objetivos que, teñidos de esa fe, se revisten de un halo de fiereza que les permite el paso a la historia. Y sucede, otras veces, que esa fe no sólo camina de mano de la historia, sino que lo hace agarrada a la leyenda, y en estos casos, nos encontramos con momentos, situaciones o personajes que encuentran su sitio en la historia porque son dueños de misterios que ni se resolvieron, ni se resolverán, pero no por ello podemos apartar la mirada de ellos. Si sólo habláramos de la fe, la Basílica de la Santa Sangre sería un edificio religioso. Si habláramos de historia, sería un edificio enlazado con la historia medieval de Brujas, más gris quizá que otros edificios de la misma época, pero con su propio capítulo a narrar. Si le colocamos a la puerta la leyenda, si al traspasar esta puerta encontramos un trozo de historia y por sus vidrieras cada uno es capaz de encontrar un pedazo de su fe… ¡entonces la Basílica de la Santa Sangre es un edificio que no podéis dejar atrás!

Historia de la Santa Sangre

No es la historia de la Basílica una historia de fechas, batallas, tratados y reyes. Tampoco es una historia que cambiará el curso del mundo. La historia de la Basílica de la Santa Sangre es una leyenda, y, a día de hoy, aún es un misterio.

Dos versiones están en el origen de esta historia, las dos muy antiguas.

• La primera de ellas es una historia mucho más caballeresca que la segunda: corría el año 1150 y estaba en curso la segunda Cruzada. Esta versión asegura que la reliquia viajó desde Tierra Santa, porque Thierry de Alsacia, el rey de Jerusalén, se lo dio al conde de Flandes, que no era otro que su cuñado Balduino II.

• La segunda es una versión, sentimos decir, mucho más mundana. Aquí colocamos la llegada de la reliquia un siglo más tarde, en el transcurso de la cuarta Cruzada. En este caso, a Balduino IX no le entrega la reliquia ningún rey, sino que él participa en el saqueo que los cruzados llevan a cabo en Constantinopla.

Hasta aquí parte de uno tantos misterios que tiene la historia, pero os prometimos también una leyenda y es que, ¿sabíais que el origen del Santo Grial está en Flandes? Pues aquí arranca la leyenda y para ello debemos olvidar un momento la historia del saqueo y centrarnos en la primera versión. Se cuenta que a la muerte de Thierry de Alsacia, lo sucede como conde de Flandes su hijo Felipe. Felipe va a dos cruzadas y, al regreso de la primera (nunca regresaría de la segunda) trae un misterioso manuscrito que entrega a Chretien de Troyes para que con él haga un relato de caballerías. La obra se llamó “Perceval o el Cuento del Grial”. Chretien murió antes de terminar la obra, Felipe en su segunda Cruzada y de la muerte de ambos nació un misterio que quedaría abierto para siempre…

La Reliquia de la Santa Sangre

Cuando Longinos atravesó el costado de Cristo con su lanza (así lo narra la Biblia) poco podría imaginar aquel soldado que este acto metería su nombre en la historia. A partir de aquí, la historia se superpone: hay versiones que dicen que son la Virgen María y San Juan quienes recogen la sangre, otras cuentan que fue José de Arimatea quien lo hizo. La reliquia es un pequeño trozo de tela que contiene la sangre de Jesús. La reliquia está en un frasco de cristal de roca, conservada en un cilindro con una corona de oro en cada extremo. Tiene una fecha grabada: MCCCLXXXVIII die III Maii, es decir, 3 de Mayo de 1388. Hay que decir que desde que esta reliquia llegó a Brujas nunca se ha abierto.

La Basílica de la Santa Sangre, en neerlandés Heilig-Bloedbasiliek, Basilique du Saint-Sang en francés, es una basílica menor, construida en su origen como capilla de la residencia del conde de Flandes. En ella se guarda la venerada reliquia de la sangre de Cristo, que se dice que recogió José de Arimatea. Construida entre 1134 y 1157, fue consagrada como basílica menor en 1923.

Fachada de la Basílica

Rodeados de los edificios de la Plaza del Burg, es más que probable que esa esquina oscurecida, no muy alta y quizá algo apartada nos parezca poca cosa. Pero no siempre somos lo que aparentamos, y la Basílica es un ejemplo. Al margen de los detalles que la fachada presenta, la misma leyenda de este edificio empieza aquí: en su fachada. Es imposible que el dorado de las estatuas sobre el negro de la fachada no destaquen, pero destacará más saber que la estatua de la izquierda es Thierry de Alsacia y la de la derecha su hijo, Felipe de Alsacia. Está claro que estos dos cruzados unieron su vida a este misterio y esta leyenda y con el paso de los siglos, la siguen custodiando…

Capilla Inferior

Esta capilla románica, mandada construir en 1134 por Thierry de Alsacia como capilla privada pegada a la residencia de los condes de Flandes, es la única Iglesia románica de Flandes Occidental. La capilla de San Basilio, que es como se la conoce, toma su nombre de la intención de albergar la reliquia del santo (de este nombre), patriarca griego, traída de Cesárea durante las Cruzadas. Su interior es una planta alargada en la que la nave central está separada de las laterales por un tímpano en el que se observan relieves con escenas de la vida del santo. En esta planta podremos ver la figura de Nuestra Señora con Niño y un Sedes Sapientiae, las dos del año 1300. Estas figuras comparten el espacio con la Pieta y con el Cristo en la Piedra Fría, ambas de año 1900 y ambas muy veneradas por la ciudad de Brujas al punto que son sacadas en la procesión de la Santísima Sangre.

A la izquierda del coro está la Capilla de San Ivo, donde están las reliquias de San Basilio.

En esta capilla veréis que, la simplicidad del lugar, los arcos interiores, la presencia simbólica del pelícano a la entrada y la luz anaranjada que nos envuelve, transmiten toda la fuerza de aquellos recios cruzados de que desde aquí partían a Tierra Santa. La piedra gris en la que está construida, nos transmite a aquellos momentos y tal pareciera que pudiéramos ver aparecer a un armado caballero de detrás de una columna o bajando las escaleras.

Esta capilla inferior está comunicada con la superior por una escalera decorada y que fue construida en el año 1533.

Capilla Superior

De construcción gótica, fue en su origen una construcción románica. Realmente la capilla que podemos ver hoy es una remodelación llevada a cabo en el siglo XX. Sólo los tres arcos por los que accedemos a la capilla lateral de la Santa Cruz son parte de la capilla superior original románica.

Sin duda, nos fijaremos en sus vitrinas. Datan del año 1845, la Revolución Francesa eliminó parte de las originales y otras fueron llevadas a Londres al Museo Victoria. En estas vidrieras están representados los soberanos flamencos, desde Margarita de Male hasta la emperatriz María Teresa.

El púlpito que hay en esta capilla es un globo terráqueo, una esfera de roble del año 1728, obra del artista local H. Pulinx, quien también realizó el altar de mármol situado en la capilla contigua. Encima de este altar, un Cristo de tres metros de altura, y a la derecha, la custodia donde se expone la reliquia.

En esta capilla es donde se venera la reliquia. Se accede a ella por unas escaleras y se sale por otras. Este es un momento solemne, dentro de este edificio, al menos, cada uno puede darle la solemnidad que sienta. En los temas de la fe, cada uno juzgaréis lo que la reliquia, su visión y su historia os producen. Es muy difícil, no, es imposible, pretender contar lo que sólo puede ser vivido. En todo caso, tanto si creéis como si no, o como sea que creáis, vivid esta basílica dejando que todo el misterio y la leyenda os invada. Los asuntos de fe, son cosa de cada uno…

Fuera de la Basílica podréis visitar este museo que contiene, junto a otros tesoros, el santuario de la reliquia. Entre otros objetos sacros se expone el relicario del orfebre Jan Grabble del siglo XVII (aquí es donde se guarda la reliquia durante la procesión, también se pueden ver objetos litúrgicos, vestuario eclesiástico, documentos…