Molinos de Kruisvest

Desde la construcción en el siglo XIII de las murallas que rodeaban y protegían la ciudad de Brujas, numerosos molinos han rodeado los límites de esta. En el siglo XVI la zona estaba repleta de ellos y llegaban al número de treinta. Hasta bien entrado el siglo XIX tenían una importante función económica, pero las innovaciones técnicas y los cambios en la alimentación popular acabaron con casi todos. ¿Cuáles son los molinos de Brujas que llegaron hasta nuestros días?

• El molino Sint-Janshuismolen: Este pedacito de historia data de 1770 y se mantiene en su lugar de origen y además aún muele de misma manera que lo hacía antaño. Este es el único molino de Brujas que puede visitarse. En su interior se puede aprender de boca del molinero todo tipo de rudimentos técnicos, así como contemplar cómo se muele el grano. Es curioso descubrir su mecanismo y subir por su estrecha y empinada escalera, que lleva hasta lo más alto. Una vez aquí las vistas merecen la pena, tanto del centro de la ciudad como del resto de los molinos que adornan el anillo verde a orillas del canal. 
• El molino Bonne-chièremolen: Construido en 1844 y trasladado en 1911. Si bien este molino no se reconstruyó al completo, fue bastante reformado porque no estaba en muy buen estado.
• El molino Nieuwe Papegaai: Construido en 1790 en el municipio de Beveren y trasladado a su ubicación actual en 1970.
• El molino Koeleweimolen: Construido en 1888, fue el primero en ser trasladado en 1966.

Cuántas veces no habréis oído que Brujas es una “ciudad congelada en el tiempo”. Seguro que las mismas que os han dicho que la visita a Brujas es un auténtico viaje al pasado. Pues como tanto lo uno como lo otro es cierto, una de las mejores maneras de disfrutar de la ciudad, es disfrutando de las maneras medievales que aún conserva.

El único molino de Brujas que está en su lugar de origen es el Sint-Janshuismolen, los otros tres fueron reconstruidos y recolocados junto a este en distintas épocas. Están en excelente estado de conservación y resultan altos, imponentes y encantadores. Pasear bajo estos gigantes es impresionante. 

Cuatro pilares de piedra. Sobre ellos, dos troncos que se cruzan en el centro y cuatro en diagonal, sobre los que se mantiene toda la estructura de estos gigantes. Los molinos tienen forma rectangular y su único contacto con el suelo es el de la escalera que sirve para acceder a su interior. Las aspas tienen sus velas construidas con un entramado de madera en forma de celosía.