Catedral del Mar

Si hay un templo famoso en Barcelona, más allá de la Sagrada Familia, por supuesto, ese es el de la Catedral del Mar. Porque ni somos los primeros, ni seremos los últimos, que te diremos aquello de que se trata de una basílica de novela. En concreto, la de Ildefonso Falcones, que lleva por título ‘La Catedral del Mar’. Una novela rompedora y bien acogida por el público que cuenta la historia de esta edificación y explica también que, pese a su nombre, no se trata de una catedral. ¡Descubre este y otros detalles del templo en las próximas líneas!

Los trabajos tuvieron a dos grandes directores: Berenguer de Montagut y Ramon Despuig. Eso sí, el protagonismo y todo el mérito de la construcción reside en las ganas y la fuerza del pueblo, de todos los vecinos que eran ciudadanos de La Ribera. Por eso se dice precisamente que este es el templo del pueblo. Por cierto, papel destacado tuvieron quienes transportaron sobre su cuerpo las piedras que se colocarían en la fachada. Todas ellas, procedentes de la cantera que se encontraba en Montjuïc.

El resultado final dejó sin palabras a todo el mundo, incluidos los propios vecinos, que eran los verdaderos protagonistas de la construcción. La finalización de las obras en 1383 dejó a la vista de todos una sensacional e imponente basílica que, con el paso de los años, acabó siendo una de las obras más importantes del gótico catalán. Eso sí, aunque buena parte de la estructura que se puede ver en la actualidad es la original, hay ciertos detalles que han sido remodelados.

El virrey Jorge de Hess-Darmstadt construyó, en el siglo XVII, un pasadizo que iba desde el Altar Mayor al Fossar de les Moreres. Una zona, la del Altar Mayor, que fue reestructurada en el siglo XVIII, dándole un toque barroco, con una docena de columnas que muestran la imagen de la Virgen. Durante la Guerra Civil, y tras la contienda, se llevaron a cabo trabajos de reparación por los daños sufridos en la misma. Todo hasta otorgarle el majestuoso aspecto, tanto interior como exterior, que tiene hoy en día.

Pero lo que realmente te va a sorprender de la Basílica es el interior. Al igual que el conjunto del templo, es un espacio inmenso de altos techos sobre los que se descuelga la iluminación artificial del templo. Eso sí, iluminación que en muchos momentos no hace falta, ya que las múltiples vidrieras dejan paso a una gran cantidad de luz natural. Estas vidrieras fueron remodeladas en la década de los años sesenta, y en una de ellas, por cierto, se puede ver el escudo del Fútbol Club Barcelona. Además de estas, la luz natural también se proyecta a través de las vidrieras de colores que forman el rosetón ya comentado anteriormente.

La zona del Altar Mayor fue una de las que más modificaciones ha sufrido a lo largo de la historia. En la actualidad, será allí donde te encuentres con la famosa y enorme talla de la Virgen con el Niño Jesús. Justo al lado podrás ver también la cripta que guarda las reliquias de San Cugat. Además de estos espacios, también hay que destacar la capilla del Santísimo Sacramento, donde se encuentra la la obra de ‘La Última Cena’ y el ‘Lavatorio’.

Escrita en el año 2006, fue un éxito de ventas. Derivado del mismo, se hizo una segunda parte, llevándose su historia también a la televisión con una serie propia en la que se habla del templo. Si quieres conocer con todo detalle cómo fue la construcción de esta basílica, no puedes perderte esta novela. En ella, además, se hace mención a los relieves de la entrada principal que representan la figura de los bastaixos, los encargados de transportar las piedras.

Al margen de todo esto, las páginas de la novela también dan para mucho más. Entre otras cosas, para conocer al completo la ciudad de Barcelona en aquella época. Durante muchas líneas se hace referencia a lugares próximos al templo y también a la zona de La Ribera. Sitios que vas a conocer gracias a las explicaciones que te vamos a dar en las próximas líneas. ¡Sigue leyendo para no perderte ninguno!

En el barrio del Born también te encontrarás con multitud de tiendas de calzado y ropa. Pero si hay que hablar de compras, el Mercado de Santa Caterina es una de las paradas principales que hacer. A pocos metros de allí, se encuentra la que para muchos es la gran joya de este barrio: el Palau de la Música Catalana. ¡Te aseguramos que no te aburrirás mientras recorres uno de los mejores barrios de Barcelona!

El Fossar de les Moreres

Es una plaza que se encuentra justo al lado de la Catedral del Mar. Eso sí, no se trata del simple espacio abierto que puedes ver en la actualidad. Su pasado esconde mucho más. En concreto, un antiguo cementerio que pertenecía a la propia basílica. Además, este icónico lugar fue el elegido por el gobierno local para homenajear a los caídos durante el asedio a Barcelona de 1714, en una época en la que aún se estaba librando la Guerra de Sucesión Española. 

La plaza se relaciona con este hecho porque muchos de los combatientes que lucharon por defender la ciudad fueron enterrados aquí. Debido a ello, a lo largo de la plaza y los edificios que la forman y rodean, se pueden ver diversos detalles en homenaje a esas personas. Los orígenes del Fossar de les Moreres, eso sí, hay que situarlos en el siglo XII, cuando el párroco del templo de Santa María del Mar solicitó la construcción de un cementerio en el que poder enterrar a sus fieles.

Museo de Culturas del Mundo

A escasos minutos de la Catedral del Mar se encuentra el Museo de Culturas del Mundo. Un espacio fascinante en el que darse una vuelta alrededor del globo sin la necesidad de salir de un edificio de Barcelona. Las exposiciones del centro están formadas por objetos provenientes de África, Asia, América y Oceanía, de modo que todos los visitantes conozcan la historia, tradición y culturas de estos territorios.

La colección cedida por Albert Folch al Ayuntamiento de Barcelona favoreció la creación de este museo. En total, son más de 2400 objetos los que se pueden ver a lo largo de las salas y plantas que forman este centro. Haciendo un pequeño recorrido por las mismas, tu visión de las diferentes culturas del mundo arranca en África. En la primera planta se pueden ver piezas de Oceanía y Asia, mientras que las últimas seis salas se dedican a América. ¡Es impresionante!