Estatua de la Libertad
Si hay un símbolo que represente mundialmente a Nueva York y el conjunto de los Estados Unidos, ese es la Estatua de la Libertad. Ubicada en la Isla de la Libertad, al sur de Manhattan, este icónico monumento fue un regalo de los franceses al país estadounidense, que con el tiempo se ha convertido en la mayor representación del llamado mundo libre. Y, por supuesto, este es uno de los imprescindibles en tu viaje a Nueva York.
Puede que muy pocas veces en la historia, por no decir casi nunca, un regalo haya tenido el simbolismo que posee la Estatua de la Libertad. Y es que en sus inicios fue eso. Un simple presente que Francia hizo a Estados Unidos por la conmemoración del primer centenario tras la Declaración de Independencia. Todos los ciudadanos del país, así como muchos otros a lo largo del globo, consideran este monumento como la imagen más icónica de la libertad y la emancipación frente a la opresión.
Historia de la Estatua de la Libertad
Eduardo Laboulaye fue quien arrancó la historia de la Estatua de la Libertad. Un político y jurista francés que, entre otras cosas, fue el autor del libro Paris en Amérique. Debido a ello, a su buena sintonía con los Estados Unidos, sugirió al gobierno francés dar a los estadounidenses una prueba de amistad que garantizase las buenas relaciones entre ambos estados. Y este llegó en 1886.
Aunque la primera idea era que se entregase en 1876, coincidiendo con el centenario de la Independencia de los Estados Unidos, la guerra entre Francia y Prusia retrasó el proyecto final. Y hay que decir la palabra ‘final’ porque, a finales de la década de 1860 ya existía un primer esbozo, hecho por Frèdèric Auguste Bartholdi, que no sirvió y en la actualidad se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Lyon.
Este escultor eligió la Isla de la Libertad, que por aquel entonces recibía el nombre de Bedloe, como ubicación para su proyecto. Un trabajo sobre el que existen varias hipótesis acerca de la inspiración, aunque todas las líneas apuntan a que lo hizo en la Diosa Griega Hécate, protectora de los pueblos. Tras un largo periodo de trabajo, en el que Bartholdi trabajó mano a mano con Gustave Eiffel, la Estatua de la Libertad puso rumbo a Nueva York.
Fue un viaje largo, donde primero en tren, después en barco por el Sena, y finalmente a bordo de una fragata, el monumento acabó llegando al puerto de Nueva York. Es evidente que para favorecer que no ocurriese nada, la estatua se dividió en 350 piezas. El 28 de octubre de 1886, la Estatua fue inaugurada en presencia Grover Cleveland, por entonces Presidente de los Estados Unidos, y de miles de personas maravilladas por su majestuosidad.
Durante sus primeros años en la ciudad, y hasta 1902, la Estatua de la Libertad también se utilizó como faro. Se aprovechó la monumentalidad de la estructura, añadiendo una luz con potencia suficiente para ser vista a 39 kilómetros de distancia.
A comienzos del siglo XX, dejó de utilizarse para esto, y conforme pasaron los años fue ganando mucha importancia. En 1924, fue declarada Monumento Nacional, mientras que en 1984, la UNESCO la nombró Patrimonio de la Humanidad. En la actualidad, recibe más de tres millones y medio de visitas al año.
Nombres de la Estatua de la Libertad
Desde su inauguración en el año 1886, la gran dama verde de los Estados Unidos ha recibido multitud de reconocimientos. Pero no sería justo continuar describiendo qué significa y simboliza este monumento sin nombrar a quienes hicieron posible que hoy en día se encuentre allí. Por ello, también os queremos contar quiénes fueron los artífices de la construcción de la Estatua de la Libertad.
Aunque a algunos ya los hemos nombrado brevemente por encima en líneas anteriores, vamos a profundizar un poco más en cada una de estas personalidades. El primero que se debe nombrar es Eduardo Laboulaye. Él fue quien pensó la idea y quien la expuso ante el gobierno francés para iniciar su construcción. Este político y jurista francés era un apasionado de los Estados Unidos, y como muestra de ello, sin saberlo, les regaló su monumento más icónico.
Otro de los nombres que no se pueden escapar es el de quién llevó a cabo los trabajos y el diseño. Hablamos del ingeniero francés Frédéric Auguste Bartholdi. Este se apoyó en otro arquitecto francés de gran reconocimiento, Eugène Viollet-le-Duc, encargado de diseñar la estructura. Y completando el trío de creadores se encuentra Gustave Eiffel, que al margen de diseñar y levantar la Torre Eiffel, también se encargó de la estructura interna de la Estatua de la Libertad.
Fuera de Francia, y ya en los Estados Unidos, también hay que mencionar varios nombres que ayudaron, sobre todo en lo económico, a que el sueño de llevar a Nueva York este monumento se hiciese realidad. Uno de ellos fue el arquitecto Richard Morris Hunt, que diseñó el pedestal en la Isla de Bedloe sobre el que se colocaría la estatua. Charles Stone fue el responsable de levantar este pedestal.
Y por último hay que irse a la literatura. La poeta Emma Lazarus, con su ‘The New Colossus’, recaudó fondos para la construcción del pedestal, mientras que el gran Joseph Pulitzer, uno de los periodistas más relevantes de la historia, también contribuyó a financiar la construcción de este pedestal.
Características de la Estatua de la Libertad
La Estatua de la Libertad, incluyendo el pedestal sobre el que se apoya, mide 93 metros de altura. Sin el pedestal, serían 49. Por ello, todo aquel que llegue a Nueva York a través del puerto será lo primero que vea ante sus ojos. Un monumento majestuoso de color verde y 225 toneladas de peso que se cubre con una capa de cobre. La estatua tiene varios detalles que no pasan desapercibidos para nadie.
Uno de ellos es su simbolismo. Como ya os hemos contado, la Estatua de la Libertad representa la liberación de los Estados Unidos frente a la opresión sufrida por el pueblo en los años anteriores a la Declaración de Independencia. Un pronunciamiento que llegó el cuatro de julio de 1776, fecha que, por cierto, se encuentra inscrita en la tablilla que sostiene en su mano izquierda. Más abajo, en el pie izquierdo, las cadenas que se encuentran justo debajo simbolizan esa liberación.
La antorcha de la Estatua de la Libertad no es la original. Esta se encuentra en el museo que se dedica al monumento. La actual se corresponde con una de 1986, que se colocó durante una de sus restauraciones. La antorcha está en su mano derecha. Por último, sobre la cabeza se encuentra una corona de siete picos, representando a cada uno de los continentes y mares del mundo. En la corona se abren 25 ventanas, a las que se puede subir.
Visitar la Estatua de la Libertad
Como les decíamos, es posible visitar y acceder al interior de la Estatua de la Libertad. En concreto, a su corona. Una experiencia que sufrió varios periodos de inactividad a lo largo de su historia. El más largo de todos se produjo entre el 11 de septiembre de 2001 y el 04 de julio de 2009 debido a los atentados contra las Torres Gemelas. La corona se cerró por motivos de seguridad.
En la actualidad, sí puedes subir al monumento más icónico del llamado mundo libre. Y lo harás con la garantía de poder apreciar las vistas más impresionantes de Nueva York. Una panorámica perfecta de la ciudad que os hará enamoraros de la Gran Manzana para siempre. Verás sus barrios más icónicos, una vista perfecta de la isla y también de la Isla de Ellis.
Además de esto, una visita a la Estatua de la Libertad también conlleva consigo el conocer su historia y principales características, así como el conjunto de la Isla de la Libertad. Además, también podrás ver con todo detalle el pedestal sobre el que se asienta.
De hecho, podrás subirte también a este pedestal. Para subir a la corona, tocará escalar por los 162 escalones de la estrecha escalera de caracol que hay en el interior. Y no te preocupes, cuentas con descansillos. En el interior de la Estatua de la Libertad te encontrarás con dos escaleras, una de subida y otra de bajada, por lo que este hecho se hace mucho más cómodo.
Estatuas de la Libertad alrededor del mundo
La Estatua de la Libertad, como tal, es la que se encuentra en Nueva York. Pese a ello, su simbolismo es tan fuerte, que alrededor del mundo te vas a encontrar con multitud de réplicas en varias ciudades. De hecho, se han contabilizado unas 300, aunque ahora te vamos a hablar de algunas de ellas. Las que nosotros creemos que son las más relevantes. ¡Ponte el cinturón, vamos a viajar alrededor del globo!
Y la primera parada la hacemos en Argentina, en Barrancas de Belgrano, donde se encuentra La Libertad porteña, inaugurada también en 1886. Y, como no, París también cuenta con la suya. Una réplica de bronce de la original que se inauguró en 1885. Además, hay otra que no es obra de sus diseñadores principales, sino de Salvador Dalí.
Hay que añadir también que en 1994, el capitán Moore, regaló una copia de esta a Cadaqués. Pakistán también cuenta con la suya, en la ciudad de Bahria. Regresando brevemente a los Estados Unidos, la de Nueva York no es la única Estatua de la Libertad del país, ya que también podrás ver otra en Susquehanna, en el estado de Pensilvania. Además, a unas horas de allí, se encuentra la de Harlan, en Kansas, creada entre 1950 y 1951.
Este viaje también tiene parada en España, porque Barcelona cuenta con una réplica de dos metros que se encuentra en la Biblioteca Arús. Hay que detenerse también en Alemania, en la Baja Sajonia, donde los 23 metros de la estatua del parque de atracciones de Heide Park dejan impresionados a todos sus visitantes. La última parada de este viaje la haremos en Israel, que cuenta con dos, una en Arraba y la otra en Jerusalén. Como les decimos, la lista es mucho más amplia, aunque a nuestro juicio, estas son las más relevantes.
Isla de Ellis
Justo al lado de la Estatua de la Libertad y el espacio en el que se encuentra, podemos ver la Isla de Ellis. Un punto muy famoso que no puede faltar en tu viaje a Nueva York. Se ubica muy próxima a la bahía de Nueva Jersey, perteneciendo de forma federal a este estado. Actualmente, este islote es un lugar muy importante para el turismo, pasando por allí millones de personas cada año.
El origen de la Isla de Ellis se puede situar en el año 1770, poco antes de la Declaración de Independencia de Estados Unidos. Samuel Ellis se convirtió en su propietario, y comenzó a experimentar en ella un crecimiento que culminaría varias décadas después. En 1808, fue adquirida por el Gobierno Federal y destinada a usos militares en la Guerra contra los ingleses. A finales del siglo XIX, en la década de 1890, el gobierno del por entonces presidente Benjamin Harrison, la convirtió en la principal aduana de la ciudad.
Por ello, en la Isla de Ellis os encontraréis con multitud de edificios que recuerdan un pasado en el que la inmigración fue protagonista. De hecho, el único edificio que permanece abierto es el Immigration Museum, dedicado a las figuras de las miles de personas inmigrantes que llegaron a la costa de Nueva York entre los siglos XIX y XX en busca de una vida mejor. De hecho, algunas de estas personas aún siguen viven para contar su historia, mientras que otras muchas, cuyos descendientes son, hoy en día, ciudadanos de los Estados Unidos, tienen su memoria en esta isla.
Ubicación de la Estatua de la Liberdad
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Estatua de la Libertad
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New York, NY 10004
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Detalles
- Todos los días de la semana: 09:30 a 16:30.
- Precio ferry con visita a la Isla de la Libertidad y la Isla de Ellis para Adultos: 18,20€
- Precio ferry con visita a la Isla de la Libertidad y la Isla de Ellis para Niños (4-12): 8,80€
- Precio ferry con visita a la Isla de la Libertidad y la Isla de Ellis para mayores de 62 años: 13,70€
- Isla de Ellis
- Wall Street
- Federal Hall
- Memorial del 11-S
Horario
Precio
Lugares cercanos
Cómo llegar a la Estatua de la Libertad
- Paradas cercanas a la salida del ferry: 'South Ferry'; 'Whitehall St/South Ferry'; 'Bowling Green'.
- Paradas cercanas a la salida del ferry: 'E Broadway/Catherine St'; 'Park Row/Worth St'; 'Madison St/Oliver St'; 'Madison St/Catherine St'.
- El ferry sale desde Battery Park