Edificio Chrysler
Nueva York es la ciudad de los rascacielos, de eso no hay ninguna duda. Tan solo hay que contemplar un par de fotos de la ciudad para ver la majestuosidad de sus edificios. Y uno de los más emblemáticos y queridos de toda la Gran Manzana es el Edificio Chrysler, con sus 319 metros de altura.
Nada más que llegues a Nueva York, estarás deseando salir a la calle a conocer todos sus encantos. Y, sin duda, seguro estarás pensando por dónde empezar a conocer el skyline de la Gran Manzana, el más famoso del mundo. Nosotros vamos a darte una posibilidad: el Edificio Chrysler. Se trata de uno de los más majestuosos de la ciudad. De hecho, solo el Empire State Building le supera en importancia. Por ello, no puedes perderte sus múltiples curiosidades, que te las contamos justo debajo.
Historia del Edificio Chrysler
La construcción del Edificio Chrysler se produjo en una época de expansión urbanística dentro Nueva York. Era el final de los años 20 y comienzo de la década de los 30. En este momento, todas las grandes empresas y hombres poderosos, pese a la crisis, competían por ver cuál era el edificio más alto del mundo. En 1928, William Van Alen comenzó el diseño del Edificio Chrysler, el cual finalizó en 1930.
Con un marcado estilo Art Decó, la idea original del proyecto era el de construir un edificio de 68 plantas y 270 metros de altura, aunque finalmente se optó por un diseño que alcanza las 77 plantas y los 319 metros de altura. Esto hizo que, durante 11 meses, el Edificio Chrysler fuese el más alto de la ciudad. Pese a ello, en 1931, la construcción del Empire State Building le quitó la primera posición.
Desde su construcción, el Edificio Chrysler se mantuvo y mantiene como uno de los más icónicos de la ciudad. Desde su creación, los ciudadanos de la Gran Manzana lo tienen como uno de los edificios más importantes, situándolo como una de las atracciones más destacadas de la ciudad. Debes saber, además, que su nombre se debe a que la construcción fue encargada por Walter P. Chrysler, dueño de la empresa de coches, que tuvo allí su sede durante más de dos décadas.
Tras la Segunda Guerra Mundial, el observatorio del Edificio Chrysler fue cerrado debido a la poca afluencia de visitantes. Esto provocó que muchas de las empresas que allí tenían sus oficinas se marchasen a otros sitios. Cuando la empresa Chrysler decidió cambiar de sede, el edificio entró en un declive del que parecía complicado que saliese.
Pese a ello, Tisham Speyer Properties se hizo con el control del Chrysler Building en el año 1998. Invirtió dinero y logró reactivar la importancia económica y social que el edificio había tenido durante sus primeros años de vida. A día de hoy, el nuevo observatorio del edificio, que aún no está terminado, maravillará a todo el mundo por las impresionantes vistas que se tienen desde uno de los lugares más icónicos de la ciudad.
The Cloud Club
Fue y sigue siendo uno de los espacios más importantes del Edificio Chrysler. Cuando esta monumental construcción abrió sus puertas en las década de los treinta, se favoreció la creación de una plataforma de observación que se mantuvo abierta hasta 1979. Por aquel entonces, esta sería la novena plataforma de este tipo en la ciudad de Nueva York, aunque ninguna de las otras tenía ese punto de altura y monumentalidad. Por ello, su apertura conllevó una gran expectación, pese al crac de la Bolsa un año antes.
The Cloud Club nació para mostrar a todos unas preciosas vistas panorámicas del Midtown, el East River y el One Vanderbilt Summit. Tras su cierre en 1979, que vino acompañado de un importante declive del edificio, nadie pensó que esta plataforma podría volver a ilusionar de la misma forma que lo hizo en sus primeros años.
Pese a ello, la revitalización del Chrysler vino acompañada de un proyecto de reconstrucción de este observatorio, aprobado recientemente y que se inspiró en la primera construcción de la plataforma The Cloud Club. Dentro de la estructura de la construcción, The Cloud Club se ubica en las plantas 66, 67 y 68. El observatorio, en la 60 y 61.
Hay que destacar también que este lugar fue un importante punto de encuentro para muchas personalidades de la época. Además, al margen de las vistas y la plataforma de observación, este club también cuenta con un exclusivo restaurante del que es típica su sopa de alubias negras. Fueron muchas las personas, sobre todo famosas, que pararon alguna vez a comer aquí, aunque el gran atractivo siempre fue y será su mirador.
Arquitectura del Chrysler
Muchos artistas del panorama mundial, así como grandes nombres de la historia dentro de este campo, han considerado al Edificio Chrysler como uno de los ejemplos más representativos del Art Decó. Las cuatro esquinas de la construcción muestran diversos elementos y adornos que sobresalen de la estructura, como por ejemplo las águilas, dando un aspecto de victoria y concediéndole ese rango imperial dentro del skyline de Nueva York.
El edificio está recubierto de acero, siendo el vestíbulo y la cúpula, de los que luego hablaremos más detenidamente, sus dos partes más relevantes. Dentro del Chrysler te encontrarás con 32 ascensores que sirven en las diferentes plantas del edificio. El interior de estos ascensores se decoran con dibujos en la madera, con ligeras señas del art nouveau.
Además, hay que señalar también que en la actualidad, el Edificio Chrysler es solo un complejo más dentro del Chrysler Center, donde también se encuentra el Chrysler Building East y el pabellón Chrysler Trylons. El conjunto del edificio, por tanto, es elegante, con una ornamentación que se basa en los tapacubos que se utilizaban en aquel entonces en la fabricación de los automóviles Chrysler.
Cómo es la cúpula del rascacielos Chrysler
Al igual que el resto del edificio, la cúpula del Edificio Chrysler sigue un estilo Art Decó. Construida sobre una base de acero inoxidable, la cúpula de esta construcción mide unos sesenta metros, abarca siete pisos y posee unas ventanas triangulares de arcos escalonados en acero brillante. Por ello, llama tanto la atención entre los visitantes que pasan por Manhattan, que se quedan impresionados mirando la parte más alta del Chrysler.
Como os adelantamos anteriormente, el diseño de la cúpula se basa en los tapacubos que se usaban para los coches de esta marca en la época de los años veinte y los años treinta del pasado siglo. Pero, sin duda, el detalle que más llama la atención de la cúpula es su aguja de 27 toneladas que se encuentra a 319 metros del suelo. Dicha aguja, según se cuenta, fue construida en secreto en el interior del edificio y colocada después en el lugar en el que se encuentra hoy en día. Cuando se colocó, todo el mundo se quedó sorprendido y maravillado a partes iguales.
Qué ver en el Chrysler Building
A día de hoy, y después del proyecto que relanzó el Edificio Chrysler a finales de la década de los noventa del pasado siglo, la mayor parte de sus estancias pasaron a manos de empresas privadas. Por ello, hoy en día vas a encontrarte con múltiples oficinas de estas empresas que no se pueden visitar. Pese a ello, sí que existen dos zonas muy bonitas abiertas al público. Se trata del vestíbulo y el observatorio, los cuales vamos a conocer más a fondo a continuación.
Vestíbulo
No podemos olvidar que estamos ante un edificio de oficinas, por lo que el vestíbulo se encuentra abierto durante la jornada laboral. Eso sí, no creas que por ello va a parecer extraño o tienes algún límite para poder conocerlo. Al contrario. Quienes trabajan allí son conscientes de la cantidad de visitas que cada día entran por las puertas del Chrysler Building para conocer su famoso vestíbulo, cuya entrada es gratuita.
Toda la zona del vestíbulo del Chrysler es una maravilla en sí misma. Se encuentra decorada con mármol rojizo, del estilo Art Decó. Además, también debes saber que el techo de esta planta baja está decorado con un mural de Edward Trumbull. Además, otra de las grandes ventajas de acceder al vestíbulo es que podrás conocer todos los detalles de la construcción e historia de este edificio a través de paneles explicativos de lo más completo.
Al tratarse de un vestíbulo, no tendrás mucho más que ver, ya que no se permite utilizar los ascensores que suben a las oficinas a menos que seas trabajador o, por el contrario, quieras subir al observatorio, cuando esté terminado, eso sí, desde donde se tienen unas de las vistas panorámicas más increíbles de Nueva York.
Observatorio del Edificio Chrysler
Aunque aún no han finalizado todos los trabajos, el nuevo observatorio del Edificio Chrysler ocupará las terrazas de los pisos 60 y 61, lugar en el que se pueden ver las dos águilas que decoran la fachada de la construcción. La idea que se tiene es la de cerrar estos espacios con paneles de cristal, de forma que dejen unas vistas perfectas de la ciudad de Nueva York. Y más en concreto, de la parte sur de Manhattan.
Como ya hemos adelantado anteriormente, The Cloud Club ha tenido un papel clave a la hora de idear el que será el nuevo observatorio del edificio, que también contará con una zona de restaurante de lujo, al igual que en los años setenta del pasado siglo. Lo que está claro es que esta renovación y la puesta en marcha del nuevo observatorio permitirá a los habitantes de Nueva York y los turistas volver a subir a una de las zonas más altas e icónicas de la ciudad.
Ubicación del Edificio Crysler
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Edificio Chrysler
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405 Lexington Ave
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Detalles
- Lunes a viernes: 08:00 a 18:00
- Bryant Park
- Empire State Building
- Rockefeller Center
Horario
Lugares cercanos
Cómo llegar al Edificio Chrysler
- Parada 'Grand Central Terminal'
Metro
Parada 'Gran Central 42 St'
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Paradas 'East 42 Street&3 Avenue'; 'Lexington 46 St'; 'East 42 St/Park Avenue'; 'Parada Bus to JFK'.