Castillo Steen
Hay una parte de Amberes absolutamente vinculada a la magnificencia y a la actividad del río Escalda. Hay otra parte de la ciudad de Amberes, inseparable del brillo, la tradición y el lujo de sus diamantes. Una Amberes comercial, dinámica y exclusiva se abre paso entre sus calles atrayendo poderosamente a sus visitantes. Y hay otra Amberes que se mantiene afincada en su historia, una historia ya larga, fuerte y permanente, pues pese a venir desde lejanos asentamientos de los siglos II y III aún retumba clara en la ciudad.
Historia del Castillo
En esa historia encontramos normandos, momentos de floreciente comercio, de disputas entre protestantes y católicos. En esta historia hay casi finales y milagrosos resurgieres, hay personajes y países, reyes y comerciantes, siempre presente el Escalda y siempre la belleza de una ciudad que se negó a no seguir adelante. Visitar el Castillo Steen es presentarse al habitante más antiguo, al más sabio, al que más nos tiene que contar, empezando, claro está por la narración de su propia historia.
El Castillo Steen es nuestra primera parada en Amberes. En Buendía Tours creemos que es una magnífica manera de decirle a la ciudad que ya estamos aquí.
El Castillo Het Steen, “La roca” traducido, está en la ciudad desde el año 650. Dejadnos hacer aquí un pequeño inciso. El castillo no siempre se llamó Het Steen, fue primero Burcht Antwerpen, la Fortaleza de Amberes. Con Carlos V pasó a Steen’s Heeren, la Piedra del rey del Castillo y desde aquí ya sí evolucionó al nombre con el que hoy lo conocemos.
Bien, retomando el hilo que aquellos lejanos tiempos, la construcción que aquí había, era esencialmente de arcilla por lo que no se pudo conservar nada. No fue hasta el siglo IX hasta cuando se empezó a utilizar la piedra, era este un castillo que tenía que resistir pues era frecuentemente asolado por las hordas vikingas que por entonces surcaban los mares y que tenían el ojo firmemente puesto en este paso. Esta construcción en piedra continuó hasta el reinado de Carlos V que fue quien le dio la remodelación definitiva.
Nació, por lo tanto, como fortaleza frente a ataques bárbaros y además fue pronto la entrada clave a una ciudad, Amberes, que poco a poco se levantaba en Europa dueña no solo de un próspero y pujante comercio sino del puerto más importante de la Edad Media. Fortaleza, en consecuencia, y entrada a la ciudad. Pero aún hay más, aún hay otro capítulo que habrá de ocupar buena una gran parte de la vida de la antigua fortaleza: la prisión del castillo de Steen.
Durante siglos, el castillo fue la prisión de Amberes y era una prisión muy dura (si es que en aquellas épocas podía ser de otra manera) porque aquí era donde esperaban la muerte los reos con lo que las posibilidades de salir vivos de sus muros quedaba reducida al más absoluto milagro. Se dice que a la derecha se encarcelaba a los ricos y a la izquierda a los pobres, lo mismo daba, la dirección, al final, era la misma para ambos: morir quemados vivos o perder primero las manos y a continuación la cabeza.
Uno de los últimos capítulos del castillo-fortaleza-prisión está unido al incomparable Rubens que, siguiendo la fascinación que este edificio le causó desde niño, acabó por comprarlo en el año 1835. Aquí vivió durante los cinco últimos años de su vida y aquí pintó sus últimas obras.
El gigante Lange Wapper
Para darnos la bienvenida al castillo, y casi como queriendo atemorizarnos esté el famoso gigante o su gran estatua, para no contar mentira. Este gigante llamado Lange Wapper o Druoon Antigoon, es uno de los habitantes más conocidos de Amberes, no en vano su leyenda le precede y, en Buendía, que no nos puede gustar más una leyenda, estamos encantados de contárosla.
Lange Wapper era un habitante de Amberes, un habitante al que le encantaba atemorizar y perseguir a niños pequeños y a borrachos cuando los encontraba a altas horas deambulando fuera de sus casas. La leyenda nos dice que este habitante podía crecer y crecer hasta convertirse en el gigante que, efectivamente, causaba el pavor entre los habitantes de la ciudad. Pero todos tenemos un talón de Aquiles y no iba a ser este peculiar habitante una excepción. Se cuenta que el gigante Lange Wapper, le tenían auténtico temor a la visión de la Virgen María. En este temor creyeron ver la solución y los ciudadanos de Amberes empezaron a llenar las fachadas de sus casas de imágenes de la Virgen María. En nuestra excursión a Amberes desde Bruselas aún podréis ver muchas de estas imágenes en los edificios, ojo!, en este sentido hay quien os contará que, al parecer, hubo una época en la que si ponías estas estatuas el gobierno te ponía una farola (bien por las leyendas que encierran leyendas, en Buendía Tours no nos puede gustar más). Como la ciudad de Amberes estaba llena de vírgenes, hubo un momento en el que Lange Wapper no tenía donde ir, no podía tomar ninguna dirección sin tropezar con aquello que tanto miedo le causaba así que, al parecer, acabó por meterse en el río Escalda del que ya no volvió a salir.
Sin duda una leyenda arraigada como ninguna otra en Amberes y sin duda un buen comienzo para el inicio de la visita al Castillo Steen.
Estatua Semini
Hay otra estatua importante y otro punto de parada en el Castillo Steen, hablamos en esta ocasión del monumento del Dios escandinavo de la fertilidad. La estatua está en el arco de la entrada y era allí y era a él al que las mujeres (las más jóvenes y las menos también) le pedían fervorosamente que las convirtiera en madres. Si esto funcionaba o no, no podemos decirlo, pero lo cierto es que, aún hoy, en algunas ocasiones a los habitantes de Amberes se les llama hijos de Semini.
La estatua, en absoluta concordancia con los deseos que le llegaban, tiene forma fálica, o tenía, porque los jesuitas al instalarse en el castillo decidieron eliminar la alusión de la fachada.
Visita al interior del castillo
Aunque muchas de sus estancias permanecen cerradas, si os gusta el Castillo Steen podéis visitarlo y aún en su interior encontraréis puntos interesantes.
En este interior, está albergado el Museo Marítimo Nacional de Amberes en el que, si estáis interesados podéis hacer un recorrido por la historia naval no solo de Bélgica sino también de Francia y de los Países Bajos.
Talleres para niños y una cafetería en la que reponer fuerzas son otros de los atractivos del castillo. Y también, y puede que este sea uno de los mayores activos de la visita al interior de la fortaleza, atravesando la misma, se abre ante nosotros un paseo, bordeando el río Escalda que nos ofrece unas maravillosas vistas durante todo el día y quizá, un poco más especialmente, en el amanecer y también en el atardecer.
Ubicación
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Castillo Steen
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Steenplein 1
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