Iglesia de San Nicolás de Gante

En el lugar en el que se encuentra hoy la iglesia de San Nicolás existía una iglesia románica más pequeña que databa de principios del siglo XII. Este templo sufrió un incendio devastador, por lo que se tuvo que reconstruir y es cuando surge la iglesia que nosotros vemos actualmente en Gante. La construcción comienza a comienzos del siglo XIII y se extiende a lo largo de todo este siglo, contando con varias fases.

Tenemos que saber que Gante comienza a ser una ciudad como tal desde el siglo IX y que la primera iglesia parroquial que surge es la de San Juan Bautista, situada donde hoy tenemos la catedral de San Bavón. La ciudad se fue ampliando, la población fue creciendo y los privilegios y riquezas de Gante fueron aumentando, y es bajo esta óptica que tenemos que entender la construcción del templo que nos ocupa. Gracias a un privilegio del que gozaba la ciudad, Gante tenía derecho a obtener un cuarto de la mercancía de cualquier barco que pasara por ella cargado de grano. Por tanto, ese derecho sobre el grano hacía que el muelle del grano y de las hierbas (a 200 metros de la iglesia) fuera un punto neurálgico del comercio y riqueza de la ciudad.

Los comerciantes y otros gremios de ese puerto decidieron en el siglo XII financiar la construcción de un nuevo templo en el lugar donde se había quemado el anterior, justo en el mercado del grano. No es de extrañar, por tanto, que el templo quedara dedicado a San Nicolás de Mira (o San Nicolás de Bari), patrón de los comerciantes, navegantes y, por supuesto, si hablamos de grano, de los panaderos.

La torre de la iglesia de San Nicolás se utilizó como torre de vigilancia para que, desde lo alto, los guardias pudieran dar la alarma en caso de peligro, así como lugar donde guardar los tesoros de la ciudad. Esto fue así hasta que en el siglo XIV se construye el campanario, que pasó a desempeñar ambas funciones.

La iglesia, a partir de 1225, se somete a una segunda fase de construcción, en la que se desvían del plan original. Se quiere una iglesia más grande y de incomparable belleza, un templo que atestigüe la riqueza de Gante y de sus gentes. Es por eso que actualmente tenemos en este edificio el ejemplo más majestuoso del gótico del Escalda. Este estilo es muy particular, típico de la zona de Flandes y al que se puede denominar como un gótico muy temprano, ya que mezcla características del románico y del gótico. Por ejemplo, en la iglesia de San Nicolás vemos características románicas como las torrecillas en la fachada principal con cubierta cónica y el campanario o torre principal situado, no en la fachada, sino en el crucero.

Además, esta torre actúa como linterna, dejando penetrar la luz directamente al transepto de la iglesia. En cambio, también observamos características góticas como el uso de los arcos ojivales. El resultado son templos mucho más altos y elegantes que los románicos, pero no tan estilizados y con ventanas no tan amplias como los edificios góticos. Además, los edificios del gótico del Escalda, incluida la iglesia de San Nicolás, están construidos en piedra caliza de Tournai, una piedra oscura y difícil de trabajar y labrar.

La última fase de construcción medieval se llevó a cabo a finales de la Edad Media, en el siglo XV. En esta fase se le añadieron las capillas laterales y se sustituyó la cabecera plana por un magnifico ábside con capillas radiales.

Con la guerra de los 80 años (1568-1648), una guerra de religiones que enfrentó a los católicos y protestantes, el templo fue desvalijado por estos últimos a causa de sus creencias iconoclastas: toda decoración que portara o fuese una imagen fue destruida. Es por eso que si entramos en el interior nos vamos a encontrar con una decoración barroca que no concuerda históricamente con el estilo de construcción.

Entre la decoración cabe destacar el altar mayor, realizado en mármol y mostrando en su centro una pintura de Nicolás de Liemacker de mediados del siglo XVII. En ella se puede observar cómo San Nicolás retrocede asustado al ser nombrado obispo de Myra. También cabe destacar las esculturas de los apóstoles, del siglo XVII. En un principio, estaban colocados en las peanas de los pilares de la iglesia, pero ahora los podemos observar en el suelo, distribuidos a lo largo de las naves laterales y el ábside. Veremos que están todos representados con su atributo y que están esculpidos con una especie de áspera rigidez. Esto es por el efecto que causa verlos tan de cerca, pues fueron concebidos para ser expuestos en lo alto y contemplados desde el suelo.

Es desde el siglo XVI, con esa guerra de los 80 años, que la Iglesia de San Nicolás entra en un período de decadencia. Durante el siglo XVII, cuando los ánimos en los Países Bajos y Bélgica están más calmados, se acomete una restauración de la ya ruinosa iglesia. Dicha restauración se centró en reforzar la estructura de los arcos y la torre y reparar los daños que la climatología había causado. Durante la última parte de este siglo se le añadirán la mayoría de decoraciones escultóricas y pictóricas barrocas. 

El siglo XVIII sólo acrecentó la miseria del templo, pues con la Revolución Francesa los bienes eclesiásticos fueron expropiados y la Iglesia de San Nicolás fue utilizada como establo para caballos. El siglo XIX despertó el interés por los edificios históricos y se realizaron varios informes sobre el catastrófico estado de la iglesia, literalmente en ruinas.

Pero no es hasta el siglo XX que comienzan los trabajos definitivos de restauración: primero, una llevada a cabo entre 1912 y 1913 para la exposición universal celebrada en Gante y una segunda entre 1939 y 1943. En todo caso, el verdadero punto de inflexión llegó en 1960 cuando se decidió cerrar la iglesia y proceder a una restauración minuciosa y laboriosa. Se reabrió por primera vez en el año 1992, de manera parcial, pues sólo eran accesibles la torre, el crucero y el coro. En 2010 se reabrió la mitad de las naves centrales y laterales.