Gravensteen, castillo de los Condes de Flandes

El Castillo de Gante es una gran fortaleza de piedra oscura, rodeada por las aguas del río Lys, por las que entraron los vikingos varias veces desde el mar, devastando cuanto encontraban a su paso.

En el siglo IX, el material que se usó para la construcción de la primitiva fortaleza fue la madera, insuficiente a todas luces para detener a los temidos invasores. La fortaleza se reconstruyó y se amplió varias veces, pero aún tardó casi 300 años en convertirse en un verdadero castillo de piedra.

El castillo tal y como lo conocemos hoy fue construido por Felipe de Alsacia, Conde de Flandes entre 1157 y 1191. Su deseo era mostrar a los ganteses quien dominaba la ciudad, para lo que construyó una fortaleza totalmente nueva a imitación de los castillos que había visto durante sus viajes a las cruzadas, por eso el castillo parece traído desde Tierra Santa.

Después de su muerte, los sucesivos Condes de Flandes aún se alojaron en el castillo durante 200 años, pero acabó siendo demasiado austero para los nuevos gustos y al final se trasladaron al palacio Princehof.

Fue al Castillo de Gantes a donde volvió un día el emperador Carlos V y desde donde dirigió la represión de 1540, la que se llamó “de la soga al cuello” (Stroppendraggers), una historia de rebeldía. Esta es una de las historias que en Buendía no podemos dejar de recrear…

Para los ganteses, el castillo de los Condes de Flandes se había vuelto un símbolo de abuso de poder, opresión feudal, horrorosos métodos de tortura e intolerante inquisición. Desde su restauración, ha pasado a adquirir un nuevo significado y gran prestigio como uno de los principales lugares de interés de Gante, entre otras cosas, gracias a la Exposición Universal que se celebró en la ciudad en 1913.

Lo curioso empieza ya en la puerta principal, que, al igual que en las cruzadas, está defendida por dos torres. Debajo tiene un pasadizo fortificado (que es por donde se entra al castillo), y una pequeña ventana sobre la puerta con forma de cruz, muy similar a la que tenían los castillos de los cruzados.

La Torre del Homenaje, pese a no ser tan alta como otras de la ciudad (30 metros de altura), cuenta con tres pisos y desde ella se tiene una visión panorámica de Gante. Si subimos a ella podremos darnos cuenta de cómo se controlaba desde aquí toda la ciudad.

La sala de torturas es otro de los lugares que podemos ver si nos decidimos a visitar el castillo. Destaca especialmente por macabra, ya que en ella se exponen todo tipo de instrumentos de tortura de lo más siniestro.

Aunque no queda nada de su mobiliario, al visitar el Castillo de Gante se puede sentir cómo era la vida dentro. El salón de las fiestas, las habitaciones del conde y de la condesa, la sala de audiencias, la capilla que luego fue prisión... También las tres salas de la torre, la escalera monumental de piedra, las chimeneas y las letrinas demuestran el lujo en el que vivían sus habitantes durante la Edad Media.

Un dato curioso sobre el Gravensteen

El Castillo de los Condes de Flandes de Gante es escenario frecuente en la serie histórica de la BBC “The White Queen”.