Bélgica

Guia de viaje de

Gante

Casas Gremiales de Gante

Las Casas Gremiales de Gante representan un tesoro arquitectónico y un testimonio de la importancia y poder económico que alcanzaron los gremios.

Estas casas son fácilmente reconocibles por sus tejados en escalera, así como por la distribución de sus ventanas, que se van haciendo más pequeñas de abajo a arriba en representación de la jerarquía gremial. Algunas tienen ricas decoraciones, otras son más simples, pero todas tienen algún elemento que hace referencia al gremio al cual pertenecen o al santo patrón que les protege.

Historia de las Casas Gremiales de Gante

Los gremios eran las empresas de la Edad Media, y parte de sus beneficios los destinaban a levantar sus edificios, edificios que reflejasen no solo su actividad, sino también su importancia y riqueza. Los gremios, como organizaciones jerarquizadas, necesitaban de espacios propios de reunión y de ahí nacieron las Casas Gremiales.

¿Cuánto poder tenían realmente los gremios? Ambas preguntas comparten una misma respuesta: la independencia y la rebeldía de la que los ganteses siguen haciendo gala. Una ciudad medieval que no está sujeta a los caprichos de su gobernador de turno es una ciudad que puede crecer, y eso es lo que pasó en Gante: a cambio del pago de impuestos, los gremios ganteses (especialmente los mercaderes) pudieron establecer la ciudad más o menos a su gusto, permitiendo su crecimiento.

Los gremios, especialmente sus maestros, eran conscientes del poder que ejercían sobre el desarrollo y funcionamiento de la ciudad, y precisamente eso les motivó a buscar representación en el poder civil de la ciudad. A finales de la Edad Media se convoca en Gante a los maestros de diversos gremios en una suerte de pre-democracia donde, entre 1360 y 1380, en la gobernación de Gante se constituyó el Mando de los Tres miembros del consejo, siendo uno elegido por los ciudadanos -no confundir con habitantes-, otro por los tejedores y, el último, por los gremios más pequeños.

Hoy, los únicos testigos de estas historias que quedan son las maravillosas casas gremiales.

Casa Gremial de los Curtidores

La Casa Gremial de los Curtidores, o Toreken como se la conoce hoy en día, es una construcción que data del siglo XV y está situada en la Vrjidagmarkt. Con más de quinientos años sobre sus muros, lo que en su día fue el gremio de los trabajadores de la piel es, a día de hoy, el Centro de Poesía de Gante.

Del centro de su torre cuelga la campana con la que se abría el mercado y en la veleta una sirena con su espejo se deja mecer por el viento, “Melusina”, un hada de la literatura medieval que abandonó su mundo para unirse a un hombre a cambio de una promesa que él, finalmente, incumplió.

De Casa Gremial a Toreken

El Toreken no fue considerado como monumento de la ciudad de Gante hasta 1943. Aunque fue comprado por el Ayuntamiento, estuvo arrendado como cafetería y, posteriormente, con los planes de restauración de 1980 se quiso convertir en un restaurante aunque por falta de interés terminó por ser la “Casa de la Poesía”.

La casa gremial de los curtidores no tenía escaleras interiores, ya que se evitaron para que en caso de que fuera atacada, nadie pudiera subir a la parte alta de la torre. Hoy en día, y después de su modernización, se ha instalado un ascensor que, según dicen, es el más lento de toda Bélgica porque si funcionara a más velocidad produciría vibraciones que podrían dañar la estructura.

Actualmente, la antigua casa de los curtidores acoge el Centro de Poesía de Gante, especialmente la de Flandes y Holanda. También es un centro de documentación, una tienda de poesía y una editorial, e incluso publican un periódico de poesía. Tiene una gran variedad de ofertas tanto literarias como educativas. Sin duda, una buena manera de “reciclar” una antigua parada de la vida de Gante.

Casa Gremial de los Albañiles

Situada frente a la Iglesia de San Nicolás, tiene una curiosísima fachada escalonada erigida en el siglo XVI. Lo anecdótico es que la fachada de esta casa estuvo durante muchos años oculta a la vista, ya que frente a ella se situaron una serie de casas de obreros hasta que en 1976 volvió de nuevo a ver la luz.

Llaman poderosamente la atención los seis bufones o diablillos bailarines que se sitúan en la parte superior de la fachada, que se denominan así porque se mueven al compás del viento. Fue el gantés Walter De Buck, escultor, trovador e impulsor de las Fiestas de Gante, quien colocó los bufones en la casa. Un detalle: bajo el edificio aún se conserva un sótano del siglo XIII.

Muelles de Graslei y Korenlei

Sus casas gremiales a ambos lados del río reflejan la riqueza que alcanzó la ciudad, y es que partir del siglo XI fueron creciendo las actividades comerciales en estos antiguos muelles, que se convirtieron en el puerto de la ciudad. Gante obtuvo el control sobre el comercio de cereales y, por eso, el Graslei (Muelle de las Hierbas) y el Korenlei (Muelle del Grano) junto con la Korenmarkt se convirtieron en el centro del comercio del cereal en Flandes.

En ambas orillas se encuentran magníficos edificios históricos. Y, como curiosidad, en ambos muelles se encuentran las llamadas Schippershuizen (Casas de los Marineros).

La calle Graslei está situada en la orilla derecha del río Lys, cuyas casas datan de la Edad Media aunque fueron restauradas durante finales del siglo XIX y principios del XX. Aquí encontramos:

  • El Korenstapelhuis (Almacén de Grano).
  • La Tolhuisje (Pequeña Casa del Recaudador de los Tributos)
  • Las dos casas de los Medidores del grano y la antigua oficina de correos
  • La Gildehuis der Vrije Schippers (Casa Gremial de los Marineros Libres)

En el dique contrario se encuentra la calle Korenlei la cual contaba con numerosos palacios y casas gremiales que fueron demolidos o restaurados a partir del siglo XIX. Veremos:

  • La Gildehuis der Vrije Schippers (Casa Gremial de los Marineros Asalariados), que cuenta con delfines, cabezas de leones, anclas esculpidas y una veleta en forma de barco dorado coronando el conjunto.
  • “La casa de los cisnes”, que recibe el nombre por los dos cisnes que se dan la espalda. La historia de estos cisnes es una de las que más nos gusta desvelar en Buendía...

Hoy en día las calles Graslei y Korenlei siguen repletas de vida y bullicio y son una de las fotos más características de Gante.

Las casas gremiales de Gante se alinean en la orilla del puerto medieval. Su antigua actividad mercantil ha sido sustituida hoy por restaurantes y barcas que ofrecen paseos por el río Leie. Si quieres saber más sobre ellas, descubre las actividades en Gante de Buendía.